Cabo Rojo Esperanza, seguridad alimentaria y una pescadería resiliente, reforzada con 14 placas solares, trajo el 2024 a los miembros de la Asociación de Pescadores Puerto Real, en el Pueblo de Cofresí.

El sistema de energía renovable, que beneficiará tanto a los 52 miembros activos de la villa pesquera como a la comunidad caborrojeña, fue instalado el 29 de diciembre de 2023 y se convirtió en el último proyecto solar de 2023, del Hispanic Federation en Puerto Rico.

Santos Camacho, de 74 años, sacaba las escamas de varias especies cuando un equipo instalaba los paneles solares en la villa. “Si se va la luz, tenemos placas porque si se va la luz, se daña el pescado. Se pudre todo y hay que botarlo”, expresó a Primera Hora el veterano pescador, nacido y criado en Puerto Real. Describió un día en el mar como una terapia de felicidad, pero con los peligros que les acechan.

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“El que sale pa’ fuera, sabe que eso es: ‘vienes o no’. Así es el mar...”, sostuvo el hombre que limpiaba el pescado para regalarlo a un amigo parapléjico.

Willie Morales Cancel, otro experimentado pescador y su yerno, Roberto Ramírez regresaban al muelle con sus equipos de buzo, cargados con varias langostas, después de estar sumergidos cuatro horas en las profundidades que bordean las costas de Cabo Rojo, en el Mar Caribe.

 Roberto Ramírez, enfermero de profesión, se dedica a la pesca de  langostas desde hace siete años.
Roberto Ramírez, enfermero de profesión, se dedica a la pesca de langostas desde hace siete años. (Vanessa Serra D’az)

“Esto está excelente. Yo monté placas solares en mi casa también y estamos protegiendo el ambiente. Tenemos que tener conocimiento de que en este país, LUMA y los otros sistemas energéticos nos han fallado y nos han fallado un montón”, reclamó Morales Cancel.

“De la mano me faltarían dedos para contar los pescadores que han tenido pérdidas porque los freezers no tienen la energía y esto es algo bien sacrificado. Uno llega muerto de cansado porque la pesca no está en un solo sitio. Hay que moverse a buscarla, aparte de los riesgos que uno se coge. Aquí han muerto muchos pescadores”, sostuvo el pescador, quien en Puerto Real ha sido un mentor para nuevas generaciones de pescadores como su yerno Roberto, de 28 años de edad.

El joven es enfermero de profesión, pero hace siete años comenzó a practicar la pesca y desde entonces el mar lo atrapó. “Empecé a pescar para pagar la universidad. Los últimos años los pagué pescando y me compré todas las cosas. Como estamos en familia me quedé acá pescando”, contó Roberto, quien dijo que en el bote cargan con un botiquín de primeros auxilios, pero hasta el momento no han tenido que utilizarlo.

Dijo que la pesca de langosta es difícil porque hay que buscar la especie en el fondo del mar. “Es una misión, a veces. Esto (el sistema de placas solares) es de una gran ayuda y le vamos a sacar bastante provecho porque si se va la luz, la pesca ahora está segura”, sostuvo.

Jonathan Castillo Polanco (derecha), gerente de Energía Renovable de Hispanic Federation, y Raymundo Espinosa, director ejecutivo de la organización Conservación Conciencia.
Jonathan Castillo Polanco (derecha), gerente de Energía Renovable de Hispanic Federation, y Raymundo Espinosa, director ejecutivo de la organización Conservación Conciencia. (Vanessa Serra Díaz)

En 2018, el Hispanic Federation comenzó en Puerto Rico un proyecto de resiliencia en la villa pesquera de Naguabo que quedó muy afectada por el destructivo huracán María. Desde entonces, la organización sin fines de lucro, fundada en Estados Unidos por Luis Miranda, padre del actor y dramaturgo de origen puertorriqueño, Lin Manuel Miranda, ha instalado sistemas de energía solar en 13 villas pesqueras alrededor de Puerto Rico.

Jonathan Castillo Polanco, gerente de Energía Renovable de Hispanic Federation Puerto Rico explicó que en el techo de la villa de Puerto Real instalaron 14 paneles solares, un inversor central y dos baterías de litio equivalentes a 30 kilovatios hora. “En momentos en que la red eléctrica no esté disponible, cuando no tengamos energía en la zona, esta villa pesquera podrá mantener funcionando sus neveras y la operación no se vea interrumpida. Lo que queremos es que los pescadores puedan salir todos los días a pescar, traer su producto y que al final de día, no se eche a perder, que se pueda conservar”, sostuvo Castillo.

