La refrigeración será uno de los grandes desafíos de Puerto Rico con la vacuna del COVID-19
En la isla hay carencia de neveras con temperaturas por debajo del punto de congelación, como las que se requieren para almacenar vacunas como las que elabora Pfizer.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Si enfrentar la crisis de la pandemia del COVID-19 ha sido un gran reto para Puerto Rico, sobrepasar los obstáculos de logística para la distribución y administración de la vacuna con la que se busca frenar la aceleración de contagios es un desafío mayor debido a dos factores: la falta en la isla de equipos de ultra refrigeración para salvaguardar la eficacia de uno de los productos que podría ser aprobado y un plan concertado que garantice las dos dosis que se requerirán por cada persona.
Muchos países llevan meses ingeniando un plan para realizar la distribución de la vacuna y, a su vez, consolidar la cadena de frío que se requiere para que el producto no pierda su calidad y efectividad. Aunque las estrategias presentadas por el gobierno de Puerto Rico son preliminares y hay un compromiso de hacer público el plan a finales de noviembre, los interesados pueden ver el sumario ejecutivo de las disposiciones para Puerto Rico en la página web del CDC https://www.cdc.gov/vaccines/covid-19/downloads/puerto-rico-jurisdiction-executive-summary.pdf
Sin embargo, aun cuando hay adelantadas algunas estrategias de logística, en el país se confronta el gran reto de que no se cuenta con infraestructura necesaria para almacenar vacunas a temperaturas ultra frías o por debajo del punto de congelación (-80 grados celsios) como requerirá el producto de la farmacéutica Pfizer, el cual se vislumbra que pudiera ser el primero en ser aprobado por la FDA (U.S. Food and Drug Administration). Cabe señalar que aun cuando el ayudante general de la Guardia Nacional, el general José Reyes, dijo que es probable que en las próximas semanas se comience la distribución de vacunas en la isla, lo cierto es que el escenario es especulativo hasta tanto la FDA otorgue la autorización especial a la empresa que todavía está en el proceso de pasar el rigor de otros estudios finales.
-“La realidad es que no tenemos ese tipo de refrigeración que garantice una temperatura de -80 grados celsios… no estamos hablando de un ‘freezer’ común. Este tipo de vacuna, como la de Pfizer, requiere un punto bajo de congelación y en ese sentido traerla desde el punto de fabricación donde se produce hasta un país de trópico como el nuestro es un reto”- Iris Cardona
Tan reciente como esta semana Pfizer anunció por comunicado de prensa que su vacuna – una que se elabora con la empresa BioNTech- tiene más del “90% de efectividad” para prevenir la enfermedad de COVID-19, según un análisis preliminar interno que hizo la farmacéutica. Especificaron que los resultados se obtuvieron en su ensayo de fase 3. La prometedora vacuna, aparenta tener protección contra el virus SARS-CoV-2 luego de dos dosis: 28 días después de la primera dosis y siete días después de la segunda. Entre una dosis y otra se requiere un intervalo de 21 días (tres semanas).
Además, de la de Pfizer y BioNTech hay otras nueve vacunas en la fase 3 o etapa final de la prueba y tres de estas se desarrollan en Estados Unidos (Janssen, Moderna y Novavax). Estas vacunas también requieren refrigeración, pero a temperaturas como las que necesitan otro tipos de vacunas que ya se almacenan en la isla.
Sin embargo -aunque no se tiene fecha específica de la llegada del millón de vacunas que el gobierno federal aprobó en una primera fase de distribución para Puerto Rico-, lo cierto es que a nivel estatal se trabaja contra el reloj para tener listo para finales de mes el plan que, entre múltiples factores, debe tener establecidas las estrategias de almacenamiento, distribución y administración del fármaco, así como el monitoreo de seguridad y registro de datos que garanticen la segunda dosis de la inoculación a aquellos que participen del proceso de inmunización.
En entrevista con Primera Hora, la subsecretaria del Departamento de Salud, la doctora Iris Cardona, reconoció los grandes desafíos que se avecinan, particularmente, con los requerimientos de almacenaje.
“La realidad es que no tenemos ese tipo de refrigeración que garantice una temperatura de -80 grados celsios… no estamos hablando de un ‘freezer’ común. Este tipo de vacuna, como la de Pfizer, requiere un punto bajo de congelación y en ese sentido traerla desde el punto de fabricación donde se produce hasta un país de trópico como el nuestro es un reto”, aceptó.
