Insatisfechos con la representación que realizó ayer la designada secretaria de Educación, Elba Aponte, en la interpelación ante la Cámara de Representantes, líderes de los gremios magisteriales se han reunido este viernes con la funcionaria para plantear inconformidad con el proceso que se sigue para encaminar la reapertura de las escuelas en el próximo mes.

Existe malestar entre los grupos, incluyendo la Asociación de Maestros que Aponte dirigía, porque se les comienza a dar participación en el proceso a poco más de dos semanas del propuesto regreso a clases presenciales. También hubo quejas por la falta de comunicación con padres y comunidades escolares, por la falta de un plan claro para lograr la reapertura, así como que se pretenda dejar desprovistos de una educación virtual a los estudiantes que decidan no asistir a la escuela.

Pero más allá de aspectos generales y puntuales sobre la reapertura, líderes magisteriales expresaron a Primera Hora dudas sobre las capacidades de Aponte para dirigir al Departamento de Educación.

Hasta el presidente de la Asociación de Maestros, Víctor Bonilla Sanchez, quien fue más sutil en opinar sobre la capacidad de la designada secretaria en ocupar la silla, expresó que la agencia “pudiera estar mejor” que como está en el día de hoy.

“Le falta un poco más de dirección”, señaló Bonilla Sánchez, quien sustituyó a Aponte en la presidencia de la Asociación cuando fue nombrada a dirigir el Departamento de Educación.

La presidenta de la Unión Nacional de Educadores y Trabajadores de la Educación (Unete), Liza Fournier, así como la presidenta de la Federación de Maestros, Mercedes Martínez, fueron más contundentes al abogar para que el Senado no confirme a Aponte al cargo de secretaria de Educación, debido a la supuesta falta de preparación que presentó ayer en la interpelación.

Fournier señaló que Aponte lució como si tuviese un auricular mediante el cual alguien le dictaba las contestaciones, porque padecía de “disonancia cognoscitiva”. “Tenía un conflicto de ideas y no podía verbalizar lo que pensaba”, afirmó. “Yo creo que ella se descartó solita”.

Opinó que Aponte, como maestra que es, debe reconocer que no es momento de abrir las escuelas, pero que supuestamente es presionada por el gobierno de Pedro Pierluisi para que lo haga.

“Fue una falta respeto al magisterio las respuestas inconclusas y evasivas que dio”, subrayó Fournier.

La presidenta de la Federación de Maestros fue más lejos y cuestionó la falta de carácter de Aponte para “hacerle frente al gobernador (Pedro Pierluisi) y decirle que eso está mal (la reapertura de escuelas) para que cambie esas directrices”.

Instó a que Aponte no sea confirmada, ya que “lo que ocurrió ayer fue una desgracia, un desastre para el pueblo de Puerto Rico”. “Demostró que no tiene un plan concertado para el Departamento de Educación, para su reapertura. Está obviando el primer aspecto, que es el clínico, para reabrir nuestros planteles”, dijo Martínez.

El malestar principal de los líderes magisteriales, según aceptaron en entrevista por separado, no es tanto la exclusión de la que fueron objeto para elaborar las guías de reapertura de los planteles a las clases presenciales. Apuntaron que no hay un plan claro, no se toman en cuenta necesidades particulares de cada comunidad escolar, se dejaría a los niños desprovistos de una educación continua al solo atenderlos dos veces en semana, pero, sobre todo, que la tasa de positividad de coronavirus es de 10%.

Bonilla Sánchez detalló que en las tres ocasiones que se ha reunido con Aponte, este viernes fue la primera vez que muestra apertura para dialogar sobre el plan de inicio de clases. De hecho, la secretaria designada les entregó varios documentos y prometió hacerles llegar otros en los próximos días, incluyendo la guía que estableció esta semana el Departamento de Salud para la reapertura de escuelas.

Los miembros de la Asociación de Maestros se marcharon con la promesa de que para este próximo martes le entregarían un análisis sobre los documentos entregados.“Le exigimos no ser un ente oyente”, dijeron.

Uno de los adelantos que le brindó la Asociación a Aponte es que “toda escuela que tenga a bien el gobierno abrir, tenga que cumplir con protocolo para cumplir con clases virtuales”. Además, exigieron que se cumpla con el convenio que establece que el horario y la configuración escolar debe ser aprobado por la local sindical y avalado por el comité de organización de cada escuela. Esta medida no se hizo y Educación propone que se establezcan dos turnos de grupos, que acudirían dos veces en semana en horario de 8:00 a.m. a 11:00 a.m. y 11:30 a.m.

Se le cuestionó si se supone que la titular conozca de estas regulaciones, a lo que Bonilla Sánchez afirmó que “yo entiendo que luego, al ya ocupar la otra silla, se olvida de los preceptos de que ella estuvo a bien defender cuando estaba al lado de los compañeros maestros”.

La Federación de Maestros, por su parte, impulsa que sea cada escuela la que configure su calendario de clases. Martínez también se quejó por la falta de un plan concreto para el regreso a clases presencial.

“Eso es una generalidad. Las escuelas del país no son homogéneas”, opinó.

“No es los mismo organizar una escuela pública especializada, una Montessori, a una tradicional. Todo eso hay que tomarlo en consideración”, añadió.

Dijo que se deben medir los salones para conocer si la matrícula excede la proyección de tener dos grupos de entre ocho a 12 estudiantes, como se proyecta. Estableció que estos análisis demostrarían que es oportuno la apertura de escuelas cerradas.

Fournier, por su parte, dijo que ya fue a su escuela e intentaron dar clases virtuales desde allí y no les resultó. Dijo que tenía problema hasta para que se viera lo que escribía en la pizarra.

“Imagínese una maestra sentada en una computadora con siete u ocho estudiantes y tratando de atender a los otros virtuales”, comentó.

Pero, más que nada, la presidenta de Unete mostró preocupación por la improvisación que se tiene en este proceso de apertura de escuelas.

“Se pretende en dos meses hacer lo que no se hizo en un año, darle lavado de cara a las escuelas para regresar a la normalidad, pues no”, puntualizó la líder magisterial.