Con Voto2024, hoy iniciamos un recorrido por todos los municipios de Puerto Rico para conocer el sentir de los ciudadanos antes de las elecciones generales. Cuáles son sus mayores preocupaciones y qué acciones toman los alcaldes y alcaldesas ante los problemas expuestos, lo leerás en nuestra edición impresa y en primerahora.com

Guánica. Era viernes feriado, el casco del pueblo lucía desolado. Se veía muy poca actividad comercial y, aunque muchos de los edificios y casas agrietadas por el terremoto del 7 de enero de 2020 fueron derrumbadas y las áreas limpiadas, la reconstrucción no ha comenzado aún en el Pueblo del Eterno Verano.

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La Alcaldía opera desde módulos, al igual que la escuela superior y otros servicios municipales. Mientras, la iglesia católica, que sufrió severos daños con el sismo, permanece cerrada.

Los guaniqueños dicen que en el pueblo costero hay muy pocas oportunidades de empleo, que la gente se sigue yendo y claman por un plan de revitalización económica.

Luis Espinosa es comerciante, tiene un negocio ambulante de venta de mazorcas, hot dogs y refrescos. Usualmente, opera desde una de las calles que bordean la plaza pública. El negocio era de su papá.

Luis Espinosa
Luis Espinosa (Nydia Bauzá)

“Yo lo he seguido”, dice el joven empresario, padre de familia. “Aquí no hay centro gubernamental, no hay cooperativas, no hay banco, no hay un shopping, y terreno de más hay para eso. Hay agricultura, eso sí lo hay. No hay un shopping donde haya tiendas que uno vaya a buscar una camisa o un pantalón, hay que ir a otros pueblos a comprar. Nunca ha habido un centro comercial y hace falta un sitio, al menos, con par de tienditas que abran. Eso también ayudaría a los jóvenes que salen de las escuelas para que puedan conseguirse un trabajito, porque aquí lo único que hay es McDonald’s y Burger King. Muchos jóvenes se tienen que ir a trabajar a otros pueblos”, se lamentó Espinosa.

El propietario de la “Guagua de las Mazorcas” sostuvo que después del terremoto “mucha gente se ha ido” y muy pocos han regresado. “Uno ya está acostumbrado, pero si tú te sientas en ese banquito de cemento (señala a la plaza pública) y de momento, da por temblar, se siente el cantazo y uno brinca”, narró el comerciante.

Relató que su progenitor estableció el negocio de hot dogs y mazorcas en la década de 1980 y después que falleció, él lo asumió.

“Aquí han trabajado mis hermanas y mis cuñados. Es un negocio familiar”, describió para agregar que se enrolla las mangas para laborar desde los 14 años y hace una década el negocio es de su propiedad.

Dijo que el pueblo se ha quedado rezagado con todos los gobiernos. “Aquí lo único que veo que hacen es limpiar las calles y pintar”, sostuvo Espinosa.

Señaló que la Alcaldía está de forma temporera en unos quioscos en una de las carreteras de entrada al pueblo y agregó que todavía los estudiantes no tienen escuela superior y siguen tomando clases en módulos.

“Nuestros clientes se quejan de la lentitud de la recuperación. La respuesta ha sido muy lenta. Si estuviéramos en Japón, lo más seguro eso lo hacían en tres meses. Lo que es arreglar los hoyos, embrear, en otros países son más ligeros en eso. En el malecón entiendo que, si fueran a hacer algo, deben reconstruir en madera tratada porque es más fácil cambiar una tabla que un muro de cemento”, expresó.

Opinó incluso, que la Alcaldía pudo haber sido relocalizada en el antiguo edificio que ocupaba, también frente a la plaza, que ahora es un museo.

“Dicen que van a hacer una Alcaldía con espacios comerciales, pero ahí no cabe tanta cosa y entiendo yo que tampoco vale la pena hacer un edificio de más dos pisos, por si va a seguir temblando, a menos que hagan algo bien wow, que aguante un terremoto grande”, dijo el comerciante.

