Lo que significa la visita de Trump
La llegada del presidente estadounidense servirá para constatar la necesidad de ayuda para la Isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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WASHINGTON, D.C. Cuando el presidente estadounidense Donald Trump llegue mañana a San Juan, la temperatura puede estar cerca de los 90 grados.
El calor y las penurias en Puerto Rico, agravadas por el huracán María –que derrumbó el sistema eléctrico y aun tiene sin servicio de agua a medio País–, cumplirán dos semanas.
El mandatario viajará con la primera dama, Melania Trump, y tendrá la oportunidad de darle una mirada cercana al peor desastre en casi un siglo en el archipiélago puertorriqueño.
Su viaje representa la sexta visita oficial de un presidente de los Estados Unidos a Puerto Rico, según el historiador Ángel Collado Schwartz.
También es la primera visita en medio de una emergencia.
Mientras, el vicepresidente Michael Pence tiene previsto un viaje a San Juan el viernes, confirmó la Casa Blanca.
“La visita del martes del presidente va inspirar a la gente y dejarles saber a todos que nos importan”, indicó en un memorando interno publicado ayer por Axios, el asesor de Seguridad Interna de la Casa Blanca, Tom Bossert, en el que propuso, además, una estrategia de comunicación que incluyera un intercambio de elogios entre los gobiernos de Trump y Ricardo Rosselló sobre el trabajo que realizan.
Con el Congreso listo para aprobar tan pronto como esta semana una asignación de miles de millones de dólares para el fondo presidencial para atender desastres de la Agencia para el Manejo de Emergencias (FEMA), su visita permitirá a las autoridades del gobierno local hablar también de las necesidades a largo plazo.
La comisionada residente en Washington, D.C., Jenniffer González, invitada por el mismo Trump a viajar en el avión Air Force One, dijo que el sábado –en una conversación telefónica–, le solicitó reactivar el Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Puerto Rico, que durante el gobierno de Barack Obama se encargó de coordinar los asuntos de la Isla.
Junto a 15 miembros del Congreso, reclamó además que se exima a Puerto Rico de pagar el 25% del costo de las reparaciones y construcciones de nueva infraestructura pública, como se hizo con la dispensa en el financiamiento de la remoción de escombros y las medidas de seguridad relacionadas al paso del huracán.
Cuando aprobó la dispensa sobre el costo de recoger escombros, la Casa Blanca no incluyó lo que puede representar la inversión mayor, que es la reparación de puentes, carreteras y otras instalaciones públicas, como la infraestructura de la producción de electricidad.
En unaentrevista con este medio, el gobernador Ricardo Rosselló advirtió que a nivel del Ejecutivo es urgente que el gobierno de Trump, ante la caída en los ingresos, otorgue una línea de crédito a Puerto Rico a más tardar la semana próxima, para evitar que se quede en cero la caja del Departamento de Hacienda.
“La Reserva y el Tesoro federal pueden encontrar cómo le dan una línea de crédito a Puerto Rico a unos intereses que sean razonables”, indicó el Gobernador.
Según fuentes, el gobierno de Puerto Rico –con una deuda de cerca de $120,000 millones, si se incluyen los sistemas de retiro, y con una petición de quiebra en el nuevo sistema de bancarrota territorial creado por el Congreso–, ha barajado la idea de solicitar que el préstamo alcance los $30,000 millones.
Hace unos días, la Junta de Supervisión Fiscal, que controla las decisiones financieras del gobierno de Puerto Rico, autorizó destinar unos $1,000 millones a los esfuerzos de recuperación.
El huracán ha creado un vacío también en la recaudación de ingresos del Gobierno.
Desde antes del azote del huracán, ante la grave crisis fiscal y de deuda pública, economistas, organizaciones y políticos han reclamado un plan de desarrollo económico de largo plazo.
El ciclón ha hecho obligatorio ahora un plan de reconstrucción.
“Este puede ser el viaje presidencial más importante en la historia” (de Puerto Rico), dijo Jeffrey Farrow, quien fue copresidente del Grupo de Trabajo de la Casa Blanca sobre Puerto Rico durante el gobierno de Bill Clinton.
Después del huracán Georges, en 1998, la primera dama (Hillary Clinton) visitó Puerto Rico.
“Su informe guió el establecimiento del Grupo de Trabajo Presidencial sobre la Recuperación a Largo Plazo de Puerto Rico”, indicó Farrow, al destacar la importancia de que el presidente Trump vea por sí mismo la situación en la Isla.