Aunque los casos promedios de COVID-19 y las hospitalizaciones han disminuido en comparación con los registrados en diciembre e inicio de enero, la realidad es que los 78 pueblos de Puerto Rico continúan en un nivel rojo, de alta transmisión del virus, una situación que mantiene vigilantes a los salubristas, advirtió la Principal Oficial de Epidemiología, Melissa Marzán.

La científica recordó, además, que todavía hay una pandemia y una declaración de emergencia a nivel global, y ningún signo de mejoría debe ser interpretado como una puerta abierta para flexibilizaciones, pues si una lección se ha aprendido con el COVID-19, particularmente con su variante Ómicron, es que “en salud pública nunca se minimizan los riesgos”.

“Uno se prepara para el peor escenario y si no se da, pues, que bueno. Pero si pasa es importante tener todas las herramientas. Y esa yo creo que ha sido la mayor lección con Ómicron que, al ser una variante tan transmisible, pues, obviamente, tuvo un impacto en todos los indicadores de la pandemia... en el Departamento de Salud, desde septiembre y octubre cuando se vio la merma de casos de Delta, utilizamos ese tiempo para readiestrar a los equipos, rehacer las estrategias de pruebas y hubo tiempo de montar y evaluar antes de que ocurriera la situación de Ómicron. Y ahora cuando vuelvan a disminuir los casos no podemos bajar la guardia. Es momento de readiestrar nuevamente para mejorar algunas áreas y estar listos para poder responder ágilmente a un próximo aumento de casos. Esa es la línea a seguir hasta que se acabe la emergencia global”, acotó Marzán.

¿Estamos cerca de que se acabe esa emergencia global?, le preguntó Primera Hora.

La emergencia depende de lo que ocurra a nivel global. Lo que ha dicho la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que, por lo menos, de aquí al verano el 70% de la población mundial debe recbir sus primeras dos dosis de la vacuna. Pero aún hay 3 mil millones de personas que no han recibido ni una sola dosis todavía y hasta que esa situación no se atienda vamos ver el impacto de nuevas variantes y ya sabemos que las variantes tendrán un gran impacto a nivel regional y local”, precisó en referencia a los pasados picos que hubo con las variantes Alfa (abril 2021), Delta (julio y agosto 2021) y, recientemente, con Ómicron (diciembre 2021 y enero 2022).

Según los últimos datos del Departamento de Salud, la positividad de casos del COVID-19 está en un 21%. Aunque la isla llegó a reportar una positividad de 41%, aun está lejos de alcanzar menos del 3% que recomiendan las organizaciones salubristas, como la OMS, para considerar aperturas que viabilicen la movilidad social o aglomeración de personas. En cuanto a hospitalizaciones, el domingo había 531 personas hospitalizadas, incluyendo a 25 pediátricos. Asimismo se destacó que había 107 adultos y tres menores en cuidados intensivos. De otra parte, hubo un registro de 83 personas mayores de edad conectadas a ventilador.

Actualmente, en promedio se están confirmado a través de pruebas moleculares y de antígenos 2,300 casos diariamente. Aunque ha ido disminuyendo, según Marzán, lo esperado en términos de salud pública es que ese número caiga a 450 casos diarios. “Hay un largo camino por recorrer”, sentenció la epidemióloga al señalar que el día que más casos se ha registrado fue el 3 de enero con poco más de 16,000 casos.

“En término de defunciones totales para el mes de enero llevamos 535 muertes y de estas en promedio durante el mes de enero han ocurrido 19 muertes diarias. Si lo miramos en específico durante el periodo del 15 al 21 de enero tuvimos días que en promedio fallecieron 26 personas”, dijo preocupada.

De hecho, con las cifras alarmantes de muertes, enero del 2022 se convirtió desde la semana pasada en el mes más mortífero por COVID-19 en casi dos años de pandemia. Enero es también el mes que más registros en hospitalizaciones y ocupación de unidades de cuidados intensivo ha reportado durante toda la crisis sanitaria.

“Muy notablemente, el grupo más impactado en esta mortalidad ha sido el grupo a partir de los 60 años, el cual consta del 90% de las muertes ocurridas. Tenemos que la mayor parte ha ocurrido en el grupo de 80 años”, declaró tal como adelantó Primera Hora recientemente.

Precisamente, se estima que en esta población de 60 años en adelante hay 101,484 personas que por alguna razón nunca se han vacunado. Mientras hay 336,682 personas que, aunque recibieron las dosis primarias, en este preciso momento requieren el refuerzo pues se inocularon hace más de cinco meses con el fármaco de Pfizer o Moderna, o hace dos meses con la de Janssen. Además, se informa que hay unas 393,036 personas de este grupo demográfico que ya se pusieron el también llamado “booster”. Los datos fueron analizados a través del Informe de vacunas COVID-19 en Puerto Rico que prepara junto a otros científicos el bioestadístico y profesor de la Universidad de Harvard, Rafael Irizarry.

