Llega al Congreso la Junta de Control Fiscal y sería aprobada la próxima semana
La nueva versión del texto incluye concesiones a republicanos, demócratas y miembros que quieren asegurarse de que el Congreso tiene la última palabras sobre quién se sienta en la junta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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WASHINGTON. Después de semanas de retrasos, la Cámara de Representantes logró un avance en la preparación de una ley que ayudará a Puerto Rico a gestionar su deuda pública de $70,000 millones.
Una propuesta de ley revisada y presentada el miércoles por la noche crearía una junta de control para ayudar a administrar las obligaciones financieras del territorio estadounidense y supervisar la reestructuración de parte de la deuda. Aunque es la tercera versión del proyecto, esos objetivos se mantienen sin cambios.
El presidente del Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, Rob Bishop, republicano por Utah, ha dirigido las negociaciones sobre la iniciativa y trabajado de cerca con el presidente de la cámara, Paul Ryan, republicano por Wisconsin, con legisladores demócratas y con la Casa Blanca.
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El objetivo era redactar un texto que pueda aprobarse tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado antes de que Puerto Rico incumpla un plazo de deuda de $2,000 millones, que cumple el próximo 1 de julio.
Bishop presentó una primera versión de la iniciativa el mes pasado, pero canceló una votación del comité ante las objeciones de ambos partidos. Desde entonces ha trabajado estrechamente con Ryan para ganarse a los conservadores, que temen que la medida siente un precedente ante los estados con problemas financieros, y a los demócratas a los que les preocupa que la junta de control sea demasiado poderosa y favorable a los acreedores.
La nueva versión del texto incluye concesiones a republicanos, demócratas y miembros que quieren asegurarse de que el Congreso tiene la última palabras sobre quién se sienta en la junta.
Bishop esperaba presentar la propuesta la semana pasada, pero el miércoles señaló que los retrasos se habían debido principalmente al nombramiento de los siete integrantes de la junta. Según el nuevo texto, el presidente Obama escogería a todos menos uno de los miembros de listas proporcionadas por los cuatro líderes republicanos y demócratas de la Cámara y el Senado. Si Obama no elige de entre esas listas, los candidatos requerirán confirmación del Senado.
Los legisladores se han esforzado para que el texto de la ley impida que Obama pueda rechazar fácilmente a los nominados y la junta se elija con rapidez.
La última versión también elimina una polémica cláusula que habría transferido al gobierno de Puerto Rico un terreno federal en la isla de Vieques, una gran concesión a los demócratas, cuyos votos podrían hacer falta en la Cámara de Representantes.
El texto sí conserva una cláusula que permite al gobierno puertorriqueño bajar los requisitos del salario mínimo federal para algunos trabajadores jóvenes, algo a lo que también se oponen los demócratas.
Según el texto, la junta de control exigiría al gobierno de Puerto Rico la creación de un plan fiscal, lo que incluye orientar al territorio para proporcionar financiamiento adecuado para las pensiones. La isla tiene un déficit de más de $40,000 millones en el financiamiento de pensiones públicas.
Los acreedores han expresado su preocupación por quedar segundos en la lista de pagos tras las obligaciones de pensiones, mientras que el Gobierno de Obama ha presionado para asegurarse de que se priorizan las pensiones.
Bishop dijo que el objetivo de la legislación es asegurar que se paga a todo el mundo.
"No estamos en el proceso de elegir ganadores y perdedores en esto, y es precisamente por eso por lo que está la junta, para que pueda hacer un proceso ordenado de eso", dijo la semana pasada.
La isla ha estado inmersa en un estancamiento económico durante una década, y más de 200,000 personas han abandonado Puerto Rico en los últimos cinco años, reduciendo la base fiscal de la isla. Los problemas financieros empeoraron como resultado de escollos en la economía estadounidense en general, y el gasto público en Puerto Rico continuó sin supervisión.