Con el dolor de la tragedia dibujado todavía en el rostro, Jineyshka Cruz Bonilla recreó hoy los últimos momentos con vida del militar Jancarlo Rivera Lugo antes de ser baleado frente a ella, el 14 de noviembre de 2022, en el sector Nueva Vida, del barrio El Tuque, en Ponce.

En el quinto del día del juicio en la sala 502 del Tribunal de Primera Instancia de Ponce, Cruz Bonilla señaló varias veces a Jeromy Pietri Napoleoni y a su madre, Ana Inés Napoleoni Medina, como los autores del asesinato del joven de 23 años.

La testigo principal del Ministerio Público -que por cuatro años fue pareja de la víctima- narró con voz quebrada que se habían mudado hacía poco tiempo a una casa alquilada en El Tuque y que el día de los hechos se dirigían a comprar adornos de Navidad, cuando en una de las calles de la barriada fueron detenidos por Napoleoni Medina porque, supuestamente, iban en contra del tránsito.

A preguntas de la fiscal Annette Estévez Serrano la testigo dijo que su novio le reclamó a la mujer que en la vía no había ningún rótulo que indicara que el tránsito era en una sola dirección. Después de una discusión, la mujer agredió al militar, quien se defendió lanzándole gas pimienta. Cruz Bonilla declaró que la acusada hizo una llamada y que después llegó armado con una pistola Pietri Napoleoni.

La testigo declaró que su novio y ella se encontraban afuera del vehículo, en la parte trasera, cuando Pietri Napoleoni le disparó de cerca en el costado izquierdo al militar.

“Estaba muy cerca (Pietri Napoleoni) cuando le disparó a Jancarlo”, relató Cruz Bonilla. Dijo que en el momento exacto en que el joven recibe el tiro la acusada (Napoleoni Medina) reía.

La joven declaró que vivió momentos de desesperación y de terror cuando su novio yacía moribundo en el piso.

“(El acusado) se formó para disparar otra vez, la posición que tenía la pistola era hacia Jancarlo y yo dije que me tenían que matar a mí también. Le supliqué por la vida de él y no disparó más nada, se volteó y se fue directo hacia la casa que tiene una puerta de metal”, relató.

Dijo que Napoleoni Medina le quitó “agresivamente” su celular y cuando logró prender el carro para llevar al militar al hospital, “la señora se mete por el cristal y arrebata el teléfono de Jan de manera agresiva también”.

-”¿Quién es la señora?”, le preguntó la fiscal Estévez Serrano. “La que está ahí sentada (señalando a Napoleoni Medina)”, replicó la testigo y sostuvo que antes de que pudiera salir del lugar, la acusada mirándola a la cara “me dice que si digo algo, me va a mandar a matar a mí también”.

“Me sentía mal, triste, desesperada porque nadie me ayudó y yo estaba enfocada en llevar a Jancarlo al hospital lo más rápido posible. Llegué (al Hospital Damas) desesperada tocando bocina para que lo atendieran rápido”, narró la testigo. Dijo que había una ambulancia y los paramédicos se lo llevaron rápido para dentro del hospital.

Ana Inés  Napoleoni  Medina y su hijo Jeromy Pietri son sopechosos del asesinato de Jancarlo Rivera Lugo.
Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo Jeromy Pietri son sopechosos del asesinato de Jancarlo Rivera Lugo. (Suministrada)

“Yo estaba esperando que me dijeran algo de él… Me decían que estaba estable cuando realmente no era cierto. Ya yo me estaba preparando mentalmente para el proceso”, indicó para agregar que luego llegaron al hospital los agentes que tuvieron a cargo la investigación del incidente, José M. García Rivas y el sargento Miguel Torres Reyes. “El sargento me dijo que mi pareja ya había muerto. Me descompuse por un momento”, rememoró con voz ahogada en lágrimas.

Narró que le dio la descripción de las dos personas a los agentes, de la calle donde ocurrieron los hechos y de la casa en la que ambos se internaron. El 20 de noviembre de 2022 dijo que fue llamada a testificar en la Comandancia de la Policía de Ponce.

Dijo que los agentes le mostraron cuatro cartones con fotografías y en el primero, que tenía nueve fotos, “de inmediato lo reconocí, al que disparó, era el número ocho”. Indicó, asimismo, que el segundo cartón era de fotos de mujeres y le manifestó al agente que de allí conocía “a la persona que causó todo el problema”, señalando a Napoleoni Medina. Añadió que nunca antes había visto a los acusados.

“Lloré porque no entiendo por qué hicieron eso... Me quitaron a mi Jan... No hay palabras para describir cómo me sentía, porque tenía coraje, tristeza, desesperación, porque Jan ya no iba estar aquí, estaba desesperada”, abundó la testigo a preguntas de la fiscal.

Los abogados de defensa de los acusados, Carlos Torres Nolasco y Luis Quiñones González, han tratado de impugnar la declaración jurada que prestó la testigo bajo el reclamo de que pudiese estar confeccionada a base de las notas que redactó el agente investigador en sus entrevistas y no por una confesión propia al Ministerio Público. Cerca del mediodía el juez Ángel M. Llavona Folguera decretó un receso hasta este miércoles, 12 de julio, a las 9:00 a.m. porque dijo que Napoleoni Medina se indispuso de salud.

El juez instruyó a que los medicamentos que está tomando la acusada (para la presión arterial) sean traídos “en la ruta (del Departamento de Corrección) con ella o si puede tomar la providencia de que se los tome debidamente por la mañana antes de venir para que no suceda esto y no ponga en riesgo su salud”.