Levantan la voz para rescatar a los estudiantes del rezago académico
Una experta llama al sistema de educación pública a innovar su currículo para priorizar las destrezas de lectura ante el desempeño pobre de alumnos en exámenes estandarizados.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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En momentos en que la pandemia del COVID-19, el impacto de fenómenos naturales y la crisis fiscal deja latente los problemas que enfrenta la educación en Puerto Rico, una patóloga del habla y lenguaje manifestó que el momento “es ahora o nunca” para implementar cambios pertinentes a la agenda académica del país y atajar de inmediato el rezago académico de los estudiantes.
Ante la preocupación, la directora del Instituto Fonemi de Puerto Rico, Nellie Torres de Carella, presentó una propuesta que persigue modificar el currículo educativo para darle importancia a la lectura, sin importar el grado al que pertenezca el alumno.
“Todas las materias dependen del dominio de la destreza de la lectura para el aprendizaje. No debe extrañarnos que en el resto de las materias evidenciaron rezago si no dominan la lectura”, expresó Torres de Carella en el documento que entregó a Primera Hora.
La propuesta académica se expone en momentos en que se observa un desempeño pobre de los estudiantes en las pruebas estandarizadas que se imparten en el Departamento de Educación, particularmente en áreas medulares como la comprensión lectora en español.
“Esto no debió tomar a nadie por sorpresa, desde el inicio de la pandemia y las clases virtuales, alertamos de que se produciría un rezago. Destrezas como aprender a leer y a escribir es complicado aprenderlas de forma virtual. No obstante, no todo puede adjudicarse a la pandemia. Estas dos destrezas tan esenciales para el desarrollo del ser humano están en declive desde hace años, aunque la pandemia aumentó de forma más marcada el problema. Esa es una triste realidad como país, con muy pocas respuestas o soluciones a la misma de parte del sistema”, manifestó.
Además, Torres de Carella expuso que no atender la falta de la compresión lectora y, por consiguiente, la redacción, pudiera generar serias consecuencias en las generaciones futuras, tales como problemas en la expresión oral y escrita, baja autoestima –que puede provocar tropiezos en la socialización-, fracasos en proseguir estudios universitarios por ejecución pobre en pruebas estandarizadas como el College Board, oportunidades de empleo limitadas y ofertas salariales más bajas, deserción escolar, incremento en la delincuencia y perpetuar la cultura de la pobreza en Puerto Rico, por lo que conllevaría a provocar una crisis social.
Prioridad a la lectura
La propuesta consiste en actualizar la agenda diaria en el salón de clases para que se atienda en dos periodos la comprensión lectora con una maestra con especialidad en dicha materia. En la misma, se destaca que los alumnos fortalecerán sus destrezas en la conciencia fonológica, o la técnica auditiva esencial para aprender a leer, reconocer y poder manipular los sonidos del idioma, y el desarrollo de vocabulario, que es fundamental para el dominio de la lectura.
“Estas dos destrezas deben trabajarse diariamente, como parte del currículo especializado para aprender a leer, en un periodo aparte del de lectura. Así que son dos periodos de enseñanza de la lectura diariamente”, sostuvo la directora del Instituto Fonemi.
“La enseñanza de la lectura de esta forma se continúa hasta que el estudiante lea a primera vista, con la rapidez que exige el grado al cual asiste. La comprensión de la lectura depende de cuán fluido podemos leer. En ese momento se retorna al itinerario de clases regular y se elimina la clase de lectura del currículo”, detalló.
Previo a la implementación de esta estrategia pedagógica, el estudiante sería evaluado para conocer el nivel de desarrollo en esta destreza. Si la mayoría del grupo, según Torres de Carella, apenas lee o lo hace a nivel de Kínder, “pues se comienza desde ese nivel, aunque estén en quinto grado”.
“Según los estándares de Puerto Rico se enseña a leer en Kínder y para primer grado se debe dominar lectura. De segundo grado en adelante ya no se enseña a leer, así que los estudiantes que no lograron aprender a leer, ya no lo lograrán”, explicó la patóloga, quien enfatizó que el problema no se resolverá si envían a los alumnos a un “salón recurso”, o un aula que ofrece servicios de tutoría.
Sacrificio “para lograr un bien mayor”
Ahora bien, ¿esto significa que los estudiantes tengan que estar mayor tiempo en los salones de clase? Según Torres de Carella, este no sería el caso, no obstante, esta revela que “un sacrificio debe hacerse para lograr un bien mayor”.
“Las materias de estudios sociales y ciencia se trabajarán en días alternos, así como la clase de español (gramática) y cualquiera otra materia que, aunque es importante, no es la prioridad, como lo es aprender a leer. La materia de matemática debe permanecer enseñándose diariamente”, indicó.
No obstante, la patóloga sostiene que implementar la teoría no sería imposible ponerla en práctica, dado que es la misma que ponen en función con sus alumnos de educación especial.
“Desde cerca de 10 años hemos recibido a niños de educación especial que los han pasado de grado en grado, pero sin poder leer ni escribir. Esto pasa también en el sistema privado de enseñanza donde a estudiantes con problemas de aprendizaje se les dan acomodos, como leerle los exámenes y escribir las respuestas, y así van pasando de grado en grado sin poder leer ni escribir. Es una crónica de un fracaso anunciado porque la posibilidad de llegar a estudios superiores o universitarios es remota”, expresó.