Explicó que básicamente el sistema puede proveer energía continua a la villa por 48 horas sin que salga el sol. “Siempre tenemos la intención de que una vez pasen varios días después de un fenómeno (atmosférico), el sol nos va a recargar las baterías nuevamente. Si hay un apagón por alguna falla en alguna central, la villa va a continuar con su operación normal”, abundó.

“Ese equipo no se va a apagar nunca, Va a llegar un momento en que se va a poner en stand by para que una vez salga el sol, las baterías se recarguen y la operación continúe”, agregó.

Dijo también que el proyecto supone un ahorro en la tarifa de energía eléctrica para la villa de pescadores. “Estamos hablando de que va a haber un ahorro de aproximadamente $350 mensuales que va directamente al bolsillo de los pescadores. Además del ahorro económico, en la parte ambiental, estamos evitando emisiones de contaminantes y particulado por los generadores que utilizan combustibles fósiles. Es un proyecto completo lo que se está trabajando”, detalló Castillo.

Destacó que cada villa pesquera tiene su forma de operar y muchas de ellas, cubren sus gastos operacionales con la cuota que pagan los pescadores.

La organización Conservación Conciencia identifica las villas pesqueras al Hispanic Federation para desarrollar los proyectos resilientes. Raymundo Espinosa, director ejecutivo de Conservación Conciencia indicó que para participar en el proyecto identifican villas cuyos pescadores estén organizados y cumplan con los requisitos de ley para pescar de manera responsable.

“También es importante identificar las villas que están proveyendo pescado a sus comunidades, así también aportamos a la seguridad alimentaria”, sostuvo Espinosa.

Dijo que un proyecto de sistema solar con energía renovable en momentos críticos, en muchas comunidades costeras funciona como un centro comunal para ayudar en el almacenamiento de medicinas que necesitan refrigeración y proveer hielo a las familias para que sus alimentos no se dañen.

Espinosa relató que en 2018, Conservación Conciencia, propuso reforzar las villas pesqueras de Puerto Rico, propuesta que acogió desde entonces, el Hispanic Federation. “En 2020, el Hispanic Federation nos hace el acercamiento para ver si el proyecto se podía replicar en más sectores, específicamente en el suroeste, por los temblores, donde también se afectó el servicio de luz. En ese momento, se instaló el mismo proyecto de sistemas solares en el sector pesquero en Guánica, Peñuelas y Guayama”, dijo para agregar que en ese momento se incluyó también la villa pesquera de Lajas. Después, indicó, se expandió el esfuerzo a 10 villas más a través de Puerto Rico, de las cuales quedan pendiente, una en la isla municipio de Vieques y otra, que buscan identificar. En la Isla Nena se proyecta llevar el proyecto a finales de este mes de enero.

Pescadores llegan a la villa pesquera de Puerto Real en Cabo Rojo.
Pescadores llegan a la villa pesquera de Puerto Real en Cabo Rojo. (Vanessa Serra D’az)

La asesora administrativa de la villa pesquera de Puerto Real, Vanessa Ramírez Pérez indicó que en esa comunidad hay más de 125 pescadores, distribuidos en las diferentes pescaderías. Dijo que la villa se reestructuró en 2018 y actualmente tiene 52 socios activos, de los cuales alrededor de la mitad, sale diariamente al mar a pescar. La villa cuenta con unas 15 embarcaciones fijas y dos que salen mar afuera.

Ramírez dijo que a partir del huracán María la comunidad costera se percató de la necesidad de un sistema de energía solar ya que la villa cuenta con un generador eléctrico, pero se escaseaba el diésel y hubo pescaderías que tuvieron que desechar los productos.

“Siempre se trata de regalar lo más que se puede, pero especialmente para (el huracán) María esta comunidad estuvo alrededor de cuatro meses sin luz. Para Fiona estuvimos de dos a tres semanas sin luz en la mayor parte del área”, indicó la administradora de la villa.

Ya era mediodía, el sol castigaba el muelle caborrojeño y Maya, vigilaba aguzada las salidas y llegadas de los pescadores del mar azul turquesa. La perrita sata, es la querendona en la villa de Puerto Real, pues hace 14 años llegó al lugar para quedarse.