Lejos de la realidad cifras de acoso sexual
Departamento del Trabajo ha atendido 34 querellas en lo que va de año, lo que, según expertos, no refleja la recurrencia de la práctica en la Isla
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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“En la agencia para la que trabajo el 80% de los empleados son varones. Cuando entré tenía 19 años y tuve que exponerme a un montón de comentarios de índole sexual… como que era una nena. Muchas indirectas, invitaciones a salir, chantajes. Me decían: ‘te voy a dar este viaje y, ¿cuándo me vas a dejar salir contigo?’. Fue bien difícil, pero nunca he denunciado nada porque podía manejarlo”, explicó la entrevistada.
Dos décadas más tarde, se desempeña como supervisora en el mismo lugar y, aunque asegura que cuenta con el respeto de sus empleados, hay uno con quien ha vivido lo que es el hostigamiento sexual como nunca antes.
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“Pensaba que era una broma, un relajo, pero tuve que hablar con mi jefe porque no para de acosarme y hasta me tuve que cambiar de turno. Un amigo suyo me dijo que él tiene un montón de fotos mías en su celular y son fotos que yo no le he enviado, son fotos que él se ha robado de todas mis redes sociales. Dicen que él tiene un crush conmigo. Tengo todo guardado y se lo dije a mi jefe porque, si él sigue, voy a tener que hacer una acusación formal”, lamentó Ramos, quien destacó que tiene el apoyo de su superior, pero admite que no quiere llegar hasta las últimas consecuencias por temor.
Como es usual en estos casos, el patrón de hostigamiento sexual ha llegado a convertirse en un acoso laboral, ya que, al ella no corresponder a sus acercamientos, el individuo ha optado por buscar la manera de afectarla en su trabajo. Todo a modo de venganza, aseguró.
“Como él no logra nada conmigo trata de desquitarse de otra manera, dando quejas de mí en el ámbito laboral, indisponiendo a la gente conmigo, diciendo que yo soy una mala empleada”, relató.
Y, ¿por qué no lo denuncia?, preguntó Primera Hora.
“No lo he hecho porque no quiero afectar mi núcleo familiar. Tampoco quiero verme como la víctima, porque soy una mujer de carácter fuerte y no quiero demostrar debilidad porque soy jefa de hombres. Si hago una acusación de hostigamiento sexual, me voy a ver débil ante ellos”, confesó la supervisora.
No se atreven a revelar su historia
A pesar de que situaciones como esta son bastante comunes en nuestra sociedad, las estadísticas de querellas de acoso sexual en el Departamento del Trabajo (DT) no reflejan la realidad, ya que son pocas las personas que denuncian estos patrones de hostigamiento.
Para ponerlo en perspectiva, entre el 2018- 2019 un total de 34 personas se querellaron por hostigamiento en la agencia: 29 mujeres y 5 hombres. Para el 2017-2018 fueron unas 65 personas. De esas, tan solo 3 fueron hombres. En el 2016-2017 llegaron querellas de 50 empleados: 41 mujeres y 9 hombres. Mientras que entre el 2015-2016 la cifra fue de 70 personas, de ellas 62 mujeres y 8 hombres.
“Deben ser muchos más por varias razones. Hay personas que tienen temor a quejarse, a perder su empleo y las implicaciones negativas que esto pueda tener. Hay otros que ven con recelo y temor la reacción de otras personas al enterarse. Pero, no todas las personas radican con nosotros, ya que muchos van directamente a la agencia federal Comisión para la Igualdad de Oportunidades en Empleo de los EE.UU. o pueden acudir directamente al tribunal. No necesariamente la totalidad de personas que se sienten hostigadas visitan nuestra oficina”, dijo Miriam Costa Malaret, abogada y directora de la Unidad Anti Discrimen del DT.
Según Costa Malaret, el proceso de someter una querella de hostigamiento sexual en el trabajo tiene varias etapas y primero el DT intenta servir de intermediario para solucionar la situación. De no darse esta alternativa, se procede a someter el caso.
“Lo primero que tienen que hacer es acudir a nuestras oficinas y ahí son orientados. Si procede el caso de hostigamiento, se redacta el documento de querella y al patrono se le da la oportunidad de que conteste por escrito las alegaciones del querellante. Todos los casos intentamos resolverlos, los abogados hacemos una especie de negociación informal para ver hasta qué punto se puede llegar. No puedo dar datos de cuántos casos resolvemos por acuerdo, pero son bastantes”, explicó la directora.
Entre los acuerdos que pudieran discutirse, se encuentran acomodos de áreas de trabajo, cambios de plaza, cambios de lugar de trabajo hasta acuerdos económicos.
Para Costa Malaret, el hecho de que la mayoría de las querelladas son mujeres, muchas veces responde a que los caballeros toman una posición más permisible ante situaciones que deberían ser denunciadas.
“Lamentablemente, vemos más querellas de hostigamiento sexual por parte de mujeres y hay que ir cambiando esta mentalidad porque muchas veces las cosas se toman como chiste, se ve como bueno algún tipo de comportamiento y siempre he dicho que hay que evitarlo a toda costa. Siempre recomiendo que evitemos todo tipo de incidente o comentario de índole sexual que pueda afectar a otro compañero de trabajo”, recomendó la abogada.