Estudio reitera movilización de las 6,000 tumbas del cementerio de Lares
El proceso debe ser aprobado por FEMA y el alcalde de la “Ciudad del Grito” promete que exhumaciones se llevarán a cabo con solemnidad y respeto a los difuntos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
PUBLICIDAD
Lares. El alcalde de Lares, Fabián Arroyo Rodríguez, solo puede prometerle a sus compueblanos que si, en efecto, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) -tal como lo sugieren varios geólogos e ingenieros- decide trasladar los cuerpos que yacen en las 6,000 tumbas que hay en el cementerio municipal a otro terreno, el proceso será uno lleno de respeto y solemnidad para los difuntos y sus familiares.
Y es que, al parecer, no hay más remedio: varios estudios de suelo concluyeron que todo el cementerio debe ser movilizado a otro lugar, pues el antiguo camposanto de Lares -cuyo terreno lleva décadas cediendo con cada lluvia que cae- empeoró de forma irreparable con la furia del huracán María (2017) y hay que desalojar el área antes que las fosas y ataúdes continúen acercándose a la quebrada Los Muertos y provoquen una gran crisis de salud ambiental. El proyecto sería uno abarcador porque hay que exhumar todos los cadáveres.
Relacionadas
Así lo explicó a Primera Hora el alcalde del pueblo montañoso, al manifestar que el problema de deslizamientos de terreno en el cementerio se evidenció en diversos estudios que se realizaron luego de que lloviera copiosamente en el área. Agregó que, aún cuando los aguaceros no se acercaron ni remotamente a los provocados por María, se corroboró saturación en la tierra donde descansan miles de difuntos.
“Si en Lares hubiera llovido lo que cayó en Yabucoa hubiéramos encontrado casi todo el cementerio en la quebrada”, sostuvo el mandatario municipal.
El último capítulo de este episodio tan triste para los lareños llegó en diciembre cuando un tercer análisis de la empresa TCM Group LLC, determinó que, incluso el área que no está clausurada y que corresponde a tumbas históricas que datan de más de 100 años, deben ser removidas del lugar.
“Los historiadores lareños quieren que se conserve esa zona y lo intentamos, pero el estudio reveló -y eso me lo entregaron ahora en diciembre- que el cambio en el terreno es horrible... a los cuatro pies de las tumbas encontraron agua, cuando lo normal es que sea por lo menos a 14 pies. Todo el cementerio está igual de comprometido y debemos mover el 100% a otro lugar. Pero, al final, esa es una decisión que tiene que tomar FEMA en Washington, porque se trata de un proyecto de una inversión de entre $180 a $190 millones. Y eso es importante que la gente lo sepa, la decisión no es mía como alcalde, es de FEMA. De hecho, ellos también pueden optar por un plan de mitigación, pero eso sería mucho más costoso. Estamos hablando de más de $200 millones”, reiteró en varias instancias durante la entrevista con Primera Hora el alcalde, quien dijo debería estar recibiendo la respuesta decisiva de la agencia federal en un periodo de dos meses.
En 2017, el Departamento de Salud cerró al público la mitad del cementerio ante la amenaza a la salud pública y ambiental que representaba el deterioro que había en el lugar, donde debido a las fuertes lluvias del ciclón decenas de ataúdes fueron expulsados de sus tumbas y algunos cayeron por la quebrada colindante.
“El hallazgo de fosas abiertas con acumulación de agua, permitiendo el crecimiento de insectos, los panteones abiertos dejando expuestos ataúdes, representa un riesgo inminente a la salud pública. Estos sumado al grave riesgo de seguridad debido a la inestabilidad del terreno y a ser propenso a nuevos derrumbes y/o deslizamientos siendo ambas las razones para ordenar dicho cierre”, leía el informe al que tuvo acceso este diario y en el que se ordenaba poner candado a gran parte del camposanto.
Ante esta situación, los lareños empezaron a realizar sus funerales y entierros en pueblos cercanos, como Arecibo, Hatillo y hasta Isabela, según pudo corroborar Primera Hora en aquel entonces. Posteriormente, se hicieron unos nichos que resolverían momentáneamente la insuficiencia de espacios para enterramientos.
Agua bajo las tumbas
Arroyo Rodríguez explicó que los geólogos de TCM Group LLC realizaron un exhaustivo análisis que incluyó excavaciones con barrenos para conocer las inclinaciones del suelo y el nivel fréatico o de inundación en la zona. “Tratando de salvar el área histórica se hizo un nuevo estudio en esa área, pero también está susceptible en caso de inundación... incluso ahí, que no está clausurado, hay agua debajo de las tumbas”, subrayó el alcalde sobre la zona que data de 1855 y tiene una parte en la que yace el Mausoleo de los Mártires de la Revuelta de 1868.
Ante este escenario, el municipio -asesorado por el ingeniero Hernán González- identificó 30 cuerdas de terreno en un sector conocido como Las Minas con miras de construir allí el nuevo cementerio.
“Una vez FEMA nos indique, sería cuestión de comprar el solar y empezar los procesos de estudio y permisología... no creo que haya problemas, porque es un terreno llano. Si de lo contrario, la agencia federal decide mitigar o reparar, sería canalizar los siete ojos de agua. Aparte, se habló de 2,000 camiones de terreno para crear un talud y que no se afecte la urbanización que queda cerca, y con ese talud moriría la mitad del cementerio. Entiendo que eso no es viable, pero ese ‘expertise’ es de FEMA”, dijo.
Si todo marcha bien, empezaría también la exhumación de cadáveres, proceso para el que contarían con las funerarias del pueblo y otras áreas limítrofes.
De hecho, mencionó que la Guardia Nacional habló en un momento dado de traer una unidad especializada mortuaria, desde Atlanta, para que ayudara en el proceso de traslado los cadáveres, considerando que hay cuerpos que serán difíciles de sacar por la posición en que están las fosas colapsadas.
“Lo importante es que mi garantía como alcalde a todos los familiares de los difuntos que allí descansan, es de que los restos no van a ir a fosas comunes, como se habló en un momento. Eso es imposible. Nosotros hablamos de un proceso emotivo para las familias y que estén con nosotros, pues consideramos que podemos transmitirlo y grabarlo para que los lareños estén conscientes de lo que ocurre... sabemos que ahora mismo el pueblo está más relajado, pero anterior a yo llegar hubo mucho dolor porque ni siquiera tenían dónde enterrar a su familia. Ahí fue que se habló con el gobernador (Pedro Pierluisi) y se hicieron los nichos”, expresó el alcalde.
“Los miércoles recibo gente en mi oficina y siempre llega alguien llorando porque no puede visitar la tumba de su familiar porque está en el área clausurada. Yo lo que hago es que mando a alguno de los muchachos a que le tome fotos a la tumba y se quedan más tranquilos. Pero si movemos todas esas tumbas a un nuevo cementerio tendrán la tranquilidad de visitar a sus familias en ese nuevo espacio”, agregó Arroyo Rodríguez.
FEMA destinó poco más de $3 millones para impactar el cementerio de Lares, luego del huracán María. De esos fondos, se utilizaron $523 mil para reubicación temporal de tumbas y construcción de plataformas de hormigón para alojar los nichos transicionales del cementerio y $2.7 millones para reparaciones de obras permanentes y financiación de servicios de arquitectura e ingeniería.
Lares es uno de 59 pueblos que recibieron fondos de la agencia federal para atender la rehabilitación de cementerios públicos.