Preocupados en Loíza más allá de la erosión costera
La criminalidad y falta de incentivos económicos son factores que también inquietan a sus residentes.
PUBLICIDAD
Con Voto2024, Primera Hora recorre todos los municipios de Puerto Rico para conocer el sentir de los ciudadanos antes de las elecciones generales. Cuáles son sus mayores preocupaciones y qué acciones toman los alcaldes y alcaldesas ante los problemas expuestos, lo leerás en nuestra edición impresa y en primerahora.com
Loíza. La criminalidad, vieja riña entre comunidades, deserción escolar, falta de incentivos económicos y la erosión costera son identificados como los problemas principales que afectan a la Capital de la Tradición, un pueblo enclavado en la costa noreste de Puerto Rico.
En una visita de Primera Hora a Loíza, varias ciudadanas y ciudadanos clamaron por opciones naturales para contrarrestar el embate de la erosión costera, agravada por el cambio climático, y algunos, cuestionaron, los proyectos municipales de revestimiento de piedras colocados como barreras para evitar que el mar siga carcomiendo comunidades playeras. La alcaldesa, Julia Nazario Fuentes, rechazó las críticas y dijo que se trata de una alternativa temporera para atajar la pérdida de terreno en las costas.
Relacionadas
Jarilys Cruz, una joven empresaria de 25 años, dijo que lo que más le preocupa de su pueblo, es la situación de las costas de Loíza.
La joven loiceña apuntó también a la necesidad de mayor orientación a la ciudadanía sobre las ayudas y estrategias disponibles para los emprendedores de pequeños negocios y personas que, como ella, trabajan por cuenta propia en el pueblo de Santiago Apóstol.
“Lo más que me preocupa de Loíza son las zonas costeras. Estamos por debajo del nivel del agua, tenemos mucha playa a la vuelta redonda, tenemos lagos y muchos otros cuerpos de agua, como ríos, y (si ocurre) un desastre natural estamos expuestos a perder todo, incluso hasta desaparecer. Me refiero a cómo nos ha ido afectando la erosión costera y, al estar Loíza rodeada de agua, sean playas, ríos, charcas o posas, estamos más vulnerables que en otras partes de Puerto Rico. Estamos por debajo del nivel del agua hace mucho tiempo y es lo que más me preocupa”, sostuvo la cuentapropista, que tiene un negocio de compraventa de ropa.
Cruz dijo que, aunque hay mucho comerciante en el pueblo, entre ellos jóvenes emprendedores, “hay poco conocimiento de cómo realizar las cosas y comenzar el emprendimiento, pero ya una vez lo empiezas a ejercer, tienes muchas ayudas y hay mucho emprendedor”.
Modesta Irizarry, líder comunitaria loiceña, cuestionó el revestimiento de piedras como primera opción para frenar la erosión costera y aludió al último proyecto del municipio en la comunidad Los Lucas, en el barrio Medianía Alta, donde residen unas 40 familias. Este es el tercer revestimiento de piedras que ha colocado el municipio para lidiar con la erosión costera; otros fueron en el sector Parcelas Suárez y en la carretera PR-965, frente al mar.
“La erosión costera es un asunto un poco grave del que hemos estado hablando hace mucho tiempo. Es algo muy importante para atender las sugerencias que están dando los científicos y, realmente, el procedimiento que se está llevando no es el más correcto, aunque queramos complacer a muchos residentes que viven cercanos a la costa”, sostuvo Irizarry,
Dijo que el revestimiento de rocas no es la mejor manera de resolver el problema porque los científicos y en el informe del Comité de Expertos para el Estudio del Cambio Climático, “que se sometió al gobernador (Pedro Pierluisi) y que la Legislatura no quiso atender, en esta última sesión, ellos dan un procedimiento, que es antes de tirar las piedras y, que ésta, debe ser la última opción”, indicó la líder loiceña, quien hizo un llamado a respetar el trabajo del liderato de la comunidades porque hay “compañeras que hemos sido amenazadas recientemente por la lucha nuestra de tratar de educar a la comunidad”.
Dijo que otras alternativas para atajar la erosión costera son la siembra de dunas, siembra de árboles y educar a la comunidad para que sea parte de ese proceso.
“Alguna gente dice que las dunas van a tardar, pero si no se siembran no van a crecer nunca. Proteger la playa y la naturaleza es responsabilidad de nosotros los seres humanos y en Loíza pueblo, tenemos gente sacando hasta tierras y tumbando dunas, en el área de Piñones. No podemos convertir las playas en piedra y en muros donde la gente luego no va a tener acceso. También hay que recordar a desarrolladores que las playas son del pueblo, no importa el hotel que se construya”, denunció.
Irizarry añadió que “hay gente que no quiere hablar porque cree que este es un ataque político, pero tenemos que educarnos, hay que orientarse correctamente de lo que están diciendo los científicos”.
La líder comunitaria también destacó entre otros problemas sociales que impactan al pueblo, “el asunto de los tiroteos que afecta a varias comunidades, particularmente, durante las noches” y obras de reconstrucción que no han sido terminadas.
“Estamos muy al pendiente, por ejemplo, de la plaza pública, que estamos deseosos de que pueda ser terminada, pues es un espacio para compartir”, apuntó.
Para Carmen Rivera Quiñones, maestra de educación especial, la falta de preparación académica y deserción escolar son otros problemas que requieren atención en su pueblo. “Todavía hay mucha gente que no tiene preparación académica y muchos jóvenes abandonan la escuela y no regresan. El Departamento de Educación provee una escuela nocturna, pero existe un problema entre comunidades que no se llevan entra sí. Esa escuela nocturna está en el área de Medianía y muchos de los jóvenes no llegan hasta allá por la cuestión de la rivalidad. Muchos de ellos se quedan sin completar estudios y terminan siendo personas que muchas veces son víctimas de la violencia y la criminalidad. He tenido estudiantes que, lamentablemente, han sido asesinados. Aquí cerca del banco me mataron a un estudiante”, deploró la educadora.
El comerciante, Carlos Rivera, por su parte, abogó por una inyección económica en el casco del pueblo para revitalizar el comercio.
“Aquí hay que hacer muchas cosas para que la comunidad y los comerciantes puedan unirse, hay poco desarrollo de comercios, quizás en el pueblo el problema es mayor porque tenemos áreas más desarrolladas (en barrios), pero en el casco del pueblo hay que buscar la manera de inyectarlo”, sostuvo Rivera, quien es comerciante hace unos 40 años.
Dijo que no tenía números a la mano sobre cierre de negocios, pero mencionó que en semanas recientes cerró una cafetería en el centro del pueblo. “Siempre se les echa la culpa a los gobiernos, pero tenemos que unirnos todos, tenemos que hacer reuniones para ponernos de acuerdo para florecer la economía. El municipio también es parte y necesitamos también que de una manera o de otra, nos dé la mano para poder desarrollar el pueblo”, dijo el propietario de Campas Place, un negocio de venta de frituras, bacalaítos y bebidas en el Sector Vacía Talega, en Piñones.
Conoce más
- Loíza tenía una población de casi 32 mil habitantes, pero se ha reducido a poco más de 23 mil personas.
- Este folclórico pueblo se caracteriza por el tradicional baile de bomba, la confección de coloridos vejigantes y en la gastronomía, por los quioscos de venta de alcapurrias y otras frituras artesanales.