Las senadoras electas por el Proyecto Dignidad, Joanne Rodríguez Veve y Lisie Burgos Muñiz le enviaron una carta al gobernador electo, Pedro Pierluisi Urrutia donde le exponen sus posturas en torno al estado de emergencia que se dispone a declarar al juramentar su cargo, como gobernador de Puerto Rico a principios de año 2021.

“Debería declararse un estado de emergencia por la violencia generalizada, su deber como Gobernador electo es proteger la vida de todos los puertorriqueños de las diferentes manifestaciones de la violencia que estamos enfrentando, y que afectan tanto a mujeres como a hombres de todas las edades. Creemos que el verdadero reclamo de equidad exige reconocer que ambas vidas tienen el mismo valor”, expresaron Rodríguez Veve y Burgos Muñiz.

Ambas legisladoras le expusieron a Pierluisi Urrutia su férrea oposición a que permita que se utilice el gobierno para adelantar las agendas ideológicas de unos grupos, entre los que destacan organizaciones feministas de género, que buscan servirse de las estructuras gubernamentales para adoctrinar en ideología de género. Además, le expusieron a grandes rasgos algunas propuestas de cómo utilizar eficazmente los fondos que se destinarán a través del estado de emergencia.

Las estadísticas más recientes, hasta el mes de septiembre del corriente, y actualizadas por el Departamento de Seguridad Pública (DSP) según fueron expuestas en los medios noticiosos, informan: 29 asesinatos de mujeres mayores de edad; 333 asesinatos de hombres mayores de edad. Además, se han reportado 4,542 querellas por violencia doméstica; más de 6,000 referidos de maltrato a adultos mayores; y más de 1,367 referidos de maltrato de menores desde que comenzó la Pandemia. Otro dato alarmante es la tasa cruda de homicidios en Puerto Rico, para un 21.9 por cada 100,000 habitantes, lo que sitúa a la Isla entre las 12 más altas en el continente americano.

Finalmente, Rodríguez Veve y Burgos Muñiz le dejaron saber a Pierluisi Urrutia que esperan su atención ante los planteamientos expuestos y que quedan a su disposición para conversar sobre estos asuntos.

A continuación la carta electa enviada por las legisladoras electas:

Estimado Gobernador electo:

Primero que todo, reciba nuestras felicitaciones por su elección como Gobernador. En esta ocasión, queremos exponerle nuestra postura en torno al estado de emergencia queanunció que declarará, cuando juramente a su cargo, como medida para combatir
la violencia contra las mujeres.

El problema de la violencia contra la mujer, sin duda, debe ser atendido con premura y el grado más alto de responsabilidad y sensibilidad. Sin embargo, creemos que el reclamo justo para atender esta problemática no debe sesgar los esfuerzos del Gobierno contra la violencia generalizada que sufrimos como País. Lamentablemente, además de las mujeres, los hombres, niños y ancianos también son víctimas continuas de la violencia, y en cifras alarmantes que han ido en aumento durante la Pandemia. Las estadísticas oficiales revelan claramente que la violencia no tiene sexo ni edad y que sus causas son diversas.

Por lo tanto, a la luz de esta realidad, entendemos que el estado de emergencia que se declare debería estar dirigido a atender los múltiples rostros de las víctimas de violencia en el País. Es nuestra postura que, de ninguna manera, este problema social puede atenderse desde la inequidad, como si la vida de las mujeres valiese más que la vida de los hombres o como si las causas por las cuales asesinan mujeres importaran más que las causas por las cuales asesinan hombres. Desde esta mirada, no pretendemos equiparar el móvil de los crímenes, pues sabemos que hay agravantes y circunstancias más dramáticas que otras. Sin embargo, nos preocupa y lamentamos de igual manera sus consecuencias fatales, independientemente de las causas: la perdida de una vida humana irremplazable.

A nuestro juicio, resultaría totalmente contradictorio que su Gobierno, en momentos en los que, como nunca, se aboga por la equidad, privilegie a las mujeres sobre los hombres en la lucha contra la violencia. La coherencia en la lucha por la equidad exige el reconocimiento de que tanto la vida de los hombres como la vida de las mujeres tienen el mismo valor.

