Lornna Soto dice que está “limpia, sin mancha” tras arresto de su chofer
Soto defendió las ejecutorias de su empleado que resultó arrestado por las autoridades federales.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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La senadora Lornna Soto se declaró “impoluta” ayer y se distanció de las actividades ilícitas que las autoridades federales le imputan a su chofer, Eugene Romero Santiago, acusado de traficar 91 kilos de cocaína a Estados Unidos en agosto de 2010, cuando laboraba como maletero en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín (LMM).
Tres meses más tarde del hecho delictivo, el joven de 24 años y residente de Canóvanas, quien era tarjeta de las autoridades federales, se fue a trabajar como chofer mensajero de la legisladora penepé por el distrito de Carolina.
Soto defendió las ejecutorias de su empleado, aunque lo destituyó de su puesto en el Capitolio y se lo notificó en una carta a la jefa de operaciones del Senado, Katy Erazo.
“Nadie está por encima de la ley. A base del reglamento del Senado será destituido”, dijo la senadora.
Romero Santiago fue arrestado el martes en la Oficina de la Administración federal Antidrogas en Guaynabo. La senadora dijo que el martes a las 4:15 p.m. vio por última vez a su chofer cuando la dejó en su casa. Soto dijo que ella se enteró del arresto ayer en la mañana por la esposa del empleado.
“Es un hecho aislado a mi oficina. Eso se remonta a agosto de 2010 y él comenzó en mi oficina en noviembre de 2010”, dijo a Primera Hora.
Cuando usted lo reclutó, ¿no sospechaba que él estuviera en malos pasos?
Si yo lo llego a saber, pues no lo recluto. Su certificado de buena conducta, sus requisitos, todos fueron contestados.
¿Cómo llegó a su oficina? ¿Quién se lo refirió?
Yo conozco a su familia y lo conozco a él, creo que desde que estaba en el vientre de su madre. Son hechos aislados a mi oficina y lo dijo la fiscal Rosa Emilia (Rodríguez), no tienen nada que ver con nosotros como legisladores. La persona se reclutó y si estaba bajo investigación, no lo informó si lo sabía o no. La realidad es que reunía los requisitos y cualidades de cuestión de confianza para trabajar conmigo.
Él era su chofer, era el que la llevaba a usted para arriba y para abajo.
Era chofer mensajero, estaba conmigo casi todo el tiempo, pero nada tiene que ver. Su conducta era incuestionable.
Dijo que Romero Santiago llevaba y le buscaba correspondencia. Además, atendía al público, tanto en su oficina en el Capitolio como en la oficina del distrito de Canóvanas.
Indicó que ayer se comunicó con los padres del imputado, a quienes se refirió como “personas de bastantes valores morales”.