La juramentación de Liza Fernández como nueva senadora por el distrito de San Juan estuvo salpicada de ironías y de sonrisas forzadas.

A la saliente senadora por San Juan, Kimmey Raschke, a quien el alcalde Jorge Santini acusó de no hacer nada por la capital y fue derrotada en la primaria de marzo, le tocó subir al estrado, por instrucciones del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, para que juramentara con él a Fernández.

“Llegar aquí no fue fácil. Jamás pensé que aspirar a una vacante me iba a traer tantas luchas. Habrá momentos en que no coincidiremos, pero será con mucho respeto y deferencia de criterio... Llegué, no importa cuándo, llegué para trabajar y aportar”, dijo la legisladora mientras era aplaudida por personal de su oficina y del Municipio de San Juan, que copó las gradas.

“Llegaste con más fuerza que si hubieses sido escogida en una asamblea de delegados”, le dijo Rivera Schatz a Fernández. “Tendrás muchas más luchas aquí porque no todos pensamos de la misma manera... San Juan nunca estuvo huérfano”, dijo para agregar que sus diferencias con el Alcalde y la senadora “quedan atrás”.

Santini lo escuchaba en primera fila en el hemiciclo. Junto a él estaba el esposo de Fernández, Ángel Pérez, y otros representantes penepés, excepto la representante Albita Rivera, quien prefirió observar desde las gradas.

El líder senatorial asignó a Fernández a presidir la Comisión de Cooperativismo, y juramentó también al senador Miguel Rodríguez, quien llena la vacante que dejó Antonio “el Chuchin” Soto por el distrito de Guayama.