“Si el modelo que hemos implementado ha ayudado a leer y a escribir a estudiantes de educación especial, los cuales tiene innumerables retos, ayudará de forma más rápida a los niños de educación regular”, apuntaló.
Sin embargo, para que el método académico rinda frutos, la experta en el habla sostiene que la cooperación de los padres en el proceso de aprendizaje de sus hijos es fundamental.
“El seguimiento diario en el hogar a lo trabajado en la clase de lectura, no es una opción, es un requisito. La familia debe comprometerse y firmar cada día las tareas enviadas, por las cuales reciben puntos que se acumulan para una nota de la clase de lectura. La responsabilidad de que los niños desarrollen la destreza de lectura es una compartida, los padres y madres deben trabajar con la escuela diariamente como un equipo. La responsabilidad no es unilateral”, indicó.
“Palpable” el rezago
El secretario del Departamento de Educación, Eliezer Ramos Parés, sostuvo en entrevista con Primera Hora que la agencia aspira -con la revisión del currículo académico- a hacerle frente al rezago escolar “palpable” que enfrentan los alumnos del sistema de instrucción pública desde que regresaron a las aulas, de manera presencial, en agosto del año pasado.
Ramos Parés explico que, con la intención de visibilizar el problema de rezago en los planteles, el Departamento administró de manera formal un examen diagnóstico conocido como “Pruebas Línea Base”, que tenían como objetivo obtener un resultado viable que establecería un marco de trabajo para que el docente lograra marcar una línea para diferenciar al estudiante y atender sus necesidades educativas de manera individualizada en la sala de clases.
Según datos de agosto a septiembre de 2021, un 22.32% de estudiantes mostraron proficiencia en la materia de inglés, un 10.24% en la materia de matemáticas, un 8.87% en el tema del español, y un 2.58% en ciencias. El secretario, por su parte, aseguró que dichos resultados comprobaron un rezago “sostenido” en más del 60% de la matrícula, particularmente en lo que concierne la comprensión lectora.
Cuando Primera Hora preguntó si el Departamento de Educación consideraba establecer un currículo que estableciera prioridad a la comprensión de lectura, similar a la propuesta de Torres de Carella, Ramos Parés indicó que la agencia está generando política pública para incorporar en la organización escolar más tiempo a estas destrezas.
“Esto es algo que hay que establecer prioridad. Estamos viendo una mayor deficiencia en los estudiantes, pueden leer y escribir, pero no necesariamente comprenden lo que leen. Se está trabajando en incorporar posibles periodos adicionales para el tema de la lectura en el horario escolar típico”, confirmó.
Por el momento, Ramós Parés indicó que, tras la administración de las pruebas diagnósticas se creó un perfil del estudiante, que permite que cada maestro cuente con un historial de los alumnos de sus pruebas, avalúos y notas. El sistema también tiene la función de levantar bandera en los estudiantes que se encuentran en riesgo de reprobar.
Igualmente, este indicó que se orientó a la facultad sobre respuestas de intervención para permitir a los alumnos atender los problemas que afronta en diversas destrezas sin retrasar su oportunidad para continuar progresando en el sistema escolar e identificar necesidades adicionales de otros estudiantes.
Asimismo, el secretario manifestó que se ha integrado un perfil de maestros que les ayudará a tener acceso a recursos que ofrece el plantel para atender los requisitos que su matrícula necesita cumplir. Igualmente, explicó que la implementación de “refuerzos académicos extendidos”, que consiste de unos horarios adicionales para que el docente se reúna con los estudiantes con rezago y ofrecerle instrucción individual.
“Tenemos que volver a las raíces de lo que se hacía hace 20 o 30 años, de buscar esas herramientas que alguna generación le dieron resultados, y las vamos a combinar con tecnología más moderna”, explicó.
Por otro lado, el subsecretario de asuntos académicos de Educación, Ángel Toledo, informó que la agencia se encuentra en procesos de finiquitar contratos para establecer un sistema de manejo del aprendizaje, que ayudará a los maestros a contar con una base de recursos pedagógicos para enseñar su materia a una población estudiantil con mayor diversidad. Además, la misma plataforma ayudaría a los alumnos a seguir ejercitando lo aprendido desde el salón de clases y lograr cumplir con los requisitos de su curso.
Mientras tanto, Toledo explicó que otra plataforma, que consistirá en un sistema de monitoreo progresivo, apoyará a los maestros a mantenerse al tanto del aprovechamiento académico de su matrícula y planificar estrategias de aprendizaje para atajar cualquier retraso que afronte algún alumno, sin tener que depender de un examen estandarizado como la prueba META, que se administran en las escuelas a finales del año escolar. El mismo se encuentra bajo cierre de contratación.
“Lo que queremos hacer con estas pruebas formativas, es que el maestro pueda evaluar a ese estudiante, conocer su ejecutoria en la semana 10, semana 20, y semana 40, y en cada una de esas evaluaciones, el docente pueda tomar decisiones basadas en los datos para actualizar sus planes de enseñanza, incorporar materias que necesite para atender una población estudiantil diversa, reforzar temas en particular”, expresó.
“Eso se está trabajando no solo como apoyo para los estudiantes con rezago, sino para el maestro que estuvo enseñando dos años de manera remota y aquellos estudiantes que se encuentran bajo preparación de maestros, que aprendieron a educarse de manera remota”, puntualizó.