“En términos de defunciones si lo vemos por tasa de mortalidad versus población tenemos que mueren 33 personas por cada 100 mil personas no vacunadas; 18 por cada 100 mil personas con las dosis primarias; y 6 por cada 100 mil personas con el refuerzo”, puntualizó Marzán, apoyando una vez más a la vacunación como la estrategia principal para minimizar riesgos de desarrollo de una enfermedad moderada o grave de COVID-19 y, por consiguiente, hospitalización o muerte.

“Se hace bien claro el llamado a continuar fomentando la dosis de refuerzo, especialmente entre los grupos vulnerables”, agregó al destacar que usualmente se ven complicaciones enlos adultos mayores de 60 años pues, a partir de esta edad, surgen condiciones crónicas o subyacentes entre las personas.

Recientemente, el gobernador Pedro Pierluisi anunció flexibilización en las próximas órdenes ejecutivas que iniciarán esta semana. Principalmente, se eliminó la Ley Seca y el cierre de negocios en el periodo de 12:00 de la medianoche a 5:00 de la mañana. Además, no se exigirá una prueba negativa a los pasajeros que lleguen en vuelos domésticos (provenientes de Estados Unidos), a menos que no estén vacunados. En viajes internacionales continuará el requisito de prueba realizada en un periodo de 48 horas antes del arribo a suelo estadounidense.

“No es hora de bajar la guardia”

Respecto a estas nuevas normas que se impondrán por decreto del Primer Ejecutivo, el presidente de la Coalición Científica, Daniel Colón Ramos, dijo que le preocupa que las recomendaciones pudieran dar la falsa expectativa de que la pandemia está controlada.

“El Gobernador siempre ha sido claro en su aspiración de abrir. Yo recomendaría no interpretar esa decisión como que las cosas ya están bien y continuar las medidas de precaución. La Coalición publicará sus análisis y recomendaciones para beneficio población”, escribió el científico en su cuenta de Twitter.

Al cierre de esta edición, las recomendaciones no habían sido publicadas. Sin embargo, enfatizó que los hechos son claros y los casos y las hospitalizaciones aún “están muy altos”. Además, hizo el reconocimiento de que enero del 2022 rompió récord en muertes.

“Los casos están bajando, pero siguen altos. Es como si estás en un avión, que comienza descenso de 30 mil pies de altura, aunque 20 mil pies sea menos que 30 mil y vas bajando, es aún alto. No te quitas el cinturón y te sales en el cielo. No es hora de bajar la guardia”, enfatizó Colón Ramos en la red social.

Marzán coincidió con Colón Ramos al decir que: “comparto esa opinión porque puede tener un impacto en la percepción de riesgo y que piensen que todo esto pasó... y aunque los números han mejorado, Puerto Rico sigue en un alto nivel de transmisión y todos los municipios están en rojo”, acotó.

No se ha detectado el subvariante BA.2 de Ómicron en Puerto Rico

De otra parte, la epidemióloga aclaró que aun cuando se mantienen vigilantes, no se ha detectado en Puerto Rico el sublinaje de la variante Ómicron, identificado como BA.2, la cual ya se ha detectado en más de 40 países incluidos India, Sudáfrica, Reino Unido, Dinamarca y Estados Unidos.

“No tenemos el BA.2, aun no se ha detectado en Puerto Rico. Desde noviembre 29, que fue la primera muestra de Ómicron que se detectó, hasta los resultados que tenemos al 14 de enero hay unas 1,098 muestras confirmadas para Ómicron y ninguna es la BA.2″, aseguró Marzán.

Aclaró que al momento la BA.2 no se considera una variante de preocupación pues, de lo contrario, se le hubiera asignado un nombre. Los científicos observan el impacto que esta subvariante pueda tener a nivel de transmisión, diagnóstico y neutralización con las vacunas o tratamientos disponibles, según ha dispuesto la OMS.

“La información preliminar es que pudiera ser más transmisible y que está compitiendo con el sublinaje actual. Eso puede implicar un poco más de transmisibilidad y por eso continúa el monitoreo. A la medida que la comunidad internacional presente evidencia para reclasificarla como una de preocupación, se dará a conocer públicamente. Mientras, estamos bajo vigilancia”, enfatizó al mencionar que en las últimas secuenciaciones genómicas tampoco se han detectado casos de Delta.