Ingenieros de LUMA Energy trabajan en la recreación de la explosión e incendio del pasado jueves en la subestación eléctrica de Monacillos, en Río Piedras, a fin de determinar las causas del siniestro, entre las que no se descarta sabotaje o mano criminal, informó este miércoles la directora de Seguridad del consorcio, Michelle Hernández de Fraley.

Para la recreación, los ingenieros analizan actualmente el sistema de telemetría de la red eléctrica, “que constantemente está pulsando datos”.

“Se están bajando todas esas notificaciones y alarmas asociadas con la conectividad en Monacillos para tratar de recrear las actividades que sucedieron que causaron la explosión”, dijo Hernández de Fraley, en una conferencia de prensa virtual, tras describir la investigación del incidente como una de “múltiples facetas”.

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Agregó que el análisis de los ingenieros se complementará con la información que se obtenga de las cámaras de seguridad en Monacillos y la bitácora de acceso a la subestación siniestrada.

“La investigación tiene una parte física, que es la parte de los vídeos y las bitácoras que se mantienen no tan solo en Monacillos, sino de otras subestaciones. Y menciono otras subestaciones porque, en el análisis que hagan los ingenieros, puede que se revele que hubo otras condiciones, en otros lugares, que causaron la explosión en Monacillos. Hay vídeos y bitácoras porque el proceso de entrar a una subestación es bien riguroso”, sostuvo.

Hernández de Fraley recordó que en la pesquisa colaboran agencias estatales y federales, entre las que mencionó la Policía, el Cuerpo de Bomberos y el Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés). Todas estas dependencias están a la espera del análisis de los ingenieros de LUMA, el cual describió como “la parte más crítica y delicada”.

“Toda la información de telemetría se compartirá con las agencias para, basado en esos datos y en lo que se vio en los vídeos y las bitácoras, recrear los hechos lo mejor posible para tomar una determinación de qué pasó… podría ser algo relacionado con un equipo que no está funcionando, falta de mantenimiento o alguien que dejó de hacer algo. Pero no se puede determinar hasta que se recreen las condiciones, y esa telemetría es inmensa basado en el número de componentes del sistema. No es algo que sucede a la mañana”, subrayó.

Anteayer, lunes, el secretario del Departamento de Seguridad Pública, Alexis Torres, atribuyó preliminarmente la explosión e incendio en Monacillos a “una falla técnica del equipo que estaba en el lugar”.

Cuestionada al respecto y específicamente sobre si LUMA descartaba la posibilidad de sabotaje, Hernández de Fraley respondió: “Hasta que los ingenieros puedan recrear los hechos para usar eso para integrarlo con los visuales y las bitácoras de acceso, no tenemos una posición en términos de qué causó la explosión en Monacillos”.

A preguntas de El Nuevo Día, Hernández de Fraley estimó –basándose en investigaciones de otros incidentes en la red eléctrica– que el análisis en curso podría demorar entre cuatro y seis semanas.

Indicó que, en virtud de las disposiciones contractuales entre LUMA y el gobierno, el consorcio entregará todos los resultados de su investigación al Negociado de Energía de Puerto Rico y a la Autoridad para las Alianzas Público-Privadas, que finalmente serán las que determinarán si el contenido se hace público o no.

Ayer, martes, LUMA entregó al Negociado de Energía información relacionada con la investigación del incidente en Monacillos, pero solicitó confidencialidad. “Se hacen peticiones de confidencialidad, pero, al final del día, el gobierno determina si hace público o no”, dijo Hernández de Fraley.

A raíz de la explosión e incendio en Monacillos, unos 900,000 clientes se quedaron sin servicio eléctrico. El consorcio demoró 24 horas en restablecerle la luz a dichos abonados.

“Parte de lo que tiene que hacer LUMA es mejorar la infraestructura (eléctrica) y puede que esta investigación ayude a determinar que ciertas cosas son más prioritarias que otras para evitar incidentes”, puntualizó Hernández de Fraley.

Otros asuntos de seguridad

De otra parte, Hernández de Fraley informó que LUMA continúa atendiendo otros asuntos de seguridad, entre los que mencionó al ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS, en inglés) o jaqueo (reportado el pasado jueves) y el esquema de fraude telefónico y por correo electrónico (reportado ayer).

Sobre el DDoS, explicó que consistió en “actores que entraban (a la página web y aplicación móvil de LUMA) y simulaban ser usuarios para que (las plataformas) llegaran a su máximo potencial y las personas reales que las necesitaban no tuvieran acceso”.

Indicó que se contrató a una compañía de ciberseguridad –a un costo que no especificó, pese a que se le preguntó–, y aseguró que el ataque no comprometió información sensitiva de los clientes. “La situación ha mejorado, pero eso no significa que podemos bajar la guardia”, expresó.

En cuanto al esquema de fraude, dijo que “nadie debe estar sorprendido de que, cuando cosas nuevas empiezan, la gente busque manera de tomar ventaja de eso”. En esta ocasión, abundó, individuos ajenos al consorcio llaman o envían correos electrónicos identificándose falsamente como empleados para intentar hacer gestiones de cobro.

Hernández de Fraley no proveyó cifras de abonados afectados por el esquema de fraude, pero hizo un llamado a la prudencia y no compartir información bancaria o de tarjetas de crédito con nadie.

Entretanto, señaló que “siguen bajo investigación un sinnúmero de querellas” sobre vandalismo, amenazas y otros incidentes relacionados con la llegada de LUMA, que el pasado 1 de junio asumió control de la red eléctrica.

Mencionó, por ejemplo, las querellas sobre los daños en la Oficina Técnica de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) –ahora administrada por LUMA– en Utuado, amenazas de muerte y otro tipo contra exempleados de la corporación pública que se unieron a LUMA y el caso de los tres celadores que fueron detenidos, en Ponce, bajo sospecha de escalamiento. En este último caso, el Tribunal de Primera Instancia determinó no causa para arresto, pero LUMA fue en alzada.

“LUMA tuvo hacer unos esfuerzos más allá de lo que se esperaba en términos de seguridad para poder operar a partir del 1 de junio. Como es de conocimiento, muchas de las técnicas de la Autoridad fueron bloqueadas y, al ser bloqueadas, no tuvimos acceso el 1 de junio. Tuvimos que buscar lugares alternos para posicionar vehículos, personal, herramientas y piezas para poder hacer los despachos, pero esto causó retrasos. Las brigadas toman más tiempo al llegar a los lugares para hacer su trabajo, lo que reduce el número de querellas que pueden atender”, estableció.

Resaltó, incluso, que, “como resultado de las amenazas, tuvimos que buscar contratos de seguridad privada para que acompañaran a las brigadas y que los empleados se sintieran seguros”. Hernández de Fraley indicó que el costo de esos contratos salió del presupuesto en curso y heredado de la AEE.