Pidió clemencia para que no le hicieran daño a Alexa
Habla con Primera Hora Nandy Torres Rosa, el hombre que trató de socorrerla
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Fajardo. La noche antes del asesinato de Alexa -la transgénero que fue despiadadamente atacada a tiros por unos sujetos que de manera morbosa grabaron el crimen-, Nandy Torres Rosa pidió clemencia para la mujer ante la avalancha de comentarios cargados de odio que se generaron en su contra a través de redes sociales a raíz de unas publicaciones en las que se le acusó de perversión.
Nandy se conectó a la red social Facebook y trató de convencer a los usuarios de no hacerle daño a la mujer que había conocido en noviembre pasado cuando un día, de camino al garaje, vio acostada y desamparada en un banquillo de una parada pública.
Ese día, según relató entre lágrimas a Primera Hora, desfalcó los chavos de la gasolina y compró para Alexa un refresco y un pedazo de bizcocho. Desde entonces, Nandy no pudo olvidar aquella mirada triste y cargada de dolor de la persona a la que trató de socorrer y con la que perdió contacto cuando estaba a punto de ingresarla a una institución para personas sin hogar.
“Tenía mucho miedo…una timidez terrible”, recuerda Nandy quien hizo el relato a este diario desde las gradas de un parque cercano a la parada en la que conoció a Alexa quien, asegura, era paciente mental y nunca se mostró agresiva.
De hecho, lo ocurrido aquel día de noviembre quedó plasmado en un vídeo que se hizo viral tras el asesinato de Alexa, quien fue acribillada ayer en la madrugada a la orilla de una carretera en Toa Baja.
Las imágenes muestran el momento en que Nandy le pregunta a Alexa por qué se veía tan triste y ella le confiesa que tenía depresión. Luego le reveló detalles oscuros de su niñez y el abandono que sentía por parte de su familia, aparentemente, porque se identificaba como una persona transgénero. El término transgénero se emplea para describir a personas cuya identidad de género, expresión o comportamiento es diferente de aquellos típicamente asociados con su sexo asignado al nacer.
“Ella rápido habló de depresión… traté de aconsejarla y jugar un poco psicológicamente con ella pues no es la primera vez que trabajo con deambulantes y adictos. Esto es algo que hago frecuentemente desde el 2013 y utilizo las redes sociales como herramienta para que me ayuden a buscarles ayuda a la gente que conozco”, resaltó.
“Se le veía el maltrato.. sí me dijo que fue maltratada en su hogar, que vivía en un encierro y que esperó el momento adecuado para escapar de ese hogar… cuando la conocí llevaba siete meses en la calle”, expresó sobre Alexa quien aparentemente es de Carolina. Su nombre de pila, según información trascendida hoy, es Carlos Negrón y hace unos años trabajó en un car wash y en un fast food.
Nandy narró que durante cuatro días estuvo en contacto con Alexa a quien logró comprarle ropa y le buscó un lugar para que se aseara. También le ofreció atención en el Hospital Caribbean Medical Center, pero la joven de 29 años lo rechazó.
Justo cuando se hacían las gestiones para ingresar a Alexa en un hogar de personas sin hogar, la mujer escapó. Nandy supo de ella unas semanas después cuando le enviaron unas fotografías que la ubicaban en Las Piedras.
“Después con el tiempo me di cuenta que así era que ella vivía… ella huía. De hecho, le decían ‘El Caminante’ (por su condición de deambular por las calles y sin rumbo fijo)”, expuso.
Nandy aclaró que Alexa no era adicta a drogas. De eso estaba seguro porque si alguien conoce las agonías de un usuario es él, quien en el pasado experimentó con las drogas y la pasó mal. Y al igual que Alexa se sintió rechazado por una sociedad que juzga, pero muy pocas veces ayuda.
“(El asesinato) me seguirá afectando porque yo viví como las personas sin hogar… tomé malos pasos y no fue por la crianza que me dieron mi mamá y mi papá, sino por ignorancia. Por la misma ignorancia de esos chamaquitos que hicieron ese acto tan malo y lleno de odio. Nunca fui un asesino ni nada de eso pero conocí el bajo mundo y ahora a los 41 años puedo decir que me arrepiento…y sufrí, sufrí porque tuve un tiempo el que fui juzgado y se siente feo y por eso lo siento tanto”, dijo entre sollozos.