“Todavía estamos sin iglesia”, fue el reclamo de Nellie Santiago, una guaniqueña de 72 años, que se disponía a asistir a misa bajo un gacebo de madera y zinc, que la parroquia San Antonio Abad, con la ayuda de la feligresía, levantó tras al impacto que sufrió la antigua estructura por el terremoto de 6.4 de magnitud.

Nellie Santiago
Nellie Santiago (Nydia Bauzá)

“El padre (sacerdote) nuevo que tenemos se inventó eso ahí para no mojarnos y coger sol, y ahí es que tenemos la misa”, sostuvo Santiago. “(La parroquia) tiene arreglo, pero lo que no hay es esto (gesto de dinero con las manos). La estructura tiene daños arriba (el techo) y cuando llueve se moja por dentro. Se cayó el altar y hay que hacer unos arreglitos en algunas paredes que se agrietaron”, describió la ciudadana.

Entre los problemas principales para los guaniqueños, mencionó el desempleo, la falta de escuelas y que la alcaldía todavía está en unas facilidades temporeras.

“Muchos tienen que llevar a sus hijos a estudiar a Yauco, porque acá no hay las facilidades. Aquí no hay un banco y la única ATH de un banco está dentro de un garaje de gasolina. Las demás que hay por ahí son de cooperativas. Después de los temblores la situación ha empeorado, porque antes había un poco más de movimiento, había más comercio, pero ha sido un éxodo grande y no han sido muchos los que han regresado. Aquí el desempleo es rampante”, lamentó.

También dijo que la alcaldía temporera está lejos del centro del pueblo y para las personas de mayor edad, la situación es más difícil. Él (alcalde, Ismael “Titi” Rodríguez) ha tratado de hacer mucho, pero es la burocracia del gobierno y de FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, en español), que prometen y prometen y no hacen nada”, reclamó

Para Milagros Ríos Cruz, de 66 años, el problema principal es que los gobiernos no han sabido explotar los recursos naturales del pueblo.

Milagros Ríos Cruz
Milagros Ríos Cruz (Nydia Bauzá)

“Guánica tiene muchos lugares para visitar, lugares históricos, lugares interesantes, playas hermosas, lugares turísticos, pero no han sabido darle promoción y eso sería fantástico, porque Guánica se elevaría a nivel de otros pueblos que tienen sus malecones hermosos. No sé porque razón siempre que hay un alcalde nuevo dice que va a hacerlo, termina los cuatros años, luego regresa otro y es lo mismo”, sostuvo Ríos Cruz.

Dijo que la parte “más importante de Guánica, que es el malecón” está en muy malas condiciones. “Se llena todos los domingos, no veo por qué no lo restauran. Hay otros pueblos que tienen menos recursos naturales que nosotros y viven muy bien, en el sentido de que uno va los visita, hay actividad y se ve el pueblo vivo”, indicó.

Puntualizó que el pueblo necesita un proceso de revitalización, con una inyección a los negocios.

“Hay gente que viene los domingos de otros pueblos y no encuentran un sitio donde tomarse un café. Hay poco comercio y para atraer el turismo hay que darle ofrecimientos. Además, los temblores nos dieron un cantazo porque mucha gente se ha ido y muchos de los pocos negocios que había, cerraron. El pueblo sigue afectado porque la gente que se fue por los temblores no ha regresado, tenemos muy poca población y hay pocos servicios. Sé que el gobierno ha hecho una reestructuración, pero aquí no tenemos Registro Demográfico, no hay Colecturía. Tenemos un Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT), gracias a Dios, pero tenemos que hacer prácticamente todo en Yauco”, aseveró Ríos Cruz.

Sobre Guánica

  • Ubicado al suroeste de Puerto Rico, tenía una población de 21,530 habitantes, pero los últimos censos informales la estiman en poco más 12 mil.
  • El 25 de julio de 1898, como resultado de la Guerra Hispanoamericana, las tropas de Estados Unidos, desembarcaron por la bahía de Guánica, tomando posesión de la isla de Puerto Rico.
  • El municipio, que se conoce como el “Pueblo del eterno verano”, con preciosas costas bañadas por el Mar Caribe, fue fundado en 1914.
  • Su economía se basa en dos fábricas de fertilizantes, la pesca y el turismo.