Limitado el acceso a servicios ambulatorios de salud mental
Director médico del San Juan Capestrano advierte que en Navidad hay más propensión a eventos de depresión.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Aunque la Navidad es época de alegría, la tristeza, ansiedad y depresión se exacerban en algunas personas, sobre todo, si han pasado en días recientes por una pérdida, se han quedado sin empleo, tienen problemas económicos o si han enfrentado un divorcio o una separación, alertaron especialistas en conducta humana del hospital San Juan Capestrano.
“Todos tenemos este concepto de que la Navidad es una época muy familiar y vienen los recuerdos, las memorias y si hemos perdido seres queridos, nos ponemos más propensos a un proceso depresivo en medio de la época navideña”, dijo William Lugo, director médico del Capestrano, institución que ofrece servicios de hospitalización y clínicas ambulatorias de salud mental a nivel isla.
El psiquiatra subrayó que esta es una época de muchas emociones “donde tenemos que estar bien pendiente de nuestros familiares y de nosotros mismos para buscar la estabilidad emocional”.
Sin entrar en los casos de violencia que han sido reseñados en días recientes, Lugo dijo que hay una crisis en los servicios por la escasez de proveedores. “Uno de los requisitos para cualquier persona que salga del hospital es que nosotros tenemos que coordinarles una cita dentro de los próximos siete días y cuando llamamos se las dan en dos, tres cuatro meses y es complicado. En los servicios ambulatorios el acceso está limitado y crea esta dificultad, de que los pacientes salen de un hospital, salen estables, pero no pueden continuar con este tratamiento”, indicó.
“En el sistema Capestrano nosotros trabajamos lo que es el intensivo, las hospitalizaciones y hospitalizaciones parciales, pero la realidad es que estamos viendo que hay un problema de salud pública, donde el acceso a los servicios ambulatorios está bien limitado. Tenemos estas personas que acuden donde nosotros, los evaluamos, los estabilizamos, pero cuando salen a la comunidad, las citas son en tres o cuatro meses y el tratamiento de salud mental debe ser un complemento de medicamentos con un proceso de psicoterapia, que es donde vamos a aprender a trabajar con la tolerancia”, puntualizó el galeno.
Sostuvo, además, que no todo paciente de salud mental es violento.
“La realidad es que un paciente de salud mental es igual de violento que cualquier persona sin problemas de salud mental. Ahora, un paciente no tratado con un sistema fragmentado en la comunidad sí pudiese elevar el riesgo y el potencial de convertirse en una persona violenta y ver hechos lamentables, como los que hemos escuchado”, abundó el psiquiatra.
Margarita Francia, una de las psicólogas del hospital dijo que el tema de la violencia ha estado en las primeras planas desde hace un tiempo. Sostuvo que después de la pandemia muchos familiares de adultos mayores se han ido a los Estados Unidos y los viejitos se han quedado solos.
“La depresión ataca a cualquier edad, a cualquier persona y de cualquier nivel socioeconómico”, sostuvo la psicóloga. Indicó que es importante distinguir entre la tristeza y lo que es la depresión clínica, que es un trastorno psiquiátrico.
“La tristeza usualmente es pasajera, pero la depresión puede empeorar, puede continuar, se puede tornar crónica y es importante que se atienda”, afirmó.
La psicóloga sostuvo que tanto en el hospital como en su práctica privada ha visto una necesidad bien apremiante de servicios de terapia y farmacoterapia. Dijo que en Navidad hay pacientes que dejan a un lado sus tratamientos y recurren al uso de alcohol, que es un depresor del sistema nervioso central.
Francia indicó que “ya se está dejando sentir la llegada de pacientes deprimidos en la época navideña, pero mientras más cercano es el 24 y el 25 (de diciembre) experimentamos como una baja en admisiones y luego que pasan esos días, experimentamos un alza”.
Estimó que cerca de un 30% de los pacientes son adultos mayores (65 años o más) y agregó que la sala de adolescentes “se ha mantenido llena”.
Detalló que, actualmente, hay entre 25 a 30 adolescentes admitidos en la institución.
“En los adolescentes se está viendo la depresión, pero también se está viendo el trastorno explosivo intermitente, un trastorno de conducta y tenemos también que nuestros jóvenes están experimentando con sustancias, el cannabis, ‘vaping’ (vapeo) que están trayendo una serie de secuelas en términos de síntomas psiquiátricos. Pueden tornarse más agresivos, desafiar la autoridad, se escapan de las casas y terminan a veces viniendo aquí con gestos suicidas, automutilación o porque han tenido episodios agresivos en los hogares”, relató la psicóloga.
El director médico dijo también que han visto un incremento en el uso de sustancias en adolescentes y jóvenes.
“Hay un poco más de creatividad y tenemos jóvenes usando diferentes sustancias, muchas de ellas, no aparecen en las pruebas toxicológicas y es una de las razones por las que está siendo un reto ahora mismo el manejar a los adolescentes con el uso de sustancias. Lugo indicó que la mayoría de las drogas de diseño como el cannabis sintético no aparecen en las pruebas toxicológicas.
Dijo que la mayoría de los pacientes del Capestrano son adultos de 18 a 64 años y los adolescentes constituyen entre un 15 a un 20%.
El hospital cuenta con 172 camas y actualmente, unas 130 están ocupadas. “En el año vemos un promedio de 6,500 hospitalizaciones”, detalló por su parte, la administradora del San Juan Capestrano, Marta Rivera.
La administradora dijo, además, que este año también han visto un aumento en mujeres buscando servicios. “La razón mayor es depresión mayor tanto de adultos como adolescentes”, dijo Rivera.
Precisó que en lo que va de este año han admitido 401 adolescentes mujeres versus 122 del género masculino.
“Las mujeres tienden a buscar más ayuda en la adolescencia y los hombres en la adultez”, sostuvo para agregar que en 2023 de los casos de depresión mayor, 933 eran mujeres y 838 varones.
La doctora Francia dijo, además, que los hombres tienden a buscar más ayuda por el uso problemático de alcohol y sustancias y las mujeres “más por depresión, trastornos relacionados al estado de ánimo, intentos suicidas, etc”.
En cuanto al perfil del paciente, la psicóloga indicó que se trata de personas de distintos puntos de la isla y de diversos niveles socioeconómicos, personas con preparación académica universitaria, de la clase media y pobre.
Algunos síntomas de depresión se manifiestan cuando la persona se aísla, actividades rutinarias no le llaman la atención, que la persona no está comiendo bien, presenta insomnio, se muestra irritable y menos tolerante a situaciones cotidianas.
Dejan solos a los viejitos
La administradora del Capestrano indicó que el promedio de hospitalización de una persona es de seis a siete días, dependiendo de cómo el paciente va reaccionando a los medicamentos y terapias.
“Muchos pacientes que viven solos y pueden estar comenzando una condición de largo plazo como el Alzheimer o una condición física, muchas veces no tienen familiares o sus hijos viven en los Estados Unidos. Nosotros vivimos la cruzada de trabajar con el Departamento de la Familia, con ASSMCA (Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción) y buscarle un hogar. Hay una escasez de hogares increíble en Puerto Rico. Trabajo con todos los hospitales de salud mental en Puerto Rico y estamos en búsqueda de soluciones todos los días porque los pacientes se quedan demasiado tiempo en el hospital”, indicó Rivera,
Dijo que muchas veces a los adultos mayores “los dejan o no tienen un familiar con quien nosotros trabajar y dependemos de establecer esa conexión con el Departamento de la Familia”
El Capestrano tiene una línea de acceso y orientación 24/7 a la que puede comunicarse a través del (787) 625 2900.