Los retos de la población con discapacidad visual en la pandemia
Se estima que de los 1,197,085 personas con impedimentos que hay en Puerto Rico, el 17% son personas ciegas o con algún problema de visión.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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¿Cómo vivir sin tocar cuando eres ciego o tienes una discapacidad visual?
Con esa pregunta es que Frank Pérez, director de la Asociación de Ciegos del área oeste de Puerto Rico, inicia la discusión del tema sobre los desafíos que ha enfrentado la población con discapacidad visual durante la pandemia.
“El tacto es un sentido fundamental para los ciegos y lo primero que nos dijeron (a todas las personas) cuando comenzó la crisis del COVID es que se pega por contacto y a las personas se les olvida que los ciegos dependemos, precisamente, de ese sentido. Ahí, ya de entrada, tuvimos el primer choque con esta realidad”, acotó Pérez a Primera Hora, reconocido por ser autor de los libros “El faro que me guía al éxito” y “La visión de un ciego”.
Se estima que de los 1,197,085 personas con impedimentos que hay en Puerto Rico, el 17% son personas ciegas o con algún problema de visión, según el último censo realizado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en el 2019. Ese 17% es equivalente a 203,505 personas con alguna discapacidad visual.
“El Departamento de Salud y el gobierno se han olvidado de las personas con impedimentos, incluyendo a los ciegos, en la pandemia. Estamos hablando de que más de 200 mil personas en Puerto Rico hemos tenido el gran reto de estar en una pandemia donde se nos dice que hay que hacer uso de mascarilla y tener distanciamiento físico, de al menos seis pies, cuando no sabemos con precisión si estamos cumpliendo con esa regla. Eso es para empezar. Otra cosa que sufrimos fue que cuando empezaron las vacunaciones no tenían filas expreso para nosotros. ¿Tú sabes lo que es para un ciego aguantar horas de fila bajo el sol? Ahora la situación ha mejorado, pero es porque hay más accesibilidad para ponerse la vacuna. En el oeste, por ejemplo, a través de la asociación buscamos la forma de que se saque cita y hablamos con los organizadores para que le den turno preferencial. Igual estamos haciendo en los laboratorios”, puntualizó Pérez.
De hecho, en momentos en que se han puesto en vigor la entrega de pruebas caseras de detección del COVID-19 a los residentes de Estados Unidos y Puerto Rico, nadie ha mencionado cómo se trabajará este beneficio para las personas con discapacidad visual, a quienes se les imposibilita conocer (si no están en compañía de un vidente) el resultado del análisis.
“Eso no funciona para nosotros. Yo no tengo ni idea de cómo es una prueba casera. Alguien me dijo que es como una prueba de embarazo. Pero nadie nos ha sabido explicar cómo se utilizaría, cómo introduzco ese equipo por la nariz. Es que eso no funciona para un ciego. Esas pruebas son obsoletas para las personas ciegas y mucho más si viven solas. De hecho, a través de la asociación estamos impactando a 58 ciegos de la zona con unos talleres de vida independiente, y de esos, 50 viven solos”, manifestó Pérez al indicar que se estima que en el área oeste hay unas 67,000 personas ciegas.
Una vez comenzaron las flexibilizaciones y se abrieron espacios comerciales y sociales, se optó por recurrir a hacer marcas en el piso o colocar letreros de orientación para indicarles a las personas por dónde caminar o dónde colocarse en una fila para guardar distancia. En cambio, son pocos los lugares que tienen esas marcas de referencia al relieve o adaptadas para la población de ciegos.
“Nuestro otro apoyo fundamental es tocar. Yo no veo, pero uso mis manos. Necesitamos tocar para guiarnos, aunque tengamos el bastón, con el riesgo que eso trae de que nos podamos contagiar y con las campañas que hay de que se trate de evitar lo más posible el contacto físico con otras personas”, agregó Pérez trayendo el tema de que para muchas personas con discapacidad las normas de convivencia en pandemia han supuesto un “distanciamiento humano” que dificulta buscar ayuda de otra persona en momentos de necesidad.
Por ejemplo, el licenciado José Montalvo, asesor de la Defensoría de Personas con Impedimentos, menciona que durante los primeros tres meses de encierro surgieron denuncias, pues los servicios de transporte a citas médicas o para comprar víveres, dejaron de operar.
