El líder de la Iglesia Católica en el País, Roberto González Nieves nombró al exgobernador Rafael Hernández Colón como nuevo prócer puertorriqueño y exaltó la espiritualidad y la fe de religiosa del fenecido político en la misa exequial que ofició hoy en su honor en la Catedral de San Juan.

Luego de acoger al pie del altar el féretro con los restos del exgobernador, cubierto por una monoestrellada, González Nieves subrayó que en la arena política a Hernández Colón le decían el “gallito que no se juye” y “tampoco se juyó de su fe”.

“Vivió con orgullo su fe católica, su sentido de cristiandad. No fue el político que se acercó a la fe para ganar votos, sino que permitió que su fe iluminara su actuar e inspirara sus decisiones”, dijo para destacar en la homilía que también fue “ecuménico y respetuoso de todas las religiones”.

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“Dichosa el alma de Don Rafael que ahora vive en el mejor estatus de su vida, no el político, sino en el estatus de Cristo Resucitado, el estatus de hijo de Dios, sintiendo su cercanía, su misericordia, su paz, su amor, su perdón en la paz y alegría en la plenitud de la vida eterna”, destacó el Arzobispo de San Juan, quien recordó que Hernández Colón visitaba asiduamente la catedral sanjuanera.

Sus restos fueron expuestos en el histórico templo.

“La muerte de Rafael Hernández Colón nos invita a reflexionar sobre la entera trayectoria de su vida al servicio del bien común de sus compatriotas: es decir, su compromiso con la vida, la fe, la familia, nuestro vernáculo, nuestra cultura y desarrollo económico, nuestras leyes y nuestro singular lugar en la familia de las naciones”, sostuvo González Nieves.

La emotiva misa la encabezaban en los primeros bancos, la viuda de Hernández Colón, Nelsa López, los hijos del ex gobernador, Rafael, José Alfredo, Dora Mercedes y Juan Eugenio, así como los nietos y nietas del político que fue tres veces gobernador de Puerto Rico (1972-76 y 1984 a 1992).

Llorosos y compungidos los hijos de Hernández Colón participaron en el programa de la misa. José Alfredo y Juan Eugenio, en ocasiones separadas, tocaron apesadumbrados el ataúd.

El pueblo y funcionarios populares despidieron a Rafael Hernández Colón en la sede de esa colectividad.

El secretario de Estado, Luis Rivera Marín, representó a la administración Rosselló y le precedían en los primeros bancos, la jueza presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz, así como varios de los jueces asociados del alto foro judicial. También asistieron, la congresista Nydia Velázquez, quien lloró varias veces en la misa; el portavoz popular en el Senado, Eduardo Bhatia, las alcaldesas, Carmen Yulín Cruz, de San Juan y María “Mayita” Meléndez de Ponce. Además, estaban el alcalde novoprogresista de Bayamón y varios alcaldes populares.

“Estoy triste, muy triste”, expresó la exgobernadora Sila M. Calderón. Cerca de ella estaban los exgobernadores, Luis Fortuño, Aníbal Acevedo Vilá y Alejandro García Padilla. Además, estuvieron presentes el expresidente del PPD David Bernier y el empresario Jaime Fonalledas y su esposa Zoraida. 

La misa empezó pasada la 1:00 de la tarde, pero la catedral se había llenado desde el mediodía. A la iglesia también acudieron amigos y estrechos colaboradores de Hernández Colón y funcionarios que laboraron con él en sus distintas épocas en la gobernación, tanto en el gabinete de Gobierno como en puestos de mantenimiento en La Fortaleza y avanzadores de sus campañas proselitistas.

El altar estaba adornado con lirios blancos y a última hora, llegaron dos coronas que fueron acomodadas al lado izquierdo. Una de las coronas en azucenas era del alcalde de Río Grande Ángel “Bori” González y la otra, con flores nativas, era a nombre del pueblo ríograndeño.

El protocolo en la misa se hizo respondiendo a los últimos deseos de Hernández Colón y el Coro de Niños de San Juan interpretó varias piezas.

Uno de los momentos de mayor emotividad lo fue, al finalizar la misa cuando los hijos y nietos del exgobernador flanqueaban el ataúd y el coro interpretó La Borinqueña. Cuando el féretro era escoltado hasta la salida de la catedral por los hijos y nietos de Hernández Colón y por el Arzobispo y el séquito religioso, una solista interpretó Génesis, la canción de Guillermo Venegas Lloveras con la que Lucecita ganó el Festival de la Canción.

Afuera cuando el féretro era colocado en el coche fúnebre la gente aplaudía y una persona deplegó una bandera de la Pava. ¡Que viva Rafael!, gritaban algunos de los presentes, mientras el carruaje salía hacia su ciudad natal de Ponce, escoltado por varias patrullas de la Policía.