Acabó de leer el libreto, se levantó de la silla y arrancó sin contestar preguntas.

“Los asuntos resueltos por acuerdo confidencial dieron por terminadas las controversias y en ningún momento se aceptó o reconoció el haber hostigado, vejado o maltratado a ninguna mujer”, dijo durante las breves expresiones que ofreció limitándose estrictamente a leer un mensaje escrito.

El alcalde precisó que no se utilizaron fondos públicos para pagar el acuerdo que, según ha trascendido, podría ser de entre $300,000 y $450,000. “Compró la paz”, dijo su abogado, Joaquín Monserrate.

“La ley de Ética Gubernamental me exige rendir informes financieros y, como he hecho por espacio de más de dos décadas, rendiré mi informe bajo juramento ante esa entidad sobre los ingresos, egresos y deudas antes del primero de mayo de este año”, leyó O’Neill sugiriendo que será hasta entonces cuando se podrá “aclarar cualquier duda” relacionada con sus finanzas.

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Las expresiones se dieron a solo dos horas de que venciera el plazo que le dio el gobernador Ricardo Rosselló para que el alcalde rindiera cuentas. Apenas pasaron unos minutos desde que acabó la conferencia de prensa y Fortaleza envió un comunicado anunciando que se pidió su renuncia.

“Las acusaciones fueron en el plano personal y así la enfrenté en los foros correspondientes hasta que se desistió de la misma por la vía legal. Contra mí no hay acusación, querella, investigación o demanda pendiente sobre esas alegaciones”, dijo O’Neill, para quien todo se trata de un ataque político en ánimos de dañar su carrera.

Por otra parte, su abogado no quiso dar más detalles sobre el acuerdo debido a su carácter confidencial.

“En el acuerdo se establece que no hay aceptación de ningún acto ilegal ni hostigamiento alguno, eso acordado por ambas partes”, insistió Monserrate a preguntas de la prensa.

Para el licenciado, que se haya hecho la transacción “no es una aceptación de nada” y se trata de un acto común en los tribunales.

“Uno compra la paz, ambas partes quedan satisfechas, [el alcalde] no compró ningún silencio”, aseguró. “Estas declaraciones contestan todas las interrogantes que hay pendientes”, añadió, pero sí hay interrogantes pendientes.

Este no se trata del primer ni único caso en el municipio de Guaynabo y el alcalde tampoco es el único en ser señalado como un acosador sexual. También su hijo, Héctor O’Neill Rosa, fue demandado por lo mismo.