Bajo un sol abrasador y al ritmo de consignas acompañadas con pleneros y hasta con una batucada miles de simpatizantes con los reclamos de que se elimine la cuota de $800 y de que la Policía salga de la Universidad de Puerto Rico (UPR) marcharon hoy por las calles que bordean al recinto riopedrense bajo le lema “Yo amo a la UPR”.

Aunque ningún líder estudiantil o sindical se animó a cuantificar el número de participantes varios indicaron que al menos unos 10 mil manifestantes se dieron cita al recorrido, que arrancó a  las 2:30 p.m. desde la plaza de la Convalecencia del casco urbano de Río Piedras.

Sin embargo, para los líderes estudiantiles  más importante que el número en sí es que el apoyo fue masivo y sirve para enviar el mensaje de que el movimiento estudiantil “sigue vivo”.   

“Sabíamos que este apoyo existía porque la gente nos para en la calle, pero hoy nos consta la solidaridad. Esto demuestra que el pueblo está dispuesto a luchar por la Universidad”, dijo la líder estudiantil Xiomara Caro.

Por su parte, Ian Camilo Cintrón expresó “hay muchos que dicen que a este movimiento se le había acabado la combustión, que se le había acabado la gasolina. Yo le digo a esos que miren esta manifestación y digan si se nos ha acabado la gasolina”.

La marcha desfiló por la calle Gándara, la avenida Barbosa, la avenida Piñeiro y la avenida Ponce de León culminando con un mensaje de los estudiantiles en la emblemática Torre de la Universidad. Mientras los líderes se expresaron, compañeros encapuchados ondearon una bandera de Puerto Rico y desplegaron dos pancartas desde la Torre. Una de ellas era una bandera de Puerto Rico con el mensaje “no se vende” y la otra era una tela negra gigantesca que leía “venceremos siempre”.


El recorrido

Cada vez que la masa llegaba a uno de los portones de la institución, los cuales se encontraban sitiados con una hilera de oficiales de la Uniformada, les gritaban “fuera, fuera, fuera Policía”.

En la avenida Piñeiro, cerca del puente que conecta la Universidad con sus pistas de atletismo, los manifestantes se sentaron en el pavimento por 11 minutos. Un minuto por cada uno de los recintos del sistema. 

El ingenio del boricua se hizo sentir en las consignas cantadas a lo largo de todo el camino, como una que decía “vamos a seguir, vamos a seguir con esta lucha por los derechos de los estudiantes”, utilizando el ritmo de un coro eclesiástico. Otra cantaba “chijí, chijá, chijá, já, já, Fortuño, Fortuño, arriba vá... éste es”, entonaban mientras sacaban el dedo del corazón.

La marcha fue apoyada por varias organizaciones entre ellas, el Concilio de Iglesias de Puerto Rico, el Colegio de Trabajadores Sociales, la organización magisterial Únete, entre otros.

También fue apoyada por políticos como el ex gobernador Aníbal Acavedo Vilá, los representantes populares Carmen Yulín Cruz y Luis Vega Ramos. También entre los presentes estaba la procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Roxana López, el vocalista de la banda boricua Cultura Profética, Willy y el ex presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Eduardo Ibarra, entre otros.  

No todo fue bonito

Lamentablemente, aunque la actividad corrió sin ningún incidente de violencia y muy organizada, actos de vandalismo fueron perpetrados contra, al menos, dos vehículos de la policía. A las guaguas, que estaban estacionadas en la entrada del Recinto cercana a la Torre, les escribieron mensajes como “fuera”.

En otro momento uno de los manifestantes optó por “insultar” a las mujeres policías que estaban en uno de los portones gritándoles “muchacha vete a cocinar”. El hombre muy probablemente ni siquiera se dio cuenta que su gesto lo puso al nivel de violencia que tanto le critican a la Uniformada al hacer uso de una frase machista para insultar a las agentes.
   
Apoyo especial

Entre la multitud, con dos carteles con una foto de su hija que leían “Natalia Sánchez, RUM, presente” marcharon los padres de la estudiante del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), que murió el pasado mes de mayo durante la primera huelga.

Natalia falleció en el Hospital Perea, luego de requerir atención médica cuando se proponía participar en la asamblea estudiantil del RUM.

Y aunque la autopsia realizada en el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) determinó que murió por causa natural por un agente infeccioso y que no tuvo conexión con su asistencia al lugar bajo un candente sol, en aquel momento su progenitora, Yolanda López, insinuó que sí influyó en su deceso.

“Estamos aquí apoyando a los estudiantes en la causa. La culpa de esto la tiene el Gobierno que no sabe administrar el dinero y ahora quiere que los estudiantes paguen una cuota”, dijo Luis Sánchez, padre de la joven, que no recibía ayuda económica.

Los padres manifestaron que el proceso de sanación ha sido bien difícil y que cada día la situación de la UPR les recuerda a su hija.

¿Si Natalia estuviera viva estuviera aquí?

“Sí”, contestó con voz entrecortada el padre de la estudiante de preveterinaria. “Ella está”, agregó el hombre mientras una lágrima le rodaba por la mejilla.