Dijo que el Departamento de Salud tuvo un acercamiento de un centro de investigación que aparenta tener capacidad de almacenaje a temperaturas ultrafrías.
“Pero no puedo dar el detalle de cuál es porque estamos confirmado una información. Pero se trata de un centro que se puso a nuestras órdenes y nos contactaron… por el momento estamos evaluando a este centro. En Puerto Rico ni los hospitales, ni las droguerías, ni las farmacéuticas tienen capacidad para este tipo de refrigeración porque ya preguntamos”, agregó Cardona.
Ante la posibilidad de comprar neveras o “freezers” que garanticen la seguridad de las vacunas, dijo que por el momento los miembros del comité de la Operación Warp Seed - un programa de desarrollo de vacunas interdepartamental en Estados Unidos que trabaja directamente con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el Departamento de Salud y Servicios Humanos Federal y el Departamento de Defensa, entre otras agencias estadounidenses- han hecho hincapié en que “no es necesario la compra de contenedores porque hay otras alternativas viables”. Además, recordó que además de la vacuna de Pfizer pudieran aprobarse próximamente algunas de las otras opciones que están encaminadas en una etapa final y las cuales no requieren neveras con temperaturas con bajos puntos de congelación, lo que aliviaría la logística de almacenaje.
Explicó que la sugerencia parte de información provista por portavoces de Pfizer -con quienes el Departamento de Salud local ha tenido contacto directo-, y quienes aseguran que las vacunas serán distribuidas en unos contenedores que garantizarán la temperatura adecuada del producto biológico por 10 días. En cambio, reportes periodísticos que abarcan el tema hacen énfasis en que estos contenedores no deben abrirse más de dos veces por día porque se pondría en riesgo la efectividad de la vacuna.
“Después del décimo día se puede extender la vida de la vacuna con hielo seco en forma de pellets y eso ya lo tenemos”, expresó al añadir que cada contenedor proveerá 1,000 dosis del fármaco.
Pedidos y distribución fragmentadas y candelarizadas
Reiteró que para garantizar el buen manejo de las vacunas y, sobretodo, evitar la posibilidad de que se dañen por falta de una refrigeración adecuada, se acordó que los pedidos se fragmentarán de acuerdo a unas actividades predirigidas y candelarizadas.
“Hemos dicho que vamos a recibir en la primera fase un millón de vacunas, pero eso no quiere decir que las vamos a recibir de un cantazo. Eso no será así. Vamos a ir solicitando vacunas de acuerdo a un plan y actividades pautadas, precisamente, para evitar la preocupación de dónde la voy a almacenar y con el compromiso de que se utilicen antes de los 10 días en los que se garantiza una refrigeración adecuada por contenedor”, sostuvo al precisar que los pedidos tienen un tiempo estipulado de llegada de 48 horas una vez se realiza la orden.
En cuanto a la distribución, como había adelantado en exclusiva Primera Hora, en una primera etapa se destinarán gratuitamente las dosis a personal de atención médica, trabajadores esenciales, residentes de hogares de ancianos y égidas y ciudadanos con riesgo alto de enfermarse a causa del virus debido a sus afecciones subyacentes.
En el caso de los hogares de ancianos y égidas la población a impactar es de entre 40,000 a 45,000 (incluyendo empleados), mientras que los empleados de infraestructura crítica (gobierno y sus tres ramas ejecutivas, incluyendo el componente de Seguridad Pública) hay unos 60,000 individuos. En cuanto a los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, tecnólogos, terapias, farmacéuticos, entre otros) se calculan 95,000 personas. Será la administración de los 66 hospitales del país los encargados de recibir las vacunas y suministrarlas a sus empleados. En el caso del personal crítico, la tarea de inocular recaerá en la Guardia Nacional, quien coordinará los esfuerzos con líderes de las 13 zonas de Manejo de Emergencias alrededor de la isla.
De otra parte, Cardona dijo que la demografía de los mayores de 65 años -hombres y mujeres- que se considerarán como “población vulnerable” en la primera fase suman más de 400,000. Recordó que por el momento los niños están excluidos de recibir la vacuna ante la falta de reportes de eficacia y seguridad en ensayos clínicos dirigidos a esta población pediátrica. Para esta titánica tarea se contará con una red de más de 400 proveedores del sector privado y los que sirven al Plan VITAL.
Aseguran medidas de “recordatorio” para segunda dosis
Recalcó, además, que el registro de vacunación se llevará a cabo a través de la nueva plataforma de Acceso Público del Registro de Inmunización (PRIR) el cual debe estar en funciones a partir de la próxima semana. Los proveedores, así como los hospitales que administrarán las vacunas tendrán 24 horas para registrar la información de los pacientes.
