La Junta de Supervisión Fiscal (JSF) está bien optimista en cuanto a la salida de Puerto Rico de la bancarrota y, según su presidente, el profesor David A. Skeel, esperan que ese proceso comience a ocurrir finalmente en los próximos meses.

De hecho, Skeel y los miembros de la Junta tuvieron este martes una reunión “muy positiva” de tres horas con el gobernador Pedro Pierluisi y los líderes de la Legislatura, el presidente del Senado, José Luis Dalmau, y el presidente de la Cámara de Representantes, Rafael “Tatito” Hernández, en la que trataron entre otros temas el Plan de Ajuste de la Deuda.

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“Es algo histórico en el contexto de la presencia aquí de la Junta de Supervisión Fiscal”, afirmó Skeel en una entrevista a Primera Hora. “Fue una señal muy positiva, que resalta que todo el mundo sabe que Puerto Rico tiene que salir de la bancarrota y ahora es el momento de hacerlo. Pasamos años quejándonos unos de otros y peleando por diferentes asuntos, pero ahora todo el mundo tiene el mismo objetivo, sacar a Puerto Rico de la bancarrota”.

Recordó que recientemente tuvieron otro gran acontecimiento, que fue la certificación de un presupuesto, en cumplimiento con el plan fiscal, que había sido previamente “aprobado por la Legislatura y el gobernador”.

El presidente de la JSF sostuvo que no podía revelar mucha información de lo se discutió en la reunión, más allá de comentar que “hablamos detalladamente sobre el plan de ajuste, sobre preocupaciones que tienen ellos, preocupaciones que tenemos nosotros. Fue una sólida conversación sobré qué hace el plan de ajuste y qué se necesita hacer para ponerlo en práctica. No es un secreto para nadie que el plan de ajuste incluye que la Legislatura aprueba legislación para emitir nuevos bonos, nueva deuda, y la manera más eficaz de hacerlo es que la legislatura lo apruebe y el gobernador lo firme”.

Skeel agregó que el plan de ajuste “tiene un amplio respaldo. Casi todos los grandes grupos de acreedores, muchos de los empleados públicos, varias uniones, el Comité de Retirado, todos apoyan el plan de ajuste. Tiene un gran respaldo, y la última pieza de ese rompecabezas es que el gobernador y la Legislatura estén a la altura y hagan su parte”.

Agregó que, “si todo sigue como planeado”, para finales de este mes se votaría sobre el plan y la vista de confirmación ante la corte, “que es el juicio en que la jueza (Laura Taylor Swain) determinará si el plan es confirmable, si es adecuado”, sería para inicios de noviembre. “Si todo sigue como está programado, podemos confirmar el plan para diciembre”.

“Sería entonces posible que el presupuesto de este año sea uno de los cuatro presupuestos (balanceados consecutivos que exige la ley federal Promesa para la salida de la JSF). Ahora mismo, no lo es. El presupuesto no va a ser uno balanceado hasta que Puerto Rico empiece a pagar otra vez su deuda. Así que se tiene que restructurarse a un nivel que Puerto Rico pueda pagar, que es algo que este plan definitivamente consigue”, añadió.

Comentó que “hay unos requisitos técnicos” adicionales de contabilidad que hay que ajustar en el plan, “pero creemos que el plan actual puede ser uno balanceado”.

“Si todo se mantiene en calendario, podemos enmendar el presupuesto para incluir el servicio de deuda, hacerlo un presupuesto balanceado y sería el primer presupuesto balanceado”, insistió Skeel.

Sostuvo que no anticipan contratiempos en cuanto a oposición al plan de ajuste, porque “mientras más grupos aceptan el plan, menos disputas tendremos. Y ahora ya tenemos acuerdos con grupos de acreedores que nunca pensé que lograríamos porque estábamos en posiciones bien distantes. Pero todo el mundo ha llegado al punto en que se han convencido que ya es momento de buscar una solución, con un acuerdo justo y con sentido para todas las partes”.

“Estoy bien optimista que esto se logre para noviembre”, reiteró Skeel. “Soy profesor de bancarrota, no abogado de bancarrota, pero he estado revisando este plan de arriba a abajo y creo que se puede confirmar, que logra lo que hace unos años parecía imposible, unos acuerdos que son justos para todos y pone a Puerto Rico en posición de poder pagar de manera sostenible su deuda, luego de una importante restructuración de la deuda”.

