¿Qué sucedería en un cierre de Gobierno?
En un escenario hipotético, ¿qué implicaciones tiene un cierre gubernamental?
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Como han vaticinado algunos, en la eventualidad de que el Gobierno por su falta de liquidez e incapacidad para financiar sus gestiones diarias se vea obligado a un cierre, el efecto sería multiplicador y devastador, y como una bola de nieve afectaría a los empleados públicos, el servicio de las agencias, a las familias a las que no les llegarán ingresos, a la empresa privada, a los suplidores, la salud, la educación y toda la cadena que mueve la economía en una sociedad.
Hasta don Ciprián, que vive en Jayuya, sentiría los efectos de este vendaval que impactaría los servicios de salud, los cultivos si es que recibe incentivos de agricultura, viéndose obligado incluso a cesantear a los empleados que laboran en la finca y que dependen de ese trabajo para su sustento.
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Aunque el alcalde de Comerío, Josean Santiago, conminó al gobernador Alejandro García Padilla a decirle al pueblo lo que sucederá, hay economistas que en este momento no vislumbran un cierre que arrase como un huracán.
El Gobierno es el principal patrono
En un escenario hipotético, ¿qué implicaciones tiene un cierre gubernamental?
El economista Gustavo Vélez, quien aclaró que su explicación no tiene la intención de crear alarma, indicó que el Gobierno es el principal patrono dentro de la economía de Puerto Rico.
“Los empleados del Gobierno representan una cuarta parte de los cerca de un millón de empleados en Puerto Rico, 25% de toda la empleomanía. Un cierre de Gobierno o un cierre parcial tiene un efecto multiplicador en toda la economía. La nómina anual consolidada que se paga del Gobierno es de $6,586 millones anuales. Eso refleja la magnitud del peso relativo del Gobierno a través del empleo, del pago, del ingreso que entra a las familias”, dijo Vélez.
“Un cierre total o parcial va a implicar un impacto económico en todos los comercios, la interrupción de servicios de los ciudadanos y de las mismas empresas. Todo lo que son los permisos. Todo se vería afectado. Puede agudizar aún más la situación económica que atraviesa Puerto Rico”, expuso.
El economista dramatizó que se desestabilizarían las operaciones de la economía privada, los servicios básicos de los ciudadanos, que proveen las agencias y a los propios comercios; y el pago a los suplidores.
El nivel de ingreso de la economía, los ingresos fiscales, agregó, se han ido reduciendo a una velocidad mayor que lo que se ha proyectado, en tanto, que el nivel de gasto va incrementando.
“Eso es porque están cerrando más empresas, hay más gente yéndose de Puerto Rico. Hay múltiples factores que han ido reduciendo la base contributiva. Lo que había ayudado antes a subsanar la diferencia entre ingresos y gastos era el Banco Gubernamental de Fomento. Lo que inyectaba liquidez era el Banco de Fomento. Al Banco no tener liquidez, el escenario de solvencia crea las condiciones para un cierre parcial del Gobierno”, apuntó.
¿Cómo Ciprián en Jayuya va a sentir el impacto?
Primero, la interrupción de servicios básicos. La salud, la limitación al acceso a salud, porque la Reforma no tiene liquidez para pagar proveedores. No va a haber dinero para pagarles a los proveedores privados. Si es en la montaña, Agricultura no tiene dinero. No le va a dar incentivos a los agricultores en esos pueblos de la montaña. El que se enfermó, no tiene acceso para curarse o es limitado.
“Si quieres abrir un proceso para establecer un negocio, si no hay fondos públicos, las agencias de permisos no pueden operar. Hay municipios pequeños que reciben subsidio del Gobierno Central. Si no tienen el apoyo del Gobierno central, también va a haber la reducción de servicios a ciudadanos. Los empleados se tienen que ir para su casa. No van a cobrar. Si no cobran el dinero, el que cuida los nenes y los cuidos no cobrarán”, apuntó.
Cierre parcial
Vélez cree que de haber un cierre del Gobierno, sería uno parcial. Pudiera haber una reducción de la jornada laboral. En vez, de trabajar ocho horas, trabajar seis. O cuatro días a la semana o cuatro días y medio. Va a depender de cada agencia. Hay agencias más prioritarias que otras y que la situación fiscal no es la misma.
“Si es un cierre parcial, ellos no han definido. No sabemos si va a haber cierre. Sospecho que van a mantener ciertas operaciones caminando, como pasó en el 2006 que se quedó la Policía, Centro Médico, Bomberos. Hay un protocolo que establece que hay que dejar esas agencias funcionando. Como quiera impacta todo lo de seguridad pública. Si no funcionan, sería el caos.
¿Por cuánto se puede extender un cierre?
Va a depender de si el Gobierno tiene liquidez. Ese problema, la única forma de resolverlo es accediendo a los mercados. La economía está débil. No está claro cuándo el Gobierno va a poder tener acceso al mercado de capital y el costo de ese financiamiento. Lo que va a definir el tipo de cierre, va a depender de la habilidad del Gobierno para acceder a los mercados. Mientras más tiempo, mayor es el daño al sistema. Hay que hacer una reestructuración del Gobierno. No puede seguir teniendo ese tamaño y ese gasto.
“Todo va a romper, empezando por los empleados públicos y se va trasladando a otros sectores. Que la gente entienda que toca a la puerta de toda la gente en Puerto Rico”, dramatizó Vélez.
Un impacto en cadena
El economista José Alameda indicó, por su parte, que ante un cierre los suplidores del Gobierno dejarían de cobrar de inmediato y dejarían de vender. No cobran la cuenta que le debe el Gobierno y dejan de vender durante el tiempo que esté cerrado.
“Por el efecto multiplicador, los suplidores también dejan de comprarle a otro”, dijo.
Alameda recalcó que los empleados públicos no cobrarían.
“Se afecta como cadena los que recibimos servicios del Gobierno. Se supone que la Policía y los Bomberos, las agencias de seguridad pública, no deberían afectarse. La tercera parte de la cadena somos la clientela de los gobiernos. Los indigentes, ¿qué van a hacer con Asume y los servicios que el Gobierno da? Daco, los tribunales. Sería una situación crítica terrible”.
Al planteársele a Alameda, que la gente no pagaría las hipotecas ni los carros, comentó: “Es una red de cosas. Primero tendrías que usar los ahorros. Tendrías que ir a los cupones, al PAN. Se complica la situación”.
Es un escenario hipotético.