"Una vez esa información entre al sistema, hay una garantía del gobierno federal de que se recibirá la segunda dosis para esas personas en tres semanas… quiero recalcar que aparte de PRIR, hay un plan B con una plataforma que se llama Vaccines Administration Management System (VAMS) y la cual es sugerida como alternativa por los CDC.
“Estas plataformas establecen un ‘recordatorio’ y al paciente le puede llegar un mensaje de texto, un ‘e-mail’ o una llamada. Pero conociendo que esto no es suficiente también hemos establecido un centro de información -que en inicio también nos ayudará en proceso de reclutamiento de proveedores- que tendrá a su cargo dar seguimiento a los casos. Pero es importante destacar que también hay una responsabilidad ciudadana y es importante que las personas acudan a recibir su segunda dosis para lograr efectividad de la vacuna”, dijo Cardona al agregar que también se ha establecido contacto con organizaciones que tienen unidades móviles para llegar a poblaciones que residen en lugares remotos o de complicado acceso.
Por último hizo hincapié en que los puertorriqueños deben estar confiados en que recibirán en sus brazos una vacuna “eficaz y segura”. “Aquí algunos han hablado de que vienen a vacunarnos en masa como conejillos de India y eso no es correcto. Es importantísimo que la población sepa que estas investigaciones científicas son aprobadas con un alto rigor de calidad y seguridad y eso está garantizado. Aquí no se va a probar con nadie. Y esto se trata de un mecanismo que es la esperanza para contener un virus que nos ha cambiado la vida”, manifestó al agregar que Salud se dispone a comenzar un proceso de educación en la ciudadanía para aclarar dudas y llevar un mensaje de orientación completa.
Reacción de un asesor científico
El microbiólogo y especialista en política pública, Jesús Alvelo Maurosa, analizó con Primera Hora lo que se conoce del plan de distribución de vacunas de COVID-19 para Puerto Rico y auguró que, aun cuando pudiera haber la mejor intención por parte del Departamento de Salud hay varios factores que preocupan y pudieran ocasionar problemas en el camino.
Destacó, por ejemplo, la falta de un plan concreto de educación a la ciudadanía a fin de que las personas ganen confianza en el proceso.
“Veo varios problemas y es que aquí no se ha hablado de un plan de educación y eso es igual o peor que el asunto de no tener neveras. Este es un país que históricamente ha sido utilizado para experimentos sin el consentimiento de la población y ya lo vimos con lo de las pastillas anticonceptivas. Esos precedentes crean suspicacia en la ciudadanía y por eso es imperante que se genere un plan de educación que provoque confianza en el proceso y evite problemas, por ejemplo, de negación de la gente a recibir la vacuna”, expuso al agregar que también se debe enfatizar en aquellos que sí reciban la inoculación a que deben continuar con las medidas de prevención como el uso de mascarilla y el distanciamiento físico.
Agregó que ese plan educativo debe incluir un informe detallado de posibles efectos secundarios de la vacuna. “Es importante que la gente conozca esos efectos secundarios… nuestro temor es que aquellos que sientan algunos síntomas no acudan, posteriormente, a recibir la segunda dosis. Eso se evita con una buena educación”, acotó.
En cuanto a los equipos de refrigeración auguró que se escucharán noticias sobre posibles pérdidas de vacunas, ante la falta de acción prematura para adquirir las neveras requeridas.
“No hay excusa… llevamos siete meses conociendo que este tipo de neveras eran necesarias. De hecho, la discusión en muchos estados es precisamente el tema de posible escasez de estas neveras y del hielo seco. Aquí no se ha dicho cómo se va a producir todo el hielo seco que se requiere. También es importante saber si hay suficiente inventario de otros productos que se van a necesitar como son las jeringuillas y las agujas”, dispuso.
“Me da pena decirlo pero hay que prepararse mentalmente para que se dañen vacunas. Y esto siempre ocurrirá, pero es importante que los gobiernos tengan un plan para mitigar que ocurran múltiples daños… y lo que nos preocupa a los salubristas es que el tiempo pasa y el silencio del gobierno asusta. Aquí tenemos un secretario de Salud (Lorenzo González) que no aparece ni por los centros de espiritistas y una gobernadora (Wanda Vázquez Garced) que hace mucho tiempo dejó de ofrecer conferencias de prensa sobre el tema del COVID-19. Y estamos en el peor momento de esta crisis”, expresó el asesor científico.