Inauguran moderna Sala de Autopsias en el ICF
Agilizaría el proceso en un cincuenta por ciento.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La Sala de Autopsias del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) ahora cuenta con equipo sofisticado y ecoamigable que agilizaría el proceso en un cincuenta por ciento, aseguró hoy, martes, la directora ejecutiva de la agencia, María Conte Miller.
“Tenemos mucho por hacer, hay mucho por delante, pero hemos mantenido ese patrón y, ciertamente, los pasos son correctos”, celebró esta tarde al efectuar un recorrido por la facilidad con miembros de la prensa.
Con la remodelación, un cadáver que llega al ICF pasa por un puente de luz ultravioleta, que simula un pequeño vagón. La luz desinfecta el cuerpo por tres minutos sin estropear la evidencia que podría tener el mismo.
“Esta luz ultravioleta lo que va a hacer es desinfectar la cubierta donde llega el cadáver (y) la camilla que trae el agente funerario”, detalló la directora.
El puente también tiene un sistema de cámara que se activaría en caso de detectar una persona con vida, por lo que interrumpiría el proceso de desinfección y abriría la puerta instantáneamente.
De ahí, el cadáver pasa por el área de recibo y, dependiendo el estado del cuerpo, las creencias religiosas o ideologías de los familiares o si las circunstancias de la muerte podrían requerir un litigio judicial, se determina completar una autopsia tradicional o mediante tomografía computarizada (CT Scan), también una nueva adquisición de la sala.
“Este equipo permite hacer un CT Scan de todo el cadáver en un minuto y medio. Eso es lo que se llama una autopsia virtual.”, explicó la también doctora al especificar que “casi todas las intoxicaciones por droga estamos pasando por CT”, así como accidentes de trabajo y de tránsito “que no van a tener litigio criminal”.
“Evita tener que abrir el cadáver. Al no tener que abrir el cadáver, hace el proceso más rápido, además de que lo hace menos infeccioso, hay menos exposición del personal a las infecciones o contaminación que podría traer ese cadáver. Como no es un proceso invasivo, en ocasiones las familias objetan algún proceso invasivo por alguna circunstancias culturales o religiosos. Así que, sirve todos esos propósitos”, agregó al mencionar que de ocurrir un desastre en masa se podrían completar entre 20 a 30 autopsias en un periodo “relativamente corto”.
Otra adquisión es un máquina radiológica que toma imágenes de la composición ósea de los cuerpos. Esto ayuda a localizar proyectiles cuando un cadáver tiene heridas de bala u otros traumas en los huesos en aproximadamente 30 segundos.
Asimismo, el nuevo equipo de la Sala incluye camillas, neveras, estaciones de trabajo, utensilios y 12 mesas de autopsias.
Las mesas de autopsia incluyen un sistema de desinfección e higiene inmediato, utilizando agua “ozonizada” que desinfecta las estaciones de trabajo más eficientemente que productos de limpieza, como cloro.
“El agua que sale de la tubería es ozonizada y el ozono es un desinfectante natural. Tiene esa facultad de limpiar las cosas sin usar detergentes”, dilucidó a preguntas de Primera Hora.
Mientras, las mesas incluyen un filtro para absorber olores y contaminantes que podrían emanar de los cadáveres. Por otro lado, los anaqueles para ubicar los cuerpos son ergonómoicos, que beneficia a los empleados.
Entretanto, la sala ahora cuenta con siete unidades refrigeradas móviles que pueden albergar 280 cadáveres. Basado en esto, Conte Miller confió que, de ocurrir un desastre en masa, entiende que “podemos manejar fatalidades de (cerca de) 300 cadáveres sin apoyo externo”.
Estudiantes también se beneficiarán de estos cambios, ya que se instaló un sistema de videoconferencias para consulta y discusión de casos a distancia. Los alumnos que visitaban la galería para observar el proceso de autopsia ahora tendrán el beneficio de escuchar las explicaciones académicas del patólogo, gracias a este sistema.
“Hemos hecho énfasis en el sistema de desinfección tanto ambientales como de equipo y el otro propósito trascendental es la manera que se maneja el cadáver con el mayor del respeto y dignidad posible. Para eso también hemos remodelado espacios refrigerados, se ha provisto de anaqueles ergonómicos, controles de temperatura automáticos que producen una alarma cuando la temperatura (cambia)”, aseveró la doctora.
La renovación, que es la primera que se da en el Instituto desde que comenzó operaciones, totalizó $4 millones, fondos provenientes del Fondo General que, según Conte Miller, estaban a punto de desaparecer por desuso.
“Cuando comencé en el 2019, me di cuenta que iban a sobrar 4 millones de dólares que habían sobrado del presupuesto y dije ¡oh!”, narró.
El proceso de compra se basó en las recomendaciones de Abdelnasser Zadieyh, ejecutivo de ventas de DMI Medical, y gran parte del equipo ya lleva un año en uso en el ICF.
“Hoy por hoy, el Instituto de Ciencias Forenses de Puerto Rico es el más avanzado a nivel mundial”, aseguró.
“Este proyecto está hecho a la medida. Nada de lo que está aquí está puesto en cajas en almacenes. (Esto le demuestra) al mundo de lo que somos capaces de hacer. Queremos demostrarle a Estados Unidos cómo se hacen las cosas y qué mejor lugar que hacerlo que aquí en Puerto Rico”, afirmó a este medio.
Tras analizar el equipo utilizado en salas de autopsias a nivel mundial, Zadieyh ideó un equipo único para la ICF, basado en el Instituto de Ciencias Forenses de Madrid, pues tiene “más o menos el mismo equipo”. Y, durante el lapso de ocho años, intentó materializarlo. No fue hasta que Conte Miller asumió la dependencia que sus sugerencias cobraron vida.
“Yo empecé en el 2014 a promover este proyecto del Instituto de Ciencias Forenses y no es hasta que llega la doctora Conte que empieza a darle forma al proyecto”, relató.