LUMA estima que en cuatro semanas se estabilizará el servicio eléctrico en Santa Isabel, Coamo y Aibonito
Actualmente, unos 10,000 abonados de esos pueblos experimentan “fluctuaciones rotativas” en el servicio.
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El transformador eléctrico que falló el pasado fin de semana en Santa Isabel y que provocó extensos apagones en ese municipio, Aibonito y Coamo, fue inspeccionado 10 meses atrás, pero su vida útil venció hace décadas, afirmó este jueves el presidente de LUMA Energy, Juan Saca, quien estimó que devolver la estabilidad del servicio a la región demorará, al menos, cuatro semanas adicionales.
A pesar de que, en esa zona, la red está diseñada para proveer redundancia en las fuentes de energía de la que se alimenta, el transformador averiado era la única vía para transmitir la electricidad debido a daños ocurridos durante el huracán María, hace siete años, que desde entonces no se habían reparado.
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“La edad del equipo (el transformador) es de los años 1970 o 1980. La vida útil de ese transformador, probablemente, la ha sobrepasado dos veces. Así tenemos muchas situaciones alrededor de la isla y las estamos atendiendo”, expresó Saca.
Hendzon Martínez, director de Líneas de Transmisión de LUMA, explicó que, en las pruebas realizadas al transformador averiado, “se encontraron fallas internas en el equipo”, que llevó al personal técnico a concluir que procedía su reemplazo.
“Tenemos información de que el último mantenimiento había sido hace 10 meses. El equipo debe tener más de 20 o 30 años”, indicó Martínez.
En una conferencia de prensa en la sede de LUMA, en Santurce, Saca anunció que la vicepresidenta senior de Ingeniería, Manejo de Activos y Programas de Capital Activos de la empresa, Shay Bahramirad, renunció el miércoles. Bahramirad tenía a cargo la supervisión de la infraestructura eléctrica, así como la gestión de los proyectos financiados con fondos federales.
A preguntas de la prensa, Saca aseguró que la salida de Bahramirad no respondió a diferencias con el funcionamiento de la empresa ni a los eventos de apagones recientes, que llegaron a afectar las primarias del pasado domingo.
“Fue (una renuncia) voluntaria. Tenemos, por lo menos, seis a ocho personas internamente que saben lo que están haciendo y son los que han desarrollado el sistema, así que eso no va a ser problema”, manifestó Saca, quien describió la renuncia como un tema “privado” de la ingeniera. “Ella renunció y tiene otra oportunidad. Eso es todo”, dijo.
Fijan calendario de restauración
Por su parte, el director de la división Centro-Sur de LUMA, Alejandro González Laboy, se expresó confiado en que, de los 10,000 abonados de Santa Isabel, Coamo y Aibonito que, actualmente, experimentan “fluctuaciones rotativas” en el servicio, se logrará reducir a 6,000 para este lunes, a medida que se completan trabajos en varias líneas de cables para incrementar su capacidad.
González Laboy, quien supervisa las regiones operacionales de Caguas y Ponce, agregó que se están “haciendo arreglos” para llevar dos generadores portátiles desde Mayagüez hasta Coamo para incrementar el suplido en la región.
“Es algo parecido a lo que hacemos en los hogares, pero con mayor capacidad, para poder llegar a través de nuestras líneas de distribución hasta los hogares. Cuando ese ejercicio se complete, la cantidad de clientes que estén experimentando fluctuaciones rotativas va a reducirse a 3,000. Ese esfuerzo de los generadores debe tomar unas dos semanas”, sostuvo.
La etapa más extensa de los trabajos de reparación, sin embargo, es el reemplazo del transformador, que será sustituido por un equipo que se encuentra “en la parte norte de la isla”.
“Hay que hacer toda una logística para moverlo de punto A a punto B. Eso está pasando ahora mismo. Mover un transformador de ese tamaño requiere mucha logística. Hay que coordinar el viaje, vaciar el aceite que tiene adentro para poder manejar el peso y hacer ajustes técnicos. Originalmente estimamos –y fue lo que compartimos a los alcaldes– que iba a tomar cinco a siete semanas, (pero) hemos hecho unos ajustes en la logística, en el proceso que vamos haciendo el análisis. Por eso, el tiempo estimado para que (la cifra de clientes afectados) baje a cero, es de unas cuatro semanas”, subrayó el oficial de LUMA.
