¡Los 90 años de Ramón Luis!
El exalcalde de Bayamón repasa su vida y asegura que no se arrepiente de nada.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Era el inicio del solsticio de verano, un 21 de junio de 1929, cuando por primera vez abrió los ojos al mundo el alcalde de los alcaldes.
Se hace llamar Ramón Luis, el viejo. Rivera Rivera son sus apellidos.
Sus 90 años de edad no han pasado en vano. Ha dedicado su productiva vida al ideal de la estadidad; al pueblo que lo acogió con cariño, Bayamón; a la lectura voraz, y a su familia.
Hoy en día solo sufre del “mayor problema que puede tener una persona mayor; se pierde el balance”. Nada significativo para los 24 años de ajetreo que tuvo en la alcaldía de Bayamón (1977 al 2001) y un retiro en el que ha estado dedicado a asesorar a nuevos políticos y a visitar enfermos.
En la comodidad de su hogar, Rivera Rivera recibió a Primera Hora para rememorar sus inicios, sus éxitos y sus ideales políticos.
En su relato, el exalcalde afirmó que se siente tan bayamonés como aguasbonense. Es que creció junto a sus nueve hermanos en una finca que tenían sus padres, Jesús Rivera Hernández y Herminia Rivera Fernández, en el barrio Juan Asencio de Aguas Buenas.
“Yo no tengo de nada de qué arrepentirme. Nosotros nos levantamos de una familia pobre. No había carreteras, luz, agua, pero vivíamos felices”, rememoró.
Fue en una escuela rural de Aguas Buenas que Rivera Rivera sentó las pautas de lo que le depararía el destino.
“Yo fui alcalde en una votación en segundo grado en mi barrio. Porque la maestra, que se llamó Mariana Rivas de Cintrón, quiso hablarnos de cómo funcionaban los municipios de Puerto Rico, y entonces ella se le zafó y preguntó: ‘¿Alguien conoce al alcalde de Aguas Buenas? Y yo levanté la mano enseguida y dije: ‘miss, el alcalde se llama Rafaelito Batalla, y el candidato a representante de Caguas y Aguas Buenas, se llama Julio Reguero González y el presidente del Senado se llama Rafael Martínez Nadal y el presidente de la Cámara se llama Miguel Ángel García Méndez’. Y ella me dice: ‘muchachito, y cómo tu sabes todo eso’. Mi papá le lee el periódico a la gente en el batey”, así le contestó.
Fue entonces, cuando tenía 16 años que su familia se mudó a Bayamón.
Tras la muerte de su padre a los 49 años, Rivera Rivera dejó la escuela y se hizo cargo de un negocio familiar. Luego, a los 22 años se marchó al ejército, donde estuvo destacado por 15 meses. Regresó a la Isla y estudió un grado asociado en administración de empresas.
“El ejército fue mi universidad”, destacó, al comentar que trabajó por 15 años en la Merrill Lynch para sostener a su esposa, conocida como doña Helen (Angélica Cruz Báez) y a sus cinco hijos.
El exalcalde contó que, durante toda su crianza, su abuelo Francisco y su padre le inculcaron el ideal que promulgaba el prócer de la estadidad, José Celso Barbosa. Le llevaban a mítines y otros eventos políticos. Pero, alegó que por sus responsabilidades familiares rechazaba asumir cargos políticos.
Fue el exsenador de Bayamón, Mario Gaztambide, quien lo reclutó para ayudar al exlegislador Justo Méndez y luego lo impulsó a aspirar a un nuevo precinto representativo que se había creado en Bayamón.
“Yo quería que fuera un abogado (quien asumiera el cargo) y Gaztambide me decía que ‘parece mentira que tú con tus cinco nenes y ahora con la oportunidad de ser representante a la Cámara tú lo desperdicies. Tus hijos le pueden decir a otros niños que papi es representante’”, expuso.
Así fue que Rivera Rivera dio su primer paso a la política en el 1972.
El aguasbonense también se resistió a aspirar a la alcaldía de Bayamón. Fue el exgobernador Carlos Romero Barceló quien lo convenció en una encerrona que le hizo un amigo, llamado Luis Nazario.
“Hizo una reunión para obligarme a mí para que fuera alcalde. Pero me miente. Me dijo: ‘Ramón Luis, un vecino quiere que lo ayude en algo. Vente aquí para que lo conozcas’. Me voy para Villa España y empiezo a ver carros a la derecha y a la izquierda, y yo enfogona’o. Me digo que esto es para la misma tontería de que sea alcalde. Voy, me alineo y allí estaba don Carlos. ‘Queremos que tú seas el candidato a alcalde’. Yo le digo que tengo cinco hijos y mi mujer, que tengo que levantarlos. Pero, Carlos es bien fuerte en sus cosas. Me dijo: ‘Tú estás pensando en ti, no en tu partido ni en tu ideal’. Y yo me sentí. Le dije: ‘Carlos, no es lo que tú dices’”, relató.
La reunión culminó con Rivera Rivera aceptando la candidatura, con una guagua de sonido obsequiada y un comité de campaña prestado.
Tras unas primarias internas, Rivera Rivera ganó la alcaldía de Bayamón por primera vez en las elecciones de 1976.
Veinticuatro años estuvo liderando ese municipio. Para cuando decide retirarse, su hijo, Ramón Luis Rivera Cruz, quien le había presidido varias campañas electorales y se había convertido en 1993 en senador de distrito, le expresó su deseo de sustituirle.
Comentó que no lo apoyó de inmediato. Lo que hizo fue contratar a un encuestador para que midiese sus oportunidades si se enfrentaba al exfiscal Héctor Rivera Cruz y otros legisladores de Bayamón.
“Luisito sacó 85.7%, los otros no pasaban del 2% y Rivera Cruz sacó 7%”, afirmó.
Los números no estuvieron errados, Rivera Cruz cumple su quinto cuatrenio frente al municipio y aspirará a un sexto término en las próximas elecciones.
Según Rivera Rivera, su hijo ha sido mejor alcalde que él. Dijo que ha logrado cosas que no pudo hacer, como establecer varios hoteles en la Ciudad del Chicharrón.
Tras una activa vida política, Rivera Rivera no se arrepiente de no haber aspirado a la gobernación o no haber obtenido algún otro logro para su ciudad. Solo reciente que todavía Puerto Rico no haya alcanzado la estadidad.
“He sido bendecido, porque la gente me respondía bien… No hay razón para que la gente sea tan buena conmigo”, concluyó.