Reclaman que no trasladen tumbas del área histórica del cementerio de Lares
Aseguran que “es una profanación a la historia patriótica de Puerto Rico”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Historiadores y líderes culturales advierten que se pudiera avecinar una convocatoria de protesta nacional si, en efecto, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) decide incluir el área histórica del cementerio de Lares, en el proyecto de traslado de los cuerpos que yacen en las 6,000 tumbas que, según geólogos e ingenieros, están en riesgo de colapso debido a la vulnerabilidad del terreno.
“Esto es mucho más de lo que se expone. Es un tema muy delicado y susceptible que llega a la médula de respeto que hay que tener con los patriotas del Grito de Lares. Tocar esas tumbas es una profanación a la historia patriótica de Puerto Rico. Y este no es un asunto local o de los lareños. Cuando hablamos de los patriotas del Grito de Lares, nos referimos a un asunto nacional e internacional. Cuando se sepa que quieren tocar esas tumbas habrá multitudes de personas que van a reaccionar”, manifestó el profesor e historiador José “Che” Paralitici.
Anticipó que a las manifestaciones se pudieran unir grupos de otros países.
Las expresiones surgen luego que Primera Hora publicara que varios estudios de suelo realizados el área del camposanto lareño concluyeron que todo el cementerio -incluida el área histórica que data de 1855 y que tiene una parte en la que yace el Mausoleo de los Mártires de la Revuelta de 1868- debe ser movilizado a otro lugar antes que las fosas y ataúdes continúen acercándose a la quebrada Los Muertos y provoquen una gran crisis de salud ambiental.
El proyecto, cuya aprobación está en manos de FEMA y conllevaría una inversión de hasta $190 millones, sería uno abarcador porque hay que exhumar todos los cadáveres. Los estudios de suelo fueron realizados por TCM Group LLC.
Así lo explicó el alcalde del pueblo montañoso, Fabián Arroyo Rodríguez, al insistir en que ha hecho todo lo posible porque se conserve el área histórica del cementerio, pero un tercer estudio efectuado en la zona determinó que, incluso, en esa parte del camposanto se encontró agua a cuatro pies de las tumbas, cuando lo normal es que sea por lo menos 14 pies.
“Todo el cementerio está igual de comprometido y debemos mover el 100% a otro lugar”, acotó el alcalde.
Ante esta situación, Paralitici y el líder cultural Alfredo González Ruiz, hicieron un llamado a Arroyo Rodríguez a que se una a los grupos que se oponen al movimiento de cadáveres de la zona histórica, aun cuando esto conlleve ir contra la agencia federal.
“Nuestra posición es que él se una a nosotros y paremos a FEMA con todas las intenciones, porque esto no es negociable bajo ninguna circunstancia. Esto es bien serio. Sabemos que el alcalde está con nosotros, pero tiene que parar a FEMA. No se trata de que ellos vengan y pongan el criterio. Nosotros, el pueblo, representados por el alcalde, debemos establecer las pautas”, puntualizó González Ruiz al recordar que las tumbas “son propiedades individuales de las familias”.
La conversación con el jefe de ayuntamiento es la primera carta bajo la manga de los defensores del área histórica del cementerio, pero el grupo no descarta elevar la controversia a un aspecto legal si, en efecto, se da marcha a la exhumación y movilización de restos humanos.
“Aquí no mandan los federales, aquí manda la historia. Y eso ya lo vimos con la lucha por la salida de la marina en Vieques. Allí no tuvimos que ir al tribunal. Allí ganó el pueblo”, reiteró Paralitici, autor de libros como “Lares en su historia: desde su fundación hasta el presente”.
Entre las ideas que sugieren se incluye convertir el espacio en un museo que se pueda promover como atractivo cultural entre las personas que visitan a la “Ciudad del Grito”.
“Puede haber 500 tumbas allí. Hay algunas que datan del siglo 20. Y tenemos en esos espacios a figuras como el poeta Clemente Soto Vélez. San Sebastián declaró monumento histórico su cementerio, y es lo que perseguimos nosotros”, expuso Paralitici.
De otra parte, Gregorio Rivera, miembro del Movimiento Ciudadano Pro Cementerio, explicó que algunos miembros del grupo se reunieron con el alcalde recientemente, a fin de conocer de primera mano el plan que hay con el camposanto.
Detalló que el Movimiento -capitaneado por la profesora Carmen Lydia Arcelay- no tiene reparos con la movilización de miles de tumbas que hay en el área nueva del cementerio, donde las fosas han ido cediendo durante años destruyendo, incluso, ataúdes. La situación empeoró con el inclemente huracán María en el 2017.
“En lo que no estamos de acuerdo es en que los fondos para condicionar el cementerio en su área de desastre dependa de que se traslade la parte histórica. Porque estamos convencidos de que esa parte se puede mitigar con drenaje y muros de contención. Y si FEMA no otorga el dinero, pues que se busque de fondos estatales. Ahora existe tecnología de ingeniería para hacer ese tipo de trabajos y dejar esa parte histórica para convertirlo en un museo”, subrayó Rivera, agrónomo de profesión.
Agregó que otras fuentes de financiamiento pudieran surgir desde la Legislatura o el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
“Lo importante es elevar la conversación y buscar posibles fuentes de ingresos que ayuden a conservar el área. Pero lo que percibo a veces es que si FEMA no da los chavos no se puede hacer y eso no puede ser”, precisó Rivera.
En 2017, el Departamento de Salud cerró al público la mitad del cementerio ante la amenaza a la salud pública y ambiental que representaba el deterioro que había en el lugar, donde debido a las fuertes lluvias del ciclón decenas de ataúdes fueron expulsados de sus tumbas y algunos cayeron por la quebrada colindante.
“El hallazgo de fosas abiertas con acumulación de agua, permitiendo el crecimiento de insectos, los panteones abiertos dejando expuestos ataúdes, representa un riesgo inminente a la salud pública. Estos sumado al grave riesgo de seguridad debido a la inestabilidad del terreno y a ser propenso a nuevos derrumbes y/o deslizamientos siendo ambas las razones para ordenar dicho cierre”, leía el informe al que tuvo acceso este diario y en el que se ordenaba poner candado a gran parte del camposanto.
Ante esta situación, los lareños empezaron a realizar sus funerales y entierros en pueblos cercanos, como Arecibo, Hatillo y hasta Isabela, según pudo corroborar Primera Hora en aquel entonces. Posteriormente, se hicieron unos nichos que resolverían momentáneamente la insuficiencia de espacios para enterramientos.
De otra parte, el municipio -asesorado por el ingeniero Hernán González- identificó 30 cuerdas de terreno en un sector conocido como Las Minas con miras de construir allí el nuevo cementerio.
“Una vez FEMA nos indique, sería cuestión de comprar el solar y empezar los procesos de estudio y permisología... no creo que haya problemas, porque es un terreno llano. Si de lo contrario, la agencia federal decide mitigar o reparar, sería canalizar los siete ojos de agua. Aparte, se habló de 2,000 camiones de terreno para crear un talud y que no se afecte la urbanización que queda cerca, y con ese talud moriría la mitad del cementerio. Entiendo que eso no es viable, pero ese ‘expertise’ es de FEMA”, dijo el alcalde recientemente a Primera Hora.