Preocupación en municipios del este por posibles efectos de las lluvias en servicios de luz y agua
Seis alcaldes de la zona costera explicaron los trabajos de contingencia que realizan ante eventualidad de cualquier fenómeno atmosférico que afecte a la isla
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La fragilidad del sistema eléctrico y el efecto que esto pueda tener en el servicio de agua potable- pues muchas estaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) funcionan con energía- es una de las principales preocupaciones que tienen los alcaldes del área este de Puerto Rico ante la amenaza de aguaceros y vientos fuertes que ya se acercan a la isla.
Dentro del plan de contingencia de los ejecutivos municipales también se destacan trabajos de mitigacióin en zonas indundables, mediante limpieza de bocas de quebradas, ríos y alcantarillas y el recogido de escombros por las comunidades.
En Río Grande, por ejemplo, el alcalde Ángel “Bori” González, aprovechó la mañana para culminar los trabajos de recogido de basura y limpieza de alcantarillas en comunidades que tradicionalmente se inundan con el impacto de fenómenos atmosféricos.
“Estuvimos pidiéndole a la gente que sacaran las cosas y vamos a estar activos en el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) por si surge cualquier situación. Pero nuestra gran preocupación ahora mismo es que desde anoche hay intermitencia con el servicio de energía eléctrica y tengo a más de 800 familias sin luz. Esto lo que provoca es que los sistemas de agua colapsen porque dependen de la electricidad. Y eso sí es un problema”, expresó González.
Entre los barrios que confrontan problemas están Palmer, Colinas del Yunque, La Vega, Rio Grande Estates y las Tres T.
“Por falta de luz tengo a la gente sin agua también. Imagínate la situación si viene una tormenta tropical. Esto se agrava. La AAA tiene previsto mantener los sistemas porque tienen generadores, pero es algo a lo que debemos estar pendientes”, acotó al recordar que para los 54,000 residentes de este municipio costero está latente el recuerdo del huracán María y sus efectos con la energía eléctrica, un servicio que regreso paulatinamente al pueblo tres meses despés del embate del ciclón.
En Río Grande el refugio disponible está ubicado en la escuela Liberata Hiraldo y tiene capacidad para 200 personas.
De otra parte, en Luquillo, el alcalde Jesús “Jerry” Márquez dijo haber tenido comunicación con personal de LUMA Energy y de la AAA a fin de establecer un plan ante la posibilidad de que se afecte el servicio de energía.
“Desde que empezó la temporada de huracanes hemos activado un plan de contingencia y estamos en comunicación con LUMA y la Autoridad de Acueductos porque cuando vienen estos tipos de fenómenos usualmente perdemos la luz y en consecuencia el agua porque las plantas funcionan con energía. Ellos nos han garantizado que tienen suficientes generadores que se adquirieron a través de FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) desde el huracán María y nos suplirán de energía en esas estaciones, de ser necesario”, detalló.
Otra área de observación son las crecidas de ríos y el comportamiento de las marejadas, ante la posibilidad de inundaciones en comunidades cercanas.
“Lo importante es no bajar la guardia porque sabemos que para la década del 80 hubo unas copiosas lluvias que provocaron deslizamientos de terrenos en una comunidad completa. Aquí los problemas no son necesariamente los vientos, sino la lluvia. Y a eso estamos pendientes”, explicó al agregar que en Luquillo el refugio principal está ubicado en la escuela Isidro A. Sánchez y tiene cabida para 600 personas.
Mientras, en Loíza, la alcaldesa Julia Nazario acogía las tareas del día como un “gran ejercicio en vivo” de cara al impacto de cualquier fenómeno atmosférico de mayor categoría a las lluvias que se esperan para la tarde y noche del martes.
“Esto es un ejercicio como si fuera un huracán. Creemos que pasará al sur de la isla, pero estamos preparándonos como si viniera para acá. Estamos pendientes en la calle a las bombas de agua y habilitando el refugio de la escuela Carlos Escobar López con área de encamados. En nuestro caso, tenemos espacio para 300 personas y tengo camas para 22 encamados y 22 cunas para niños. Sé que con lo del COVID-19 hay preocupación pero ya se determinó que se separarán los vacunados de los no vacunados y en el caso de los residentes que estén positivos al virus los vamos a llevar a otro refugio”, sostuvo.
Rememoró que tras el azote del huracán María (2017) más de 800 loiceños tuvieron que ser refugiados. Posteriormente, el número de albergados fluctuaba en los 400.
Este ciclón provocó la pérdida de unas 900 residencias de Loíza y afectó parcialmente a otros 3,000 hogares.
En Fajardo, la historia es similar, según dijo a este diario el alcalde José “Joey” Meléndez, quien entrada la tarde confirmaba que el refugio en la escuela Berta Zalduondo estuviera lista en caso de recibir a algún ciudadano.
“No lo hemos abierto, pero tenemos personal allí por si acaso alguna persona llega a buscar el servicio. Ya nos comunicamos con comedores escolares y el Departamento de Vivienda, y te puedo asegurar que estamos ‘ready’ para atender la emergencia”, expresó.
Reiteró la dinámica de segregar a personas vacunadas por COVID de los que aun no se han inoculado, al tiempo que agregó que las pruebas de cernimiento y proceso de inmunización en su municipio está activo.
En cuanto a mitigación, sostuvo que se realiaron limpiezas de caños y alcantarillas en diversos sectores, incluyendo el barrio Maternillo uno vulnerable a inundaciones.
En Ceiba, también se efectuaron labores de recogido de escombros y limpieza de zonas propensas a inundarse, dijo el alclade Samuel “Sammy” Rivera Báez.
“De activarse algún refugio sería en la escuela Irma Pedraza. Lo tenemos “stand by” por si algo ocurre y por todo este asunto del COVID-19 estamos trabajando con el personal de rastreo de casos del municipio para asegurarnos de que todo se lleve a cabo con las medidas de prevención. Nosotros tenemos una lista de las personas que están positivas en el pueblo y si alguno necesita refugio ya tenemos dónde ubicarlos”, reiteró.
De otra parte, personal de manejo de emergencias y la policía municipal tuvieron que movilizarse en horas de la mañana a desalojar a personas del río Charco Frío.
“Nos concentramos en clausurar esa área porque en este momento los esfuerzos de rescate deben estar concentrados en la emergencia de las lluvias que se esperan y no en rescatar turistas de los cuerpos de agua”, expresó.
Mientras tanto, en Vieques, el alcalde José “Junito” Corcino, expresó que se mantenían atentos a las eventualidades desde el COE del municipio.
“Tenemos radios portátiles para que en caso de que se vaya la luz o el sistema telefónico poder tener un medio de comunicación”, indicó al agregar que el refugio de la escuela María Simons está disponible para atender ciudadanos. El albergue acomoda a 70 personas.
Manifestó que el principal reto en los escenarios de emergencia son la posibilidad de quedar sin servicios básicos de electricidad, agua o transportación. Agregó que el servicio de transporte marítimo estaría disponible hasta las 4:30 de la tarde.
“También es un hecho que nuestra gran preocupación en este tipo de eventos es que surja una emergencia médica en medio de la emergencia (atmosférica) pues en Vieques no hay hospital y sería imposible trasladar a un paciente a la isla grande”, acotó.