“Anecdóticamente, descubrimos que mientras hubo beneficios de incentivos federales, muchos dejaron de ofrecer los servicios y esto afectó a la población de ciegos mucho porque dependen de esa tercera persona para ir al doctor, a la farmacia, al supermercado. Además, hubo otra situación con las oficinas médicas porque no dejaban entrar acompañantes y obligaban a las personas a hacer las gestiones totalmente solas. Tuvimos que circular cartas al gobierno, agencias, comercios y demostramos que para poder adquirir un servicio de igualdad de condiciones es importante el acompañamiento de otra persona. Y eso ha mejorado un poco, pero hay que seguirlo trabajando”, subrayó Montalvo.
Agregó que en esta etapa de la crisis sanitaria otra preocupación frecuente es el impacto en el renglón de servicios que reciben las personas con discapacidad visual, incluyendo la incorporación de ama de llaves. Algunos municipios que subvencionan este servicio a la comunidad confrontaron problemas en el reclutamiento de este tipo de personal durante la pandemia, según se publicó en varios medios.
“Ahora con la nueva variante Ómicron vuelve la incertidumbre y estamos levantando bandera, porque hay que modificar los servicios a las personas con impedimentos o, por ejemplo, con los estudiantes de educación especial en el retorno a clases”, dijo Montalvo.
En cuanto al acceso a pruebas caseras adaptables a la población con dificultad visual dijo que “aunque no nos hemos puesto a analizar los kits disponibles, nos atrevemos a pensar que no hay recursos para que, por ejemplo, las instrucciones lleguen en braille como ocurre con otros productos en los que por el código de barra se puede leer a través de una aplicación del celular que lo lee en altavoz”.
“Voy a querer pensar que alguien en el gobierno federal está buscando la forma de que las personas ciegas puedan hacer uso y beneficio de este kit con alguna etiqueta parlante o con la garantía de intervención de una tercera persona. De lo contrario, en su momento el gobierno federal se expondría a reclamaciones si no hacen utilizable estos kits para las personas con impedimentos visuales y estaríamos muy pendientes y en su momento levantar alguna reclamación si no se atiende. Estaremos pendientes para levantar enseguida una voz de alerta”, sostuvo Montalvo.
Cuando inició la pandemia, el exsecretario del Departamento de Salud, Lorenzo González, hizo unas recomendaciones para la solicitud de pruebas de laboratorio de COVID-19 en el hogar para poblaciones con necesidades especiales.
El documento aprobado en mayo de 2020 buscaba guiar los procesos para facilitar el acceso de toma de muestras a las personas discapacitadas, así como a aquellos en su entorno directo que también se pudieran ver afectados por la situación de salud del individuo.
Primera Hora preguntó a la oficina de prensa del actual secretario de Salud, Carlos Mellado, sobre la guía y la cantidad de personas impactadas por las reglas.
En declaraciones escritas Mellado sostuvo que bajo su mandato se han “priorizado los servicios a la población de discapacidad” en la pandemia y mencionó que fueron los primeros en ser vacunados junto a sus familiares inmediatos y empleados que trabajan en estas áreas.
“De igual forma, las enfermeras de la División de Discapacidad Intelectual del Departamento de Salud han continuado realizando pruebas de cernimiento semanalmente a los participantes del programa en los hogares con la finalidad de identificar casos y detener las cadenas de contagios”, agregó al asegurar que se han hecho colaboraciones similares con otras poblaciones vulnerables, incluyendo la comunidad sorda.
Mencionó también la iniciativa “Salud toca a tu puerta”, donde se atienden personas encamadas en términos de vacunación. En cambio dijo que “las poblaciones han sido atendidas pero son difícil de contabilizar ya que el Sistema de Inmunización Electrónico de Puerto Rico (PREIS) registra las dosis de vacunas administradas, no por su discapacidad”.
También se le cuestionó a Salud saber si tienen algún plan de inclusión para que las personas con discapacidad visual puedan gozar del beneficio de entrega de pruebas caseras de detección de COVID-19. Esta semana entraron en vigor sendos programas: uno viabiliza a partir del miércoles 19 de enero la entrega de hasta cuatro pruebas por hogar a través del link COVIDtests.gov - Pruebas caseras de detección de COVID-19 de forma gratuita ; y el otro facilita la cubierta gratuita de hasta ocho pruebas por cada beneficiario de un seguro médico, incluyendo el plan VITAL.
Mellado djo que las “pruebas caseras recién se están integrando al Departamento de Salud”. “En la medida que estén disponibles, el Departamento de Salud estará expandiendo sus iniciativas para continuar atendiendo a todas las poblaciones”, expresó sin ofrecer más detalles sobre cómo atendería la particularidad de la población de personas con discapacidad visual en la isla.