La niña Yosmelie Martínez de la Cruz, de ocho años, dio su mejor sonrisa, la que enmarcó con las manos debajo de su barbilla, luego de que una residente de la Escuela de Medicina Dental del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR) revisara su dentadura y le aplicara fluoruro.

Esta estudiante de la escuela elemental Montessori del residencial Luis Llorens Torres participó activamente en el evento que realizó este jueves el Recinto, denominado Día de la Sonrisa del Niño.

Por ejemplo, a preguntas de los estudiantes y residentes de odontología contestó que el enjuagador bucal era también utilizado para lavarse la boca y que el hilo dental es “para ver si tienes carne o lechuga y lo sacas (de entremedio de los dientes)”.

Contenta por haber participado de varias dinámicas en la que se les mostraron a los niños la mejor manera de lavarse los dientes, la niña señaló que lo más importante que aprendió de la actividad es que debe lavarse bien la boca, “porque, si no, nos pueden salir caries y nos pueden salir mostritos”

“Que se laven los dientes todos los días por la noche y por el día”, recomendó Yosmelie a los niños para evitar que esos “mostritos” invadan los dientes.

Este nombre de mostritos salió espontáneamente de los estudiantes de nivel 1, 2 y 3 del Montessori por las imágenes de vídeos publicados de esas bacterias que producen las caries.

Charles C. West, de la Escuela Montessori Luis LLorens Torres, es atendido por la residente Andrea Capó.
Charles C. West, de la Escuela Montessori Luis LLorens Torres, es atendido por la residente Andrea Capó. (Wanda Liz Vega)

En la escuela Montessori, los estudiantes y residentes de odontología atendieron a unos 250 estudiantes, calculó la directora escolar, Liz Chaparro Elías.

Explicó que a los estudiantes se le realizó una prueba de cernimiento y se hicieron referidos a un dentista pediátrico cuando se percibió que tenían algún problema.

“Nosotros como escuela, promovemos que el niño se desarrolle de forma integral y que tenga una buena salud física, social y emocional, y la salud oral es parte de la salud física. Los niños, como todos, ellos consumen muchos dulces, consumen bebidas gaseosas, que afectan su salud oral. Muchos de ellos a veces no son llevados al dentista, porque no tienen plan médico o porque el familiar no conoce los procesos, y el propósito de la actividad es que el niño sepa la importancia de la salud oral y también lo pueda promover el hogar”, sostuvo.

Los estudiantes parecieron comprender el mensaje. Todos repetían que debían lavarse la boca dos veces al día y que tenían que ir dos veces al año a un dentista.

“Mis dientes están muy limpios y me encantó esta actividad, porque era de los dientes”, destacó Aimy Zoé Rodriguez Rivera, de cinco años.

¿Por qué tienes los dientes limpios?, se le preguntó a la niña, que mostraba una leve sonrisa en la que se le veían sus pequeños dientes.

“Porque me los cepillo dos veces, de día y de noche. Lo hago yo solita”, destacó con orgullo.

Experiencia educativa

Los futuros dentistas se mostraban muy animados con los niños. Hicieron actividades para lograr capturar su atención. Incluyó colorear imágenes de cepillos y pasta de dientes, así como pasarle el cepillo a una boca ficticia. También colocaron a dos niñas muy pegadas para que aprendieran a pasar un pedazo de cinta que simulaba ser el hilo dental.

“Nosotros podemos comer dulces, pero tenemos que limpiarnos los dientes, porque sino viene el mostrito y se come los dientes”, les recordaba la estudiante universitaria, Carla Carmona, a los niños.

Mientras, el residente Carlos Moisés Méndez atendía a Javier Velázquez, de ocho años.

Lo primero que hizo el futuro dentista fue presentarse como Moisés.

“Quiero que seas sincero conmigo. ¿Cuántas veces te lavas la boca?”, le preguntó.

El niño respondió “cuatro veces”, a lo que Méndez le comentó que eso eran muchas veces y los dientes podían desgastarse.

“Voy a comprobar lo que me dices”, le comentó el futuro dentista. El niño abrió la boca, pero de inmediato dijo que tenía unos dientes flojos.

“Eso es normal. A tu edad hay unos dientitos de leche que se van cayendo”, le explicó, al señalar que la boca del niño se veía “bastante bien”.

Isarel Rosario Cintrón, de siete años, también se sentó a ser revisado por Méndez. Le colocó fluoruro y le comentó que “lo estás haciendo bien”.

El niño fue uno de los que también sonrió a Primera Hora para mostrar lo que le habían hecho. Su preocupación es que quiere ser astronauta y en el espacio no se va a poder cepillar los dientes.

El doctor residente Carlos Moisés Méndez revisa a Isarel Rosario.
El doctor residente Carlos Moisés Méndez revisa a Isarel Rosario. (Wanda Liz Vega)

“Va a ser algo difícil lavarse los dientes, porque todas las cosas van a estar flotando”, dijo preocupado.

En la niñez, lo más que preocupa a los odontólogos es que presentan mucha placa dental, pues no se cepillan correctamente. Las caries es la segunda preocupación, destacó la doctora Alice Arroyo, quien es jefa de la Sección de la Comunidad de la Escuela de Medicina Dental.

“Sabemos que hay edades de los niños que se ponen vaguitos para poder hacer este tipo de cepillado y encontramos caries y encontramos, pues, también la necesidad que tiene nuestro país de profesionales de la salud, que los papás no encuentran la cita temprano, así que nosotros estamos aquí con el compromiso con la comunidad y poder dar ese servicio”, manifestó la doctora.

Por su parte, el residente Adrián Estopinales Paredes destacó que atender la salud oral ayuda a que los niños tengan una crecimiento físico adecuado y salud en el sentido general.

“Para nosotros es reconfortante ver que estamos aportando nuestro granito de arena como estudiantes de la Escuela como residentes del Programa de Odontología General a la salud oral en Puerto Rico”, dijo.

A los padres, les recomendó que ayuden a los niños a cepillarse los dientes y que diariamente le realicen un autoexamen de la boca. Pidió estar vigilantes a los cambios de color en los dientes, enrojecimiento de las encías o algún dolor para que lo lleven a tiempo al dentista. Dijo que, entre las opciones que tiene la población y que pudiese salirle libre de costo está acudir a las clínicas de la Escuela de Medicina Dental en el hospital de la UPR Federico Trilla o en el Recinto de Ciencias Médicas, localizado en el Centro Médico de Río Piedras.

Esta misma clínica que se realizó en la escuela Montessori, que se realiza a nivel nacional por la Asociación Dental Americana, también se realizó en las escuelas Amalia Marín, Luis Muñoz Souffront, ambas en San Juan, así como los Head Start de Guaynabo. En total, se impactaron unos 800 estudiantes.