El Instituto de Ciencias Forenses (ICF) graduó a su primera residente en Patología Forense, después de 15 años de inoperación del programa que fue reacreditato el año pasado con el ingreso de doctora Paola Michelle Luna García quien, a partir del próximo lunes, 1 de julio se integra como patóloga “senior” al equipo de trabajo de la institución.

“Para mí es un honor ser patóloga forense y poder trabajar en el Instituto de Ciencias Forenses”, exclama con una inmensa sonrisa de satisfacción la doctora Luna García para tratar de explicar la gratitud que siente tras culminar el entrenamiento de un año que hizo en el ICF y la oportunidad de quedarse en la isla trabajando en la agencia que hace investigaciones medicolegales.

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En su paso por la agencia, la experta -que previamente completó una especialidad en patología anatómica y clínica- realizó 221 autopsias y examinó 16 escenas criminales.

Explicó que estas experiencias le permitieron completar una formación que va más allá de la realización de una autopsia, pues también se agregan a la tarea de campo el entrenamiento en la preservación de evidencia, cómo interpretar los hallazgos de autopsia, así como el asunto de prepararse para servir como perito en un tribunal.

El programa educativo -dirigido por la patóloga Irma Rivera- le ofrece al residente una educación con nuevas tecnologías como el CT Scan Post Mortem (autopsia virtual), Rapid DNA y FARO, que es el escáner que toma imágenes de la escena del crimen en 3D.

Dra. Paola Luna García
Dra. Paola Luna García (Suministrada)

“Creo que el mayor reto en la profesión es, precisamente, poder explicar ante un juez o en tribunal los hallazgos de una autopsia de una manera que una persona no patóloga pueda entender la causa y manera de muerte de un occiso porque, a fin de cuentas, ese es nuestro trabajo. Eso es parte de lo que está por venir y que continuaré aprendiendo”, acotó quien será nombrada directora del Laboratorio de Histopatología, donde se analizan tejidos de cadáveres, particularmente, en muertes súbitas y en casos de violencia infantil.

La doctora Luna García es la orgullosa hija de un agente de seguros y una ama de casa que depositaron en ella el ímpetu para completar su carrera, un camino que “a pesar de haber pasado rápido”, le tomó 13 años. En su familia inmediata es la primera persona en completar un grado en medicina.

Aunque siempre hubo la posibilidad de que se pudiera quedar trabajando en el ICF, la oferta llegó casi al finalizar el entrenamiento, y la doctora no dudó un segundo su respuesta: “acepté con mucho gusto”.

“Desde que empecé medicina siempre tuve muchas ganas de servirle a Puerto Rico. Es algo que siempre tuve en mente”, manifestó la experta quien, sin abordar cuál será la compensación completa que recibirá por sus funciones, garantizó que se trata de una “oferta justa”.

“Pero lo más importante es que me quedo por la vocación que tengo de servir en mi país”, puntualizó.

La lucha incansable de la Dra. María Conte

Si alguien está rebosante de alegría con la noticia de integración de la doctora Luna García al equipo del ICF es la directora de la institución, María Conte Miller, quien por años ha liderado una serie de luchas que han beneficiado la operación de la agencia y procuró por todos los medios que se reacreditara el programa de residencia de Patología Forense.

Desde el 2017 al 2021 no hubo programa de entrenamiento de patólogos forenses acreditado en el ICF.

El programa de residencia se reacreditó el 20 de abril de 2020, pero desde el 2010 el ICF no recibía un residente de patología forense.

“Queremos lograr el máximo desarrollo y optimizar la labor que realiza el laboratorio como parte del mejoramiento continuo que procuramos en todas las áreas de nuestro Laboratorio de Criminalística... queremos replicar el modelo de Paola Luna, hay que clonarla”, manifiesta Conte Miller.

Agrega que la graduación de la doctora tiene mucho “simbolismo”, no solo del éxito de una joven que luchó por sus sueños, sino también del desarrollo y transformación de una agencia.

“Esto también es el simbolismo del éxito de una nueva visión de gestión gubernamental que atiende las necesidades de la sociedad de una manera oportuna y eficiente. Y, ¿por qué no?, el éxito de un país que va a tener un futuro brillante gracias a jóvenes profesionales como Paola Luna”, sostuvo Conte Miller.

La directora ejecutiva anunció que el ICF recibió la acreditación de su Programa de Subespecialidad en Patología Forense por 10 años.

“En el 2020 se presentó la acreditación inicial y se acreditó el programa. En la evaluación del programa actual, se aprobó la extensión de la acreditación por 10 años, lo que significa que junto al Recinto de Ciencias Médicas (de la Universidad de Puerto Rico) tenemos un programa acreditado y yo diría que el mejor porque le brinda al patólogo que quiera especializarse en patología forense, una experiencia educativa única, que abarca no solo el área de investigación medicolegal sino la integración de esa disciplina con todos los laboratorios y la tecnología de última generación para la investigación científica de los casos”.

Destacó que la transformación que ha experimentado el instituto con la adquisición de equipo, reclutamiento de personal y el nuevo plan de clasificación y retribución “nos ha convertido en un patrono competitivo que nos da la oportunidad de reclutar el mejor talento y retener el personal que necesitamos para elevar nuestra operación a un nivel óptimo. Nos debemos a un pueblo que espera el mejor servicio y estamos trabajando continuamente para lograrlo”, subrayó.

Entre los planes se destaca la integración de un nuevo residente en patología forense a partir del 1 de julio de 2025, que pudiera quedarse como parte del equipo de trabajo tras completar el entrenamiento. Además, hay conversaciones para que un neuropatólogo, que actualmente recibe entrenamiento en Estados Unidos, se incorpore al ICF en el 2026.

“Se ha formalizado ese acuerdo para que pueda regresar a Puerto Rico”, comenta contenta la doctora Conte Miller, quien por años dio a conocer el problema de reclutamiento de este tipo de profesional en la isla a causa de la fuga de especialistas que buscaban mejor paga y beneficios fuera del país.