Insatisfechos los alcaldes
En entrevista más temprano este jueves, el alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, se expresó inconforme con el hecho de que, por años, se dejaran desatendidas cinco líneas que brindaban redundancia en el suministro eléctrico de la zona, que incluían transmisión proveniente desde Salinas, Villalba y Guayanilla. Al momento de la falla en el transformador de la subestación, solamente estaba en servicio una línea de 4.8 kilovoltios (kV) entre Santa Isabel y Cayey.
Para García Padilla, en lugar de aguardar por el reemplazo del transformador, urge que LUMA repare las líneas de 100 kV y 200 kV que provienen desde la central Aguirre, en Salinas, y la central Costa Sur, en Guayanilla, un trabajo que se podría completar en “semana a semana y media”, según les indicó el consorcio en una reunión el miércoles, de la que también participó el secretario auxiliar de Asuntos Energéticos de La Fortaleza, Francisco Berríos Portela. A juicio del alcalde popular, además de representar una solución a corto plazo, la reparación proveería la redundancia que requiere el sistema a futuro.
“Pero, en la reunión, descubro que LUMA no quiere trabajar (proyectos) a corto plazo porque les cuesta a ellos. Quieren amarrar todo el proceso de reconstrucción a lo que FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) le va a dar. Tienen fondos, pero tienen que sacarlos de su fondo operacional”, puntualizó García Padilla.
Saca sostuvo, en tanto, que la reparación de las líneas forma parte de los proyectos de reconstrucción permanente en trámites ante FEMA, pero, ante la urgencia de la situación, dejó la puerta abierta a realizar trabajos de emergencia y solicitar un reembolso a la dependencia del gobierno estadounidense.
“Vamos a tener la conversación con FEMA a ver si podemos (levantar las líneas) de forma de emergencia”, indicó el presidente de LUMA. “En este caso en particular, no he conversado con FEMA directamente todavía, pero mi equipo lo ha hecho. Esto no es de la noche a la mañana. Tenemos que presentar un proyecto, ellos lo revisan, nos reunimos y vemos la viabilidad técnica de hacerlo. Tenemos que entender que la conversación es a qué le damos prioridad en este momento. (…) Son muchas necesidades”.
El alcalde de Aibonito, William Alicea, comentó –por separado– que es la primera vez que, fuera de un evento natural extraordinario, el municipio experimenta una “desestabilización” de tal magnitud en el servicio eléctrico.
“Desde el sábado para acá, ha sido distinto porque se ha desestabilizado el sistema por completo”, expresó Alicea, quien coincidió con García Padilla en que la mejor alternativa para solucionar los problemas sería la rehabilitación de las líneas que han permanecido en desuso desde 2017.
Este jueves, no fue posible entrevistar al alcalde de Santa Isabel, Rafael “Billy” Burgos.
Investigan muerte de contratista
De otra parte, Saca informó que ya está en curso la investigación sobre el fallecimiento del contratista Wilmer Luna Rivera en un incidente no relacionado reportado el miércoles, mientras realizaba trabajos de desganche en Aguas Buenas.
Luna Rivera, de 34 años, trabajaba para Wright Tree Services, una de las empresas reclutadas por LUMA para el manejo de vegetación en las líneas eléctricas.
“Cuando sucede algo de esta índole, existe un proceso bien marcado de cuáles son los pasos a tomar (para determinar) exactamente qué sucedió. En este caso, lo conducen nuestros colaboradores contratistas, con la colaboración de LUMA. En este momento, no tengo información de lo que pudo haber pasado; sé que estaba podando y, desafortunadamente, tomó contacto eléctrico y falleció. Los detalles, probablemente, no van a salir pronto porque es todo un proceso de investigación”, acentuó Saca, quien, al inicio de la conferencia de prensa, pidió un momento de silencio en honor a Luna Rivera.
A preguntas de este diario, Saca señaló que, a los contratistas de LUMA, como Wright Tree Services, se les exigen “ciertos protocolos específicos”, como garantías de que los trabajadores recibirán el equipo de seguridad necesario para desempeñar su labor.
“Ellos conocen muy bien este negocio”, dijo el presidente del consorcio.