Cabo Rojo. Las iguanas de palo pretendían ser una amenaza para el proyecto agroeducativo que la institución Aspira levantó en la finca El Pitirre, localizada en el sector Guaniquilla, hasta que Miguel “Guelo” Román Mercado puso a prueba su trampa para estos reptiles hace ocho meses.

Las iguanas, de hecho, no permitían siquiera que el personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) atrapara a la población de monos que había en la finca de 185 cuerdas de terreno que posee la institución sin fines de lucro en una colina con una impresionante vista a la Bahía Puerto Real, en Cabo Rojo. Se comían los guineos que se usaban de carnada.

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Eliminar tanto los monos como las iguanas era vital para el proyecto agroeducativo, dirigido por el agrónomo Alejandro Acevedo, ya que allí se les enseña sobre los oficios de la agronomía a los jóvenes que son parte de la escuela alternativa de Aspira en Mayagüez, la cual rescata a desertores escolares.

“La finca se inserta como parte del currículo para un curso de agricultura. Esos jóvenes, antes de la pandemia, vienen a la finca, se les daba el curso a nivel teórico de agricultura y luego la parte práctica. Si tenemos que sembrar, sembrábamos, si teníamos que echar agua, se echa agua. La pandemia llega y no dejábamos a los jóvenes venir a la finca, siguieron tomando el curso, pero a nivel virtual”, comentó el agrónomo.

En la finca El Pitirre, Ricardo López Ortiz, del DRNA; el agrónomo Alejandro Acevedo, de Aspira; y Miguel Román Mercado, creador de la trampa, muestran su funcionamiento.
En la finca El Pitirre, Ricardo López Ortiz, del DRNA; el agrónomo Alejandro Acevedo, de Aspira; y Miguel Román Mercado, creador de la trampa, muestran su funcionamiento. (Jorge A Ramirez Portela)

Para lograr enseñar a los estudiantes, la principal misión era acabar con la plaga de monos e iguanas. Acevedo también ha tenido que disminuir las cosechas en la inmensa finca a plantas espinosas, como las pitahayas y los limones, para evitar más problemas con la invasión de estos animales.

Ya casi los monos no se observan en la finca. Queda una pequeña y escurridiza población. Mientras, en las áreas más alejadas y donde todavía no se han puesto trampas, aún las iguanas campean por su respeto.

Las trampas ideadas por Guelo han sido la clave para controlar la plaga de reptiles en ciertas áreas, relató Acevedo.

“En estos días y hoy han podido ver que la población de iguanas ha mermado dramáticamente, porque lleva ya un tiempo las trampas haciendo su función y, pues, nosotros estamos más que felices. Nosotros le abrimos las puertas de manera experimental al personal del DRNA, que nos expuso lo de las trampas, y sí vimos los resultados, y hemos sido bien cooperadores con ellos, porque al fin de cuenta nos estamos beneficiando nosotros mismos a nivel de la agricultura”, comentó.

Acevedo informó que, cuando comenzaron a utilizar la trampa de iguana hace unos ocho meses atrapaban hasta 22 iguanas diarias. Actualmente, ya tienen dos zonas en las que estas casi no se perciben.

Reveló que, en total, han atrapado 600 iguanas en la finca El Pitirre.

“¿Por qué es importante la trampa? Se captura mucha hembra y al tú capturar la hembra, que tienen los huevos dentro, pues, entonces, estas eliminando iguanas, pero estas eliminando potencialmente que ellas puedan parir más y que no siga creciendo la población de iguana en la finca”, resumió.

La proyección de Acevedo y Aspira es lograr que la finca produzca frutos para vender a los comerciantes de Cabo Rojo.