En cuanto al crimen de Alexa dijo que presintió que algo malo podía ocurrirle luego que durante el fin de semana trascendiera en redes sociales unas acusaciones en las que se le señalaba como una persona pervertida. Se señaló a la mujer transgénero de intentar ligar a otras con un espejo en unos baños de un restaurante de comida rápida. El hombre que hizo la denuncia pública dijo que llamó a la policía, pero las autoridades confirmaron que no hubo querella formal. Enseguida el asunto se hizo viral y salieron a flote comentarios de transfobia y odio hacia Alexa porque muchos no aceptaban el hecho de que accediera a un baño de mujeres.
“Eso me tenía preocupado y sabía que iba a pasar algo esa noche… lo sentía en mi corazón. No soy de meterme en Facebook a escribir en los post de otros pero al ver lo que ocurría me metí en los comentarios y todo era odio e incitando a que Alexa era un sátiro. Insistían que había que matarla…”, contó.
Desesperado Nandy le respondía a las personas que escribían comentarios despectivos tratando de convencerlas de que Alexa era una paciente mental, que era indefensa y que no era justo que le hicieran daño. Incluso, hizo un pequeño vídeo relatando la manera en la que la conoció y la publicó en Facebook.
“Mi interés era que no la juzgaran y que la conocieran primero… y la gente me trató como un loco que defendía a un sátiro…todo eso fue la noche antes de esa madrugada en la que me la mataron. En ese video les dije que, bendito, que no me gustaría enterarme que alguien le había hecho daño. Y a las 4:00 de la mañana (de ayer) me entero que la habían matado. Después de eso también veo el vídeo del suceso. Y eso me mató. Me mató”, expresó sin poder controlar las lágrimas por la impotencia de no haber podido hacer más por Alexa.
“No le dieron oportunidad. Y me da coraje porque vuelvo y te digo ese vídeo que hicieron viral era pidiendo ayuda, no era para hacerme famoso y casi nadie me escuchó”, lamentó.
El coraje lo agobia al pensar que “lo que pasó fue por un bochinche de un espejo”.
“Ese espejo era su retrovisor como el que tiene cualquier vehículo. A través de ese espejo ella veía quien estaba detrás de ella. Tal vez cometió el error de poner el espejo en el piso y la juzgaron de estar ligando, lo publicaron en redes sociales y de ahí rápido empezó el odio”, analizó.
Nandy lamenta que las redes sociales sean el canal para que algunas personas generen mensajes de odio o de acoso contra otros.
“Es lamentable que Alexa vino a este mundo a sufrir tanto, pero hay que tomar también una enseñanza de todo esto. Quiero pensar que lo ocurrido va a ser una lección eterna para nosotros. Que no se va a repetir. Que dejemos el odio y el bullying en las redes sociales porque esto es una enfermedad dañina con resultados como los que estamos viendo con Alexa”, sostuvo.
A la familia de Alexa – quienes esta tarde reconocieron su cadáver en el Negociado de Ciencias Forenses (NCF)- también les envió un mensaje.
“Los seres humanos cometemos errores, pero también Dios nos da tiempo de arreglar nuestras vidas. Es tiempo que su papá, su mamá y sus hermanas traten de arreglar este daño, que lo reconozcan en forenses y le den cristiana sepultura”, suplicó antes de que los familiares acudieran a identificar el cuerpo.
Luego que la policía hallara el cuerpo baleado de Alexa en un pastizal de la PR-165, en Toa Baja, se hizo público en redes sociales otro vídeo del momento en que acribillan a una persona muy parecida a ella. En el pequeño filme se ve a lo lejos una carpa y una persona caminando, quien se presume es Alexa. De inmediato se escucha la voz de un hombre gritarle: “mira, dame ese cul..”. Posteriormente le dicen: “te vamos a entrar a tiros…”, “a que me bajo y le meto con el palo”. Unos segundos después se escuchan unos disparos.
La secuencia de hechos grabados son investigados por la Policía y han consternado a un gran sector de ciudadanos puertorriqueños, quienes exigen que se investigue el crimen como uno de odio.