Por otra parte, también nos preocupa el uso ineficaz de los fondos públicos que se destinarán a través del estado de emergencia. Según se ha ventilado públicamente, parte de ese presupuesto se utilizará para costear el ofrecimiento de adiestramientos en Ideología de Género (”Perspectiva de Género) en diferentes agencias del gobierno para impulsar, de manera transversal, los planteamientos fundamentales de esta ideología; entre ellos, la idea de que los seres humanos no nacemos ni hombres ni mujeres y que nuestra identidad sexual depende únicamente de nuestra autopercepción, es decir, de la autodefinición puramente subjetiva de la persona. Como si esto, o sea, como si inculcar esta concepción anticientífica de la sexualidad humana, resolverá o atajará el problema de la violencia contra la mujer.

Para que la lucha de la violencia contra la mujer sea efectiva, los esfuerzos para su erradicación no pueden basarse en planteamientos ideológicos, es decir, en costear con fondos públicos la promoción de mitos que algunos pretenden que todos aceptemos como verdad. Y que, dicho sea de paso, ya han probado ser experimentos sociales fallidos en otras partes del mundo como Argentina, España, Suecia y otros países.

Como mujeres, reconocemos el legado de nuestras antecesoras que lucharon osadamente por reformas sociales en favor -verdaderamente- de la equidad entre hombres y mujeres. Luchas cuyos resultados justos se manifiestan hoy día en el ejercicio del sufragio femenino y en la ocupación de cargos públicos en manos de mujeres, entre otras importantes conquistas. Sin embargo, así como reconocemos estas batallas libradas y los logros alcanzados, también creemos que, en nuestra coyuntura histórica, es imperativo distinguir las luchas realmente justas de aquellas que dicen serlo para obtener fines ulteriores. Lamentablemente, la bandera de la lucha por la igualdad entre los hombres y las mujeres ha servido de subterfugio para adelantar causas ideológicas que ya no tienen que ver con el reclamo de igualdad entre los sexos, sino con metas políticas de izquierda, entre ellas, la «deconstrucción» el orden natural binario de hombre y mujer para suscitar el debilitamiento de la familia.

Ante lo expuesto anteriormente, le expresamos nuestra férrea oposición a que el Gobierno le sirva de tentáculo a unos grupos particulares, entre los que destacan organizaciones feministas de género, para adelantar sus intereses ideológicos en detrimento de derechos fundamentales para el resto de la sociedad y de la implementación de estrategias que realmente puedan ser efectivas para combatir la violencia.

Proponemos que el dinero de todos los contribuyentes que se pretende utilizar para adelantar las agendas ideológicas de algunos, se utilice para mejorar los programas de refugios para las víctimas, la creación de programas de vivienda estable, el ofrecimiento de servicios de acompañamiento psicológico tanto para la víctima sobreviviente, como para los hijos y el propio victimario, y en una campaña educativa que afirme la dignidad humana y valores universales como el respeto, la solidaridad y la equidad.

Además, proponemos que se organice un esfuerzo interdisciplinario dirigido a la identificación de las causas objetivas de la violencia, (por ejemplo, la correlación entre la desigualdad social y la violencia, la droga y la violencia, el pensamiento y conducta machista y la violencia, el desempleo y la violencia, los problemas de salud mental y la violencia, etc.) para entonces, a la luz de la causas identificadas, desarrollar política pública dirigida a combatir las diferentes expresiones de violencia.

La lucha contra la violencia no debe ser secuestrada por nadie. Y mucho menos servir de trampolín para adelantar agendas ideológicas. De la misma manera que rechazaríamos la utilización del Gobierno para imponer una religión como pretexto para combatir la violencia, también rechazamos la utilización del Gobierno para imponer una ideología secular que lacera el respeto a la pluralidad social de la cual nosotras somos parte y los más de 85,000 electores que nos eligieron también.

Esperamos su atención a nuestra misiva y le manifestamos nuestra disposición para dialogar sobre este particular.