Tras su juramentación oficial como gobernadora de Puerto Rico poco antes del mediodía, Jenniffer González Colón caminó desde el Capitolio a La Fortaleza, saludando durante ese trayecto.

En su parada en la sede del Comité Olímpico de Puerto Rico, donde fue recibida por su presidenta, Sara Rosario, la gobernadora dio un saludo a los atletas presentes, prometió dar “más apoyo que nunca” al deporte, y aprovechó la presencia de atletas paralímpicos para reiterar su compromiso de atención a las personas con diversidad funcional.

Estuvo acompañada de su esposo, José Yovin Vargas, y sus hijos gemelos.

Más adelante en su ruta, tuvo la oportunidad de disfrutar de presentaciones artísticas, y hasta bailar un poco de bomba, mientras más personas que acercaban a saludarla y, como ya es habitual en estos tiempos, tomarse un selfie con ella.

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Frente a la Casa Alcaldía de San Juan, también tuvo otra parada en la que el alcalde capitalino Miguel Romero la saludó y le obsequiaron otra presentación artística.

Ya cerca de La Fortaleza escuchó al coro de niños de la organización SER, a quienes alabó antes de recordar que visitó el centro como comisionada residente y prometer que lo volvería a hacer ahora como gobernadora.

La gobernadora estuvo acompañada en su caminata por su esposo José Yovín Vargas, y se le vio sonriente, riendo incluso por momentos, mientras avanzaba a la Mansión Ejecutiva.

A eso de las 4:20 p.m. finalmente se abrieron los portones principales de La Fortaleza para dar paso a la ahora gobernadora juramentada de Puerto Rico, quien no pudo evitar las lágrimas de emoción en ese preciso instante en que se detuvo brevemente para entonces cruzar la entrada de la Mansión Ejecutiva.

Su primera acción fue visitar la capilla del convento de las Siervas de María, edificio contiguo a La Fortaleza, donde recibió el abrazo de varías de las monjas que allí residen.

Más adelante en la tarde y noche se esperaba que continuara la celebración por la juramentación de González Colón, con una fiesta de pueblo en la cercana Plaza del Quinto Centenario, también conocida popularmente como la Plaza del Tótem, que incluiría presentaciones de varios populares intérpretes.