Pedro Pierluisi estuvo “quita’o” de puestos políticos por casi tres años y su regreso está casi por concretarse de manera inimaginable y con un gran reto: ocupando la silla de secretario de Estado, un puesto que, de ser confirmado en la Legislatura, le daría paso para ser el sucesor del renunciante gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló.

¿Qué harías si fueras mi sucesor?, esa fue la pregunta que el pasado lunes le hizo Rosselló a Pierluisi durante una reunión en La Fortaleza, donde el gobernador saliente aprovechó para entrevistarlo.

Tras emitir su respuesta -enfocada la reestructuración y desarrollo económico de Puerto Rico- llegó una segunda interrogante: ¿aceptaría ser secretario del Departamento de Estado?

Pierluisi -quien mantuvo conversaciones personales y electrónicas con Rosselló durante las pasadas semanas- no lo pensó dos veces y sostuvo que tomó su decisión conmovido por el sentir del pueblo ante la crisis suscitada en el país durante los últimos 15 días luego que surgieran arrestos de altos exfuncionarios de la actual administración y de la revelación de un chat en el que el primer mandatario, junto a 11 de sus allegados, protagonizaban un hilo de comunicaciones que incluían burlas homofóbicas, misóginas, discutían política pública y otros hechos irregulares que podrían constituir delitos criminales.

El renunciante gobernador nombró ayer a Pierluisi como secretario de Estado, quien de hecho juramentó a su cargo en una ceremonia privada celebrada en el Palacio de Santa Catalina, acompañado de varios funcionarios que incluían al gobernador, a la primera dama Beatriz Rosselló, al asesor legal del gobernador, Carlos Saavedra y a su hermana Caridad Pierluisi.

“Luego de mucho análisis y tomando en cuenta los mejores intereses de nuestro pueblo, he seleccionado al licenciado Pedro Pierluisi Urrutia para llenar la vacante de secretario de Estado. Para atender el asunto, estaré convocando una extraordinaria para mañana”, dijo el gobernador sobre el proceso que comenzaría mañana a las 11:00 a.m en ambos cuerpos.

El también exsecretario de Justicia y comisionado residente en Washington sabe que su primera barrera es pasar el cedazo de los representantes y senadores del Partido Nuevo Progresista, luego que trascendiera que muchos de ellos avalan al presidente de la cámara alta, Thomas Rivera Schatz, como el candidato para la secretaría de Estado y, eventualmente, sucesor del gobernador.

Pedro Pierluisi junto a la licenciada Alicia Sepúlveda, quien tuvo a su cargo la juramentación del secretario de Estado. (Suministrada)
Pedro Pierluisi junto a la licenciada Alicia Sepúlveda, quien tuvo a su cargo la juramentación del secretario de Estado. (Suministrada)

En cambio, dijo a Primera Hora estar centrado en poder convencerlos de su “compromiso genuino con el país” y detalló que ha establecido conversaciones con algunos de éstos para conseguir los votos necesarios para su confirmación como jefe del Departamento de Estado. De hecho, adelantó que hoy en la tarde se reuniría con Rivera Schatz y con el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos “Johnny” Méndez, a fin de responder sus dudas. Insistió en que la relación con ambos es “buena y de respeto”.

Dijo que confía en que los legisladores le den la oportunidad de expresarse y de atender cualquier inquietud que surja mediante el proceso de vistas públicas.

“He estado en comunicación con legisladores y cada vez que estoy teniendo esas comunicaciones el resultado es favorable. Contesto sus preguntas y al final se comprometen en apoyar la designación”, aseveró sin revelar nombres.

“Quisiera que pasemos este episodio lo antes posible y que, llegado el viernes a las 5:00 de la tarde, si Dios quiere, esté desempeñándome como gobernador por los 15 meses que restan del presente cuatrienio… no podemos continuar con esta incertidumbre e inestabilidad. Mi norte es que Puerto Rico llegue a puerto seguro y que el barco no se hunda”, agregó.

Negó que de ser sustituto del gobernador haya algún tipo de conflicto de intereses tras haber trabajado hasta ayer como abogado del bufete O’Neill & Borges y reiteró que el asesoramiento que durante los últimos dos años le ofreció a la Junta de Supervisión Fiscal le da ventaja para “trabajar a beneficio del pueblo de Puerto Rico”.

“No existe conflicto alguno… mi desempeño como abogado no tiene nada que ver con mi futuro desempeño como gobernador. De tener el aval de la Legislatura, como gobernador mi única lealtad es al pueblo de Puerto Rico”, indicó.

Ambiciosa agenda como gobernador

Pierluisi está consciente de los escollos que supone sustituir a Rosselló en la gobernación, pero apuesta a su historial como servidor público para sobrepasar cualquier reto, incluyendo tener mano dura contra la corrupción gubernamental.

¿Podrá poner la casa en orden?Lo primero que hay que hacer es restablecer las buenas relaciones con el gobierno federal. Restablecer la imagen en y fuera de la isla. Eso es un gran reto. Por otro lado, motivar a todos los servidores públicos que la inmensa mayoría es gente buena trabajadora, incluyendo a los que están en puestos de confianza. Motivarlos para que en estos últimos 15 meses del cuatrienio echen el resto. Acabamos de pasar una crisis nunca antes vista, acabamos de tener un momento muy difícil. En este país nunca había tenido la renuncia de un gobernador, nunca tuvimos un posible residenciamiento y ese capítulo tan trágico ahora tiene que quedar atrás y tenemos que unirnos por el bien de Puerto Rico. Y lo primero es al reconstrucción y también la economía que hay que echar a andar.

Pero, Pierluisi, la gente se siente lastimada y tiene mucho coraje…Estuve muy pendiente de las manifestaciones, los reclamos y las inquietudes expresadas por nuestro pueblo… y el resultado de todo eso es que ahora tenemos que transformar esa energía, que nuestro pueblo demostró, en acciones constructivas que lleven a Puerto Rico hacia adelante.

Mi compromiso es ser más responsivo a los reclamos del pueblo… más transparente en todo lo que se hace. Tener puertas abiertas en La Fortaleza, en la Legislatura y en las alcaldías para que el pueblo se sienta escuchado  y atendido.

Y, ¿cómo bregará con la corrupción que es el enemigo número uno de este gobierno?

En mi caso, tengo gran experiencia lidiando con ese tema porque fui secretario de Justicia por cuatro años y que coincidencia que en aquel entonces había empleados fantasmas en la Legislatura y bajo mi liderato eso se eliminó a mediados de los años 90. Lamentablemente, aparentemente, ha vuelto a suceder y eso hay que continuar erradicándolo. Pero estuve en una silla que combate la corrupción de día a día y mi hoja de servicios está ahí y los resultados están ahí. ¿Que qué voy a hacer? Pues, todas esas investigaciones que están en curso por cualquier acto irregular o posible corrupción, lograr que lleven a feliz término. Voy a supervisar todos los organismos de ley y orden de Puerto Rico, incluyendo al Departamento de Justicia y a la Policía, entre otros. En ese aspecto el pueblo puede estar tranquilo porque eso ya es parte de mi trayectoria como servidor público.