Legislan para prohibir la energía nuclear en Puerto Rico
Esta semana el alcalde de San Sebastián, Javier Jiménez, abogó por considerar esta alternativa energética
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Tras la visita de un grupo de ejecutivos de empresas norteamericanas que buscan establecer la energía nuclear en Puerto Rico, el representante del Partido Independentista Puertorriqueño, Denis Márquez Lebrón, radicó el proyecto 1878 para prohibir la generación de energía nuclear.
El legislador también presentó la resolución concurrente 90 para que la Asamblea Legislativa exprese el más enérgico rechazo a las propuestas de establecer una planta de energía nuclear en Puerto Rico.
Esta semana el alcalde de San Sebastián, Javier Jiménez, abogó por considerar esta alternativa energética. Dijo que se reunió con ingenieros puertorriqueños que trabajan en Estados Unidos que le explicaron lo seguro que son estas plantas en la actualidad.
“En una isla con las características de densidad poblacional, espacio y recursos naturales como Puerto Rico, proponer una operación de energía nuclear es un crimen ambiental y ecológico que atenta también contra la seguridad de los habitantes de este país. La única razón por la cual este tema ha sido traído a la discusión pública en días recientes es porque un grupo de ejecutivos de empresas contaminantes norteamericanas están de visita en la isla cabildeando para vender proyectos que han sido ampliamente rechazados por la comunidad internacional, incluyendo los Estados Unidos”, expresó Márquez Lebrón.
El líder Independentista explicó, además, “que existe un consenso entre la comunidad científica del país, sobre lo absurdo de proponer la energía nuclear en nuestro contexto, especialmente cuando esa misma comunidad científica ha propuesto durante décadas las fuentes renovables – especialmente la energía solar- como la solución a los problemas relacionados con nuestro futuro energético”.
Según detalló el Portavoz del PIP en la Cámara, la energía nuclear fue ensayada en Puerto Rico durante la década de 1960. Para esa época dijo, además del proyecto petrolífero impulsado por el gobierno, y que hubiese convertido a Puerto Rico en el tercer complejo petroquímico a nivel mundial, la Autoridad de Energía Eléctrica construyó un pequeño reactor nuclear en Rincón. A ese proyecto se le conoció como la "Planta Nuclear Bonus" que clausuró en el año 1968 debido a la controversia que se desató relacionada con un supuesto escape radioactivo ocurrido en esa instalación. Estudios de salud pública realizados en la zona de Rincón y pueblos limítrofes unos años después del cierre de la planta Bonus reflejaron un aumento en la incidencia de ciertos tipos de cáncer entre los residentes de esa región. Además, se prohibió durante un tiempo el acceso a la zona, colindante con el Faro de Rincón, considerado uno de los mejores lugares en el mundo para la práctica del “surfing”.
“No hay mas que revisar la historia sobre la energía nuclear en Puerto y en otras jurisdicciones como Ucrania (en la era soviética) y en Japón para darnos cuenta de lo descabellada que resulta una propuesta igual o similar en Puerto Rico”, sentenció Márquez Lebrón.