El candente sol borincano deslumbró las imponentes paredes de mármol del Capitolio y permitió dar paso a una toma de posesión del duodécimo gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, sin mayores percances.

Aunque el evento fue blanco de críticas por haberse acumulado alrededor de 400 personas en momentos en que las cifras de contagios de coronavirus y muertes continúa en aumento, la organización que se observó en la actividad permitió que desde el principio hasta casi el final reinara el distanciamiento físico. Solo cuando se dio por terminada la toma de posesión, los funcionarios electos que se encontraban en la tarima se arremolinaron a Pierluisi. Entonces, todo el protocolo que se había programado se desvaneció.

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“Ahora ha habido fotos, pero ha sido manejado”, explicó una de las organizadoras del evento, Caridad Pierluisi.

Sin embargo, a la hermana del gobernador se le vio en cierto punto desesperada por este momento de tensión que se observó.

En general, la mayoría de los asistentes, a los que se le solicitó una prueba negativa de coronavirus, llevaban puestas mascarillas N95, la cual se ha dicho brinda la mayor protección en contra de la enfermedad. Trascendió que el Departamento de Salud las ofreció como alternativa a los legisladores, alcaldes, exgobernadores y un grupo de novoprogresistas que asistió al evento.

La ceremonia de juramentación del gobernador electo Pedro Pierluisi Urrutia se llevó a cabo en el lado norte del Capitolio.

Pocos fueron los que dejaron a un lado las mascarillas para tomar algún sorbo de agua. Solo aquellos que hablaron al micrófono principal, como los religiosos, el secretario de Estado, Larry Seilhammer, y el gobernador, así como los cantantes estuvieron sin mascarillas por un breve periodo.

El gobernador, quien llevaba una mascarilla quirúrgica azul, estuvo sentado al lado de su padre, Jorge Pierluisi, de 94 años. Sus dos hijos y nueras también le acompañaron a un evento que en la mañana pareció que podía arruinarse por la lluvia.

Este íntimo grupo familiar estuvo a su lado en el momento en el que la jueza presidenta, Maite Oronoz, le tomó una juramentación simbólica, pues momentos antes ya había acontecido el acto oficial en el Tribunal Supremo.

En este importante instante, Pierluisi posó su mano sobre una biblia que era aguantada por su padre, quien fuera secretario de la Vivienda bajo una de las administraciones de Carlos Romero Barceló.

De lejos le observó una mujer vestida de verde menta y quien se presume es la novia del gobernador, la abogada Fabiola Ansótegui Blac.

Entre los asistentes, se destacaron los exgobernadores Luis Fortuño, Alejandro García Padilla y Aníbal Acevedo Vilá. Del grupo, solo Fortuño fue acompañado con la exprimera dama, Lucé Vela.

La ahora exgobernadora Wanda Vázquez también asistió al evento. Lo hizo acompañada a su esposo, el juez Jorge Díaz Reverón, de quien se le vio tomada de manos en gran parte de la actividad.

Otra pareja que se distinguió fue la conformada por la jueza presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz y la juez del Tribunal de Apelaciones, Gina Méndez. Ambas también estuvieron gran parte de la actividad tomada de manos.

La comisionada residente, Jenniffer González, asistió junto a su madre, Nydia Colón. Se sentaron junto al presidente de República Dominicana, Luis Abinader.

“Pedro es un buen amigo desde hace un tiempo y entre Puerto Rico y República Dominicana somos dos pueblos hermanos, que tenemos que trabajar juntos para el beneficio de ambos pueblos”, comentó el líder dominicano a su salida del evento.

En la toma de posesión no hubo momentos inesperados ni se lanzaron pétalos del cielo. Solo se escucharon unos 12 cañazos emitidos por la Guardia Nacional en el momento en que Pierluisi juró. Este acto dejó una estela de humo en el lugar.

La actividad estuvo amenizada por la Filarmónica de Puerto Rico, dirigida por el maestro Cuco Peña. Mientras, el tenor José Juan Tañón fungió como el moderador.

Cerca de una hora y media duró la toma de posesión. Cerró luego de que el gobernador diera un mensaje en el que auguraba devolverle la esperanza y el positivismo al pueblo de Puerto Rico.

El grupo que más aplaudió el mensaje se encontraba en el área de la calle, frente al Capitolio. Allí se destacaba el expresidente del Partido Nuevo Progresista, Leo Díaz; el coordinador electoral de la Palma, Edwin Mundo, y el comisionado electoral, Héctor Joaquín Sánchez.

Acevedo Vilá, por su parte, limitó su aplauso al momento en que Pierluisi culminó.

Los que parecieron tener la primera fila en esta toma de posesión fueron los empleados legislativos. Llegaron a abrir las ventanas del tercer piso de la antigua estructura y se asomaban con sus teléfonos para tomar fotos.

La Policía, entretanto, logró su cometido de no lograr el paso de ningún transeúnte ni el de un pequeño grupo, liderado por una mujer, que realizó una pequeña manifestación en los predios del Capitolio. Eso sí, los gritos de la fémina se escuchaban en el área de la tarima.

A su salida del evento, el ya juramentado gobernador afirmó a la prensa que está comprometido en trabajar por Puerto Rico en este gobierno compartido que le tocará dirigir, pues las cámaras legislativas son dominadas por el Partido Popular Democrático.

“Yo quiero trabajar con todos, los necesito a todos. Son momentos duros, difíciles, así que la unidad es indispensable”, concluyó.