Quinta ola de COVID-19 hace escante durante dos meses y no parece detenerse
Los números se han mantenido en alzada desde mediados de marzo y ante la falta de restricciones, como el uso de mascarillas, ha sido difícil contener los brotes, hospitalizaciones y muertes en la isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La quinta oleada de COVID-19 en Puerto Rico comenzó en la segunda semana de marzo y desde entonces el aumento ha sido constante, elevándose a su mayor crisis epidemiológica en mayo, donde al menos se han reportado más de 119,000 casos y 141 muertes a causa del virus.
El escenario es reconocido por el Departamento de Salud en su último informe de Situación de la Epidemia del COVID-19 en Puerto Rico y el panorama luce desolador para los viejos, considerando que de las fatalidades reportadas en el mes, el 91% ha ocurrido entre personas de 60 años o más, la población más abatida por el SARS-CoV-2 durante toda la pandemia.
Así lo informa el gerente de investigación del Fideicomiso de Salud Pública y bioquímico, Marcos López Casillas, al destacar que la flexibilidad emitida por el gobierno el pasado mes de abril han abonado a que se haya perdido el control de contención del virus, cuya transmisión comunitaria está en su nivel máximo (rojo).
Mientras, el Departamento de Salud en su último informe epidemiológico, el cual analiza datos del 15 al 21 de mayo- tiene en la última de las 18 páginas del resumen un comentario final que alerta lo siguiente: “[...] destacamos que en la semana epidemiológica 20 se reflejó la mayor cantidad de brotes detectados por los equipos de investigación desde que se implementó la publicación de este informe (en septiembre de 2021), y que el 16 de mayo de 2022 se alcanzó el día con mayor número de casos (8,428) e incidencia a 7 días desde que inició esta oleada”. Asimismo, se destaca que en este mismo periodo de siete días ocurrieron 33 defunciones.
A tales efectos, el informe indica que durante el periodo del 15 al 21 de mayo en la isla se reflejó una positividad de 31.1% y se detectaron 25,868 casos a través de pruebas moleculares y de antígenos. Respecto a hospitalizaciones, para el 22 de mayo Puerto Rico se encontraba en una tendencia de aumento con 359 ingresos y 41 personas en unidades de cuidado intensivo.
Además, se hace constar que se identificaron 1,613 brotes y que los mismos incluyen 8,314 contagios y 7,947 contactos. El 75.1% de los brotes ocurrieron en entornos familiares, mientras el 21% fueron identificados en instituciones educativas.
“Este oleaje, si lo vemos por positividad empezó a mediados de marzo y ahí fue que nosotros (comunidad científica) empezamos a levantar la voz. Para ese entonces, específicamente para el 10 de marzo, la positividad estaba en un 2.1% y se registraban en promedio menos de 200 casos diarios y, eventualmente, empezó a subir poco a poco y no ha parado. Ya para el 1 de abril estábamos en un 4.8% de positividad y un promedio de 460 casos diarios. Ahora mismo, estamos sobre un 30% de positividad y un promedio de 4,500 casos por día. La tendencia fue subiendo poco a poco y no ha bajado, como ocurrió con ola de Alfa en la Semana Santa del 2021. Y eso es lo que nos preocupa. Entendemos que haber quitado todas las restricciones es lo que mantiene este patrón de aumento y no permite que bajen las hospitalizaciones. Y lo peor es que a partir del martes, vamos a ver el efecto del Memorial Weekend”, puntualizó el también catedrático de la Universidad de Puerto Rico.
La preocupación de los científicos es que de los 119,068 casos reportados en lo que va de mayo el 20% son personas de 60 años o más. También hay un análisis que indica que de los contagios del mes, hay 6,477 correspondientes al grupo de 0 a 5 años, una población que aun no puede recibir la vacuna. A modo de hacer una comparativa, explicó que los casos reportados en febrero, marzo y abril fueron menores que los que ya se acumulan en 28 días de mayo. Por ejemplo, en febrero se detectaron 12,376; en marzo fueron 8,201 y en abril 65,868.
