El ex gobernador de Puerto Rico, Rafael Hernández Colón, envió hoy una carta al presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz oponiéndose a la descripción del Estado Libre Asociado como un estatus colonial en un proyecto radicado por la Cámara de Representantes.

A continuación, reproducimos la  carta en su totalidad:

Estimado señor Presidente:

La Cámara de Representantes aprobó el proyecto 3648 disponiendo para la celebración de dos consultas sobre el estatus político de Puerto Rico,  el cual ha pasado a la consideración  del Senado en la sesión extraordinaria que el señor Gobernador acaba de convocar.

Al aprobar el proyecto que le fue sometido por la Administración, la Cámara enmendó el lenguaje de la primera consulta para calificar el Estado Libre Asociado de Puerto Rico como un estatus colonial.

Le escribo para oponerme a ese lenguaje por las razones que expreso a continuación.

La calificación de colonial de nuestro estatus político es ofensiva a la dignidad del pueblo de Puerto Rico,  quien constituyó el Estado Libre Asociado en el ejercicio de su derecho natural para organizarse políticamente sobre una base plenamente democrática dentro de su unión con los Estados Unidos de América. Así reza nuestra constitución.

Es ofensiva además contra el Congreso de los Estados Unidos que aprobó la legislación  para que el pueblo de Puerto Rico pudiera aprobar la Constitución que nos rige y entrar en un pacto definiendo las relaciones federales con el propósito de terminar la relación  colonial que existía entre ambos países bajo la Ley Jones.

La calificación de colonial es además contraria a las decisiones del Tribunal Supremo de los Estados Unidos resolviendo que Puerto Rico goza de una soberanía igual a la de los estados de la Unión. Y es contraria al Derecho Internacional puesto que es competencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas decidir si un territorio no autónomo -colonia- ha alcanzado o no la plenitud del gobierno propio y en el ejercicio de esa facultad la Asamblea General aprobó la Resolución  748 de 1953 declarando que Puerto Rico había dejado de ser un territorio no autónomo -colonia- debido a que al constituir el Estado Libre Asociado Puerto Rico había ejercido su derecho de autodeterminación y había sido investido de atributos de la soberanía política que identificaban el estatus de gobierno propia alcanzado por nuestro pueblo como una entidad política autónoma.

Desde que se aprobó esa Resolución al día de hoy los opositores del Estado Libre Asociado han tratado de que se derogue sin éxito alguno.

En vista de lo anterior resulta evidente que la calificación del Estado Libre Asociado como un estatus colonial es una calificación denigrante de carácter político opuesta a la naturaleza jurídica de esta entidad política. Al calificar al Estado Libre Asociado de esta manera en la papeleta de votación se está discriminando contra los puertorriqueños que apoyamos esta opción.

Se violenta además nuestro derecho al voto, pues a los que queremos continuar con el Estado Libre Asociado, la papeleta nos obliga a ratificar con nuestros votos el denigrante carácter colonial con que adjetiva la Cámara de Representantes a nuestro estatus político. Esto generaría una abstención masiva en la votación plebiscitaria.

Describir el Estado Libre Asociado como colonial en la papeleta es estigmatizar la opción de estatus preferida por cientos de miles de puertorriqueños. Es como si la alternativa de la estadidad se le añadiera el calificativo de asimilista o si a la alternativa de la independencia se le añadiera el calificativo de marxista. Sin duda una mayoría de los creyentes en la estadidad no votarían por una estadidad asimilista y tampoco una mayoría de los creyentes en la independencia votarían por una independencia marxista.

La celebración de un plebiscito en el cual se califica al Estado Libre Asociado de colonial para generar una mayoría artificial en favor de la estadidad, sera un ejercicio esteril, pues ya el Presidente de Estados Unidos ha manifestado que para ellos actuar se requiere que nuestro pueblo exprese su voluntad a través de un plebiscito justo plenamente democrático. A la larga le hará un daño a la causa de la estadidad y al buen nombre de nuestra democracia.

Señor Presidente: nuestra democracia agradecerá su iniciativa para que el proyecto que apruebe el Senado respete el derecho de todos los puertorriqueños de acudir a las urnas para apoyar el estatus de su preferencia y decidir nuestro futuro político. Si no fuera esta su voluntad, solicito una oportunidad para comparecer ante la Comisión del Senado que considere el proyecto para expresar mis puntos de vista.

Atentamente,
Rafael Hernández Colón