Héctor O’Neill dice: ¡A juyirrrrr!-VÍDEO
Varios empleados municipales aceptan sentir miedo, mientras otros optaron por hacer mutis como el alcalde.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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El temor entre empleados municipales de Guaynabo es evidente cuando se menciona el tema de las imputaciones de fraude electoral que involucran a varios funcionarios de confianza del alcalde Héctor O’Neill y miembros de la Policía Municipal y estatal de ese pueblo.
Tanto así, que las intenciones de Primera Hora de obtener reacciones de los trabajadores tuvieron el mismo resultado que en el caso de O’Neill, quien ayer no ofreció expresiones a la prensa y optó por el silencio.
A pesar de la gravedad de los hechos criminales que implícitamente lo salpican, O’Neill prefirió cerrar la boca, en tanto que su portavoz de prensa, Álex Ramos, indicó que el ejecutivo municipal se encuentra fuera del país, en un viaje personal.
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Lo que está raro es que, aún con las avanzadas tecnologías que viabilizan la comunicación a distancia, el alcalde tampoco aceptó entrevistas.
Ramos tampoco precisó cuándo O’Neill le dará cara al asunto para contestar qué acciones tomará contra los empleados imputados en el fraudulento escándalo ocurrido durante las primarias del pasado cuatrienio y que involucran a su ayudante especial, Karen Velázquez Negrón y al comisionado de la Policía Municipal, Wilfredo Martínez Hernández. Ambos se allanaron a la vista de causa para arresto.
El Ministerio Público señala que las 29 personas que enfrentan acusaciones incurrieron en actos que van desde apropiación ilegal de identidad y falsedad ideológica hasta archivo de documentos o datos falsos y perjurio.
Ante la ausencia de O’Neill, se expresó por escrito la alcaldesa interina de Guaynabo City, Aurialis Lozada, quien dejó saber que ayer mismo se hacían trámites para solicitarle al Departamento de Justicia copia de las 110 denuncias que se presentaron contra los implicados.
“Nuestros abogados y personal de Recursos Humanos estarán analizando la particularidad de cada caso acorde con los señalamientos que le hace el Departamento de Justicia y la prueba disponible para determinar qué acción administrativa procede en esta etapa de presentación de las denuncias en los tribunales”, expresó Lozada.
La funcionaria no quiso hacer comentarios sobre los imputados ni evaluó los señalamientos hechos por Justicia.
Mientras, aseguró que de ser necesario se le ofrecerá “apoyo profesional” a los empleados para evitar que se afecten su ánimo y los trabajos en la alcaldía.
Pero los ánimos, definitivamente, ya están afectados, sobre todo a falta de expresiones del líder municipal. “No quiero hablar”, decían algunas de las personas con las que este diario intentó comunicación.
“No podemos”, decían otros, mientras se cubrían el rostro con evidente miedo.
¿Les prohibieron hacer declaraciones? Esa es la pregunta. Muchos lo negaron. Otros, bajo anonimato, aceptaron que les hicieron advertencias durante la semana.
“Nos dijeron que nos pueden botar... estamos nerviosos”, dijo un empleado que declinó dar su nombre pues su jefe le dijo que “no hablara del caso con nadie”.
“Además, tengo miedo de que me investiguen porque yo no vivo en Guaynabo... ellos no me dejaron cambiar la dirección porque tenía que votar acá. Si lo hago, me botan. Y, como yo, hay muchos que viven en otros pueblos y votamos acá”, alegó el hombre que, supuestamente, también fue coaccionado a dar una aportación económica a favor del alcalde a cambio de continuar con su empleo, el cual le genera $1,100 mensual.
“Para las elecciones nos dieron un sobre y tuvimos que sacar $50... yo no quería, pero el supervisor dijo que, si no, me sacaban”, expresó, al asegurar que también es recurrente que los obliguen a participar de rifas.
“Aquí son muchos los nerviosos... todos saben que es verdad lo de las acusaciones”, manifestó.
Mientras, hubo empleados del Municipio que fueron cautelosos al hablar. Algunos defendieron la labor del alcalde, aunque otros lamentaron lo sucedido con sus compañeros de labores.
“Es una situación lamentable... tengo amistades involucradas. Hay que esperar a ver qué sucede. Pero sí, es triste”, dijo Zoraida Hernández, quien labora para el área de Asuntos al Impedido.
Mientras, José Rivera, empleado de Manejo de Emergencias municipal, dijo que el ambiente se percibía tenso ayer en la alcaldía.
“Es bien lamentable porque son personas que uno conoce, que son serias, y sinceramente esperamos que salgan bien de todo esto”, expresó al tiempo que anticipó que la situación no afectará la imagen política de O’Neill pues “él es un perfecto alcalde y trabaja por su pueblo”.
El empleado del área de relaciones públicas, Gilberto Castro, dijo que “hay que esperar a que el proceso se dilucide para saber en realidad qué pasó”. Asimismo, quiso destacar la “excelente labor” de sus compañeros de trabajo.
“La mayoría de los empleados aquí son excelentes”, expresó.