El presidente explicó que parte del plan de ajuste deja como legado unas protecciones, límites y salvaguardas que estarían en vigor por varios años incluso después que la JSF se vaya, para asegurar que el gobierno no vuelva a cometer los errores fiscales del pasado que condujeron a la bancarrota.

Persisten varias controversias

A pesar del optimismo, Skeel admitió que aún hay algunos temas en los que no se ha logrado acuerdo con el gobierno y la Legislatura, como son el asunto de los recortes a una parte de las pensiones de empleados públicos y los subsidios a los municipios.

Contrario a la JSF, el gobierno y la Legislatura insisten en que todas las pensiones se paguen en su totalidad, y también mantienen una postura a favor de continuar subsidiando gran parte de las operaciones municipales.

Skeel afirmó que la JSF ha dado un trato prioritario a las pensiones y el plan asegura la protección de los más vulnerables, incluyendo a los retirados. Recordó que el plan incluye la creación de un fideicomiso para poder cumplir con el pago de pensiones, luego que se encontraran con “posiblemente el plan de pensiones peor manejado en la historia de los Estados Unidos, que el gobierno no iba a poder pagar jamás, y que los legisladores manejaron de forma totalmente irresponsable”.

“Este plan resuelve eso. Separa grandes cantidades de dinero para cumplir con el pago de pensiones, al menos $175 millones anuales en los primeros años del plan, y si hay superávits se separa incluso más dinero. Se protege el plan, lo hace sostenible”, afirmó. “Y también protege a beneficiarios individuales. No se afecta ningún beneficiario que reciba menos de $1,500 mensuales”.

“Los ajustes son solo para aquellos con pensiones de más de $1,500 al mes, que no son los más vulnerables, y solo sería 8.5% de la cantidad por encima de esos $1,500. Así que es un ajuste relativamente pequeño. Hay que poner todo eso en contexto, y creo que sí habría serios problemas para confirmar el plan si no se hace ningún ajuste al fondo de pensiones, al mismo tiempo que les estás haciendo grandes ajustes a los acreedores, a los empleados, y luego dices las pensiones no se van a tocar a pesar que el fondo no tiene un centavo, no creo que eso sea posible. No sería justo hacer ajustes a todos y no tocar las pensiones en absoluto”, insistió, recordando que, además, el plan incluye una disposición para que, si el gobierno tiene superávits en próximos años, se repague a esos pensionados, “de manera que es posible que ni lleguen a tener ajustes”.

No obstante al desacuerdo, Skeel dejó abierta la puerta a que el gobierno pueda, como ha hecho con otros asuntos, encontrar alguna forma de financiar esos recortes a pensiones siempre que se mantenga dentro de los límites del presupuesto. “Habría que revisarlo, pero es algo que luce posible. El plan permite esa posibilidad. Si aparecen los fondos, hay que mirarlo, pero es una posibilidad”.

En cuanto al tema de financiamiento de municipios, el presidente de la JSF insistió en que es imperativo que hagan reformas y consolidaciones de servicios, y agregó que “ahora hay una oportunidad única para hacerlo”, tomando en cuenta que “el Congreso está enviando $1,500 millones a los municipios”.

“Este es el momento para que el gobierno haga las reformas que hay que hacer, para que consolide algunas de las operaciones de las diferentes oficinas municipales para hacerlas más eficientes, para hacer más eficiente el sistema de impuestos sobre la propiedad, de manera que en el futuro se solucionen los problemas del pasado sin demasiados sacrificios para los municipios. Viene una cantidad enorme de fondos, hasta los municipios más pequeños van a recibir 4 o 5 millones de dólares. Es una oportunidad única”, insistió. “Y antes de todas estas crisis, la pandemia, el huracán María, iba a ser difícil para el gobierno hacer estas reformas municipales. Pero ahora no es el caso con todo ese dinero que viene, y que se puede usar esta oportunidad para hacer esas reformas y abrir el camino para un mejor futuro para los municipios”.

Skeel exhortó al gobernador y la Legislatura a respaldar el plan de ajuste, dejar a un lado la política y trabajar por el bienestar de Puerto Rico.

“Este es el momento de cumplir con su deber hacia el pueblo de Puerto Rico. Es su deber conseguir que esto se pueda hacer. No es momento para maniobras políticas, eso quedó atrás. Es momento de aprobar esta legislación”, reiteró el presidente de la JSF.