Ponce. Atraso en la apertura de algunas unidades, largas filas, problemas con las máquinas de escrutinio y pocos funcionarios para facilitar el proceso eleccionario representan parte de las vicisitudes que experimentaron electores ponceños para ejercer su derecho al sufragio.

Sin embargo, a pesar del malestar expresado por varios votantes, estos permanecieron haciendo su turno ante un evento histórico que determinará el futuro del país por los próximos cuatro años.

En la Escuela Josefina Boya León del barrio Sabanetas, la participación eleccionaria estuvo concurrida desde tempranas horas y aún al filo del cierre de colegios, seguían llegando personas para votar.

No obstante, según algunos entrevistados, esa unidad electoral abrió a las 9:45 de la mañana ya que “no habían llegado los maletines con las papeletas y entonces, hubo gente esperando entre dos a tres horas para votar”.

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Eso constató Mercedes Frau al asegurar que “yo estuve (temprano) y me fui. Ahora regresé para votar y está peor. Pero no me voy. Hay que ejercer el derecho al voto”.

“De verdad que en los años que llevo votando, este es el peor (evento) por la desorganización. El cuatrienio anterior yo vine como a eso de las 2:30 y entré al colegio y voté. Tengo entendido que aquí no abrieron los salones que debieron haber abierto. Entonces, apiñaron la gente en los distintos colegios”, denunció.

Por su parte, Diana Gómez de 74 años, reveló que estuvo casi tres horas para poder votar.

“Había una sillita y yo me senté porque me dolían las piernas. No hubo consideración con los mayores y gente con necesidades especiales. La muchacha (funcionaria) me cogió la tarjeta y voté rapidito. Pero vino un señor diciendo que la fila donde estaba no era (la correcta). Tampoco orientaron”, lamentó.

“Esos salones tenían abanicos que no sirven, solo dos funcionarios para atender a tanta gente y eso es muy poco. Estas elecciones, de tanta gente que ha votado, van a salir de aquí muy tarde. La presidenta de la Comisión (Estatal de Elecciones, Jessika Padilla Rivera) dijo que estaba todo preparado, pero ella no está pasando lo que hemos pasado nosotros”, asintió.

Entretanto, resaltó que no enfrentó contratiempos con la máquina de escrutinio, aunque insistió en que “esto lo hicieron mal”.

“Tanto dinero que ellos (CEE) han gastado ¿por qué no buscaron más personas? Mi hermano vino a las 6:00 de la mañana; él sabía que abrían a las 9:00 y terminó votando a las 11:00 de la mañana. Pero esta es la primera vez que veo tanta gente para votar”, expuso.

Mientras tanto, en la Escuela Vocacional Bernardino Cordero Bernard, el ambiente era similar.

Una electora, que no quiso identificarse, dijo que “llevo una hora en la fila y yo creo que me toma como una hora y media más para poder votar porque hay una sola máquina dentro del colegio”.

“Tampoco hay suficientes ‘Sharpie’ (marcadores) porque la gente se los lleva inconscientemente o no hay suficientes. Eso atrasa (el proceso). Sin embargo, llevé a mi mamá al centro comunal de Clausells y en 45 minutos ya había votado. Pero aquí es totalmente lo opuesto: mucha fila, mucha espera”, manifestó con pesar.

En otra de las filas estaba Héctor Morales, de 64 años, quien describió su experiencia como “horrible”.

“Llevo dos horas y media esperando para votar. Esto es un sistema arcaico, nefasto. Yo trabajé en colegio muchos años, en el sistema interior donde votaban 2 millones de personas y a las 3:00 de la tarde se acababa todo. Son las 5:00 de la tarde y esto no para”, esbozó.

Esto no sirve. No sé quién lo diseñó. Esto se vio en las primarias y no hicieron nada. Yo hice una fila de una hora en otro lado, porque no hay delegados afuera diciendo donde te toca votar. Ahora llevo una hora y media aquí y me queda una hora más. más de tres horas para ejercer el derecho al voto”, sostuvo.

Por su parte, Catherine Medina, acudió a la escuela vocacional en dos ocasiones durante este proceso eleccionario.

“Vinimos aquí temprano y la fila era hasta allá abajo”, dijo al señalar el espacio exterior de la escuela. “Lo que atrasa es la maquinita esa, porque antes doblabas la papeleta y votabas. Ahora regresé (4:00 p.m.) y voté rápido”.

En tanto, Ángel Vélez, afirmó que, en el caso de la escuela Hemeterio Colón, ubicada en el casco urbano de Ponce, “también estuvo muy lleno y todavía (4:45 p.m.) hay mucha fila”.

“Jamás vi tantas filas para votar. Yo tuve que esperar casi dos horas en fila. La máquina (de escrutinio) estaba bien lenta y con mucho problema para coger las papeletas. Pero la gente se quedó”, subrayó.

“Pero hubo mucha gente mayor haciendo fila, incluyendo a personas con necesidades especiales. Eso lo vi mal; personas impedidas haciendo la fila y subiendo escaleras. Esto es un desastre”, concluyó.