“Cuando vamos a analizar las muertes ocurridas en mayo tenemos 141 casos, mientras en marzo hubo 38 y en abril 42. Sin embargo, de estas 141 muertes, tenemso que el 91%, es decir 128, fueron en personas de 60 años o más. Esto demuestra una vez más que esta es la población vulnerable a enfermarse, hospitalizaciones y muertes. Por eso es importante que continúen las medidas de prevención con el uso de mascarillas y lavado de manos y que las personas que no se han vacunado o requieran refuerzo vayan a buscar esas dosis”, acotó el científico al agregar que hay unas 195,000 personas del grupo demográfico de 60 años en adelante que no tienen su vacunación al día.
Cabe señalar que en las muertes ocurridas en mayo, hay un menor de 15 años que falleció el 4 de este mes en la región de Arecibo. Además, se reportaron cuatro muertes entre personas entre los 100 y 105 años. En total, en la isla se han registrado 4,359 decesos vinculados al COVID-19 durante los más de dos años de pandemia.
¿Qué pasara?
Según López Casillas el panorama respecto a la epidemia del COVID en Puerto Rico no es favorable, pues no hay medidas restrictivas para contener la transmisión comunitaria.
“El problema que tenemos ahora es que tuvimos eventos exacerbantes como las Justas, el Día de Las Madres, graduaciones y eventos multitudinarios en los que mucha gente se infectó porque fueron eventos que no fueron bien fiscalizados. Y si bien es cierto que la mayoría de los brotes ocurren en eventos familiares, hay que tomar acción también en este otro tipo de actividades...la realidad es que al no haber medidas salubristas implementadas es bien difícil contener el problema y yo no veo la situación mejorando para el verano”, subrayó.
“La gente, en general, tiene la sensación de que el COVID ya no existe y se está tratando como un catarro más. Ahí está el peligro. Eso contribuirá a más casos durante el verano cuando habrá más actividades y lleguen más viajeros. Esto con el riesgo de que lleguen las subvariantes de ómicron BA.4 y BA.5 que son más transmisibles. Este oleaje se puede perpetuar por un periodo considerable”, agregó.
Por su parte, el Departamento de Salud ha recurrido en su informe a sugerir medidas de mitigación que incluyen el uso de mascarillas, lavado de manos, distanciamiento físico, optar por actividades en espacios abiertos, no aglomerados y continuar promoviendo la vacunación.
Al mismo, tiempo hablan de garantizar el fiel cumplimiento de la implementación de guías y protocolos de acuerdo con el ALTO 3 nivel de transmisión comunitaria y nivel ALTO 4 de comunidad COVID-19 (eventos multitudinarios, instituciones educativas, facilidades de salud, facilidades de cuido prolongado).
Sin embargo, estos protocolos fueron alterados en abril por el secretario Carlos Mellado, quien dijo que “a dos años de la pandemia, teniendo las herramientas necesarias para combatir el COVID-19, no es necesario que continuemos teniendo restricciones y limitaciones”.
Por su parte, el gobernador Pedro Pierluisi ha reiterado la necesidad de que la gente se proteja de manera individual y ha hecho hincapié en que “esta no es etapa de dar órdenes (ejecutivas)”.
Ambos han insistido en los tratamientos monoclonales y pastillas antivirales, así como la vacunación, son medidas que ayudarán a controlar el repunte de casos.
Mellado ha dicho que es importante que una vez la persona arroja positivo a una prueba molecular o de antígenos, recurra a su médico primario o a alguna clínica para procurar los tratamientos disponibles. Entre los tratamientos antivirales están el Paxlovid y el Molnupivarir.
Los tratamientos de COVID-19 son específicos contra el SARS-CoV-2 que previenen síntomas severos, hospitalización o muerte. Están indicados para personas con síntomas leves a moderados, que se encuentren dentro de los primeros cinco a diez días de comienzo de síntomas y con factores de riesgo a progresar la enfermedad de COVID-19.
Es importante que consulte si puede cualificar para los tratamientos de COVID-19 lo antes posible luego de su diagnóstico. Los interesados en información, pueden llamar al (787) 522-3985.