Médicos se oponen al proyecto de ley que restringe el derecho al aborto
Aluden a la medida pone en peligro de la vida de la mujer y pudiera provocar un aumento de los abortos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Médicos de la escuela de obstetricia del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, así como del Colegio de Médicos Cirujanos se opusieron este viernes al proyecto de ley que prohibiría el derecho a aborto en la Isla a partir de las 22 semanas de gestación.
Entre otras cosas, coincidieron en que el Proyecto del Senado 693 legisla para controlar el criterio médico, pone en peligro la salud física y mental de la persona gestante, así como pudiera provocar un aumento de los abortos previo a alcanzarse el periodo en que se impone la restricción.
La posición la fijaron como parte de la vista pública que realiza la Comisión senatorial de Asuntos de Vida y Familia en el salón Leopoldo Figueroa, quien según trascendió fue el primer ginecólogo negro en la Isla.
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Entre los puntos que llamó la atención fue cuando la doctora Yari Vale Moreno, quien es directora de Planificación Familiar del Departamento Obstetricia y Ginecología de la (UPR) reveló que los abortos a partir de las 22 semanas “son bien caros”. Indicó que suelen costar entre $2,000 a $3,000 por paciente.
También trascendió que en la Isla no han ocurrido abortos después de las 24 semanas de gestación.
Vale Moreno también destacó que la sobrevivencia de infantes nacidos de 22 a 24 semanas es muy baja, por lo que no podría ser considerado como viable, como busca establecer la medida legislativa.
“Debe estar bien claro que en Puerto Rico un feto de 22, 23 o 24 semanas no es viable en la inmensa mayoría de los casos. El que uno haya sobrevivido es un caso anecdótico y no se puede establecer como norma”, afirmó la experta.
Explicó que se opone al proyecto, porque “limita severamente la capacidad y el tiempo requerido para que los padres tomen decisiones que afectan a su salud y futuro. Dificulta el manejo de embarazos complicados, con diagnóstico fetal, con pobre o ningún pronóstico de vida, como lo son fetos sin cerebro, sin riñones y muchas otras condiciones, obligando a la paciente a permanecer embarazada hasta los nueve meses, aunque el feto no tenga oportunidades de vida”.
“Esto las expone a riesgos innecesarios de preclamsia, diabetes gestacional, hemorragias, cesáreas y hasta muertes, complicaciones que son mucho más comunes en presencia de estos diagnósticos. Más aún, impide que las pacientes tomen decisiones sensatas y concertadas para su propio bienestar en un tiempo razonable”, sostuvo la doctora.
Vale Moreno dijo también que establecer un límite de tiempo para el aborto llevaría a muchas mujeres a precipitar la decisión. Por ello, entendió que lejos de propiciar una disminución del número de abortos, los aumentaría.
“Estamos seguros que este proyecto potencialmente precipitaría a muchas pacientes a tomar decisiones, como terminar embarazos antes de tener toda la información necesaria, pues el tiempo se le está acabando. Esto redundaría en un número mayor, no menor de abortos, algunos de ellos sin verdadera justificación. Las pacientes que acceden a terminaciones de embarazo por incesto o violación son algunas de las que podemos ofrecer servicios de terminación de embarazo hasta las 24 semanas. Algunas, sobre todo, los casos de incesto, no se presentan hasta tarde en el cuidado prenatal”, detalló.
La experta en cuidado prenatal de las mujeres y hombres transgénero, quien aceptó que practica abortos en el Hospital Universitario, así como en su clínica privada, resumió que la medida pone en peligro la salud de la persona gestante.
“Que se retire el proyecto en su totalidad ya que menoscaba el desempeño de la práctica médica y las opciones que brindamos a nuestras pacientes ante diagnósticos adversos y pone en riesgo la salud de la mujer y personas gestantes puertorriqueñas”, concluyó.
Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, el pediatra Víctor Ramos, tronó contra la medida, ya que “se interviene en la práctica de la medicina y pretenden legislar cómo funciona una profesión”.
Advirtió que la propuesta atenta contra la salud de la mujer y le limita el acceso a la terminación del embarazo.
“Nuestro deber como médico es provocar el bienestar y salud de nuestros pacientes”, dejó claro, al sostener que una intervención legislativa de este tipo podría limitar que cumplan con ese deber.
Ramos expuso que desde que se autorizó el aborto, el número de mujeres fallecidas a causas de complicaciones por embarazo disminuyó significativamente.
Por otro lado, el exsenador del Partido Popular Democrático, Eduardo Bhatia Gautier, se expresó en contra del proyecto del Senado 693.
“A los autores de esta medida y a aquellos que la apoyen, permítanme recordarles lo que esta ley realmente significa: que cada uno de ustedes han determinado que de ahora en adelante ustedes y el Estado tienen el poder y control supremo sobre el cuerpo de cada mujer puertorriqueña, que ustedes rigen sobre el cuerpo de todas las mujeres que hoy nos escuchan, de sus madres, sus hijas y sus hermanas. Con un voto a favor de esta medida ustedes están diciendo que saben mejor que ellas mismas sobre cómo decidir sobre su vida, su futuro y su salud. Cada uno de ustedes, si votan a favor, habrían levantado el dedo y señalado a la cara a cada mujer puertorriqueña y le habrían dicho, que cualquier decisión que ellas tomen contraria a esta ley significará que merecen la cárcel, que son asesinas, sin ninguna consideración a su realidad, a su entorno y las circunstancias terribles y traumáticas que muchas veces llevan a una mujer a terminar un embarazo”, precisó en su ponencia.
Añadió que “si de verdad queremos proteger a los niños, protejámoslos legislando para agilizar las adopciones, para dar los recursos verdaderos que provean asistencia social a nuestros niños abandonados, a los niños abusados, a los seis de cada 10 niños puertorriqueños que viven en pobreza en esta isla, aquellos con serios problemas de salud mental, a los niños de educación especial, y dejemos estos circos electoreros. La fiebre no está en la sábana”.
“El problema y los derechos de nuestra niñez no se resuelven atropellando a la mujer puertorriqueña y poniéndole nuevamente un yugo alrededor de su cuello”, sostuvo el entonces presidente de la Cámara Alta.