Pescadores de La Parguera denuncian que “nos tienen abandonados”
Por la falta de energía, tuvieron que decomisar los productos que tenían en neveras y no pueden salir a pescar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Lajas. La marejada ciclónica del huracán Fiona arruinó muelles, botes y artes de pesca, pero a medida que pasan los días, la mayor preocupación de los pescadores de La Parguera es la falta de energía eléctrica.
“Fue bien fuerte esto y hasta ahora que ustedes (Primera Hora) vienen, aquí no han venido a entrevistar a nadie. Nos tienen abandonados, como se dice, en esta situación en que estamos”, reclamó don Aníbal Santiago Santiago, uno de los miembros de la Asociación de Pescadores La Parguera, Inc.
El trabajador del mar de 75 años, uno de los masters de la villa pesquera, dijo que tuvieron que decomisar la pesca y carnada que tenían almacenada por la falta de luz. Dijo, además, que no saben cuándo podrán salir a pescar para ganarse el sustento, pues sin energía eléctrica no pueden operar.
“Aquí el ciclón hizo mucho daño, hay mucho muelle roto por ahí, casetas y se inundó todo... La mar nos sacó los botes por ahí para afuera. El agua se le metió adentro de las casas que hay aquí (flotantes) y a muchas les levantó el piso”, sostuvo para agregar que en Papayo, un sector cercano a La Parguera, “el ciclón tumbó” algunas casas.
“Ya estamos afectados, porque no hay pesca. Ahora, con esta situación, estaremos dos o tres meses sin salir a pescar porque, ¿a quién uno le va a vender, sino hay luz? Automáticamente, nosotros estamos teniendo pérdidas porque no podemos salir a pescar y aquí somos muchos”, dijo el veterano pescador de nasa, nacido y criado en el lugar.
Santiago destacó, además, que el sargazo que cubre gran parte de la bahía era un evento nuevo que había arrastrado la marejada ciclónica. “Empezó a bajar con el ciclón y es lo que nosotros llamamos fideíllo. Son algas de las que come el manatí en el fondo. Esto se va a cubrir todo y nos afecta también a nosotros porque se acumula en las rampas y nos daña las embarcaciones”, explicó el hombre que lleva más de 40 años saliendo al mar. Su lancha, Deryan, lleva el nombre de su nieta de 14 años.
“Lo que más que nos está afectando es la falta de luz. Hemos tenido que botar mucha carnada y mucha pesca. Acabo de botar como 50 libras de colirrubias. Todos los pescadores han perdido por la falta de luz, sea por las carnadas o por la pesca que tenían en los freezers”, dijo por su parte, el presidente de la Asociación, Ramberto Hernández Hernández.
Detalló Hernández que la villa lajeña reúne a unos 22 pescadores, de los cuales 19 tienen licencia y tres están en trámites de obtenerla.
“Nosotros nos preparamos para una tormenta y cuando dijeron que iba a pasar como (huracán) categoría 1, nos volvimos a preparar y nos sacó los botes a la orilla después que estaban bien amarrados. La marea subió bastante, ese fue el problema. La marea se fue por encima del muelle”, describió el pescador mientras revisaba las neveras para decomisar los productos del mar.
“Aquí tengo como $300 para decomisar y ya decomisé como $200 más de colirrubias que tenía en otro freezer en mi casa. Después que se descongela no se puede comer y eso, que repartí a los vecinos, regalé pescado”, dijo el líder de la villa de pescadores.
No pudo dar estimados de las pérdidas, pues dijo que los miembros del gremio no habían podido reunirse.
“No nos hemos reunido todavía, pero es posible que sean miles de dólares. Las embarcaciones no sufrieron muchos daños, pero las artes de pesca sí. Se quedaron nasas fuera y (filetes) trasmallos que no se pudieron recoger”, precisó Hernández de 62 años, quien empezó a pescar con su papá desde que era adolescente.
“La mayor preocupación nosotros es la luz porque así no se puede pescar. Si no hay luz, ¿para qué se va a pescar? No es que no queramos, es que no se va a poder. Aunque el tiempo esté bueno no se va a poder salir al mar”, dijo para recordar que el embate del huracán María significó un rudo golpe para los pescadores de Lajas, pues estuvieron cuatro meses sin energía eléctrica. Luego también fueron impactados por los terremotos del suroeste.
“Sigo activo pescando y ahora mismo me toca la licencia vitalicia. Llevamos 35 años pescando y hemos sobrevivido. La pesca es buena y da frutos, el problema es que es sacrificada”, agregó Hernández.