Con Voto2024, Primera Hora recorre todos los municipios de Puerto Rico para conocer el sentir de los ciudadanos antes de las elecciones generales. Cuáles son sus mayores preocupaciones y qué acciones toman los alcaldes y alcaldesas ante los problemas expuestos, lo leerás en nuestra edición impresa y en primerahora.com

Ponce. Más allá del desequilibrio en la dirección de la poltrona municipal de la Ciudad Señorial, luego de que el alcalde Luis Irizarry fuera suspendido de sus labores por -presuntamente- obligar a jefes de agencias municipales a pagar una deuda personal que ascendía a más de $53,000, el municipio sureño amerita varios cambios para asegurar el bienestar de sus residentes.

Así lo expresaron los ciudadanos que conversaron con Primera Hora de cara a los comicios generales que se celebrarán en noviembre, cuando los ponceños elegirán a un nuevo alcalde o alcaldesa para dirigir el pueblo.

Para Brenda Pérez e Isamar Vélez el problema que más aqueja a su pueblo es la falta de vivienda, sobre todo una digna para todos, independiente de clase o estatus económico.

A nivel isla, existe un déficit de 20,000 viviendas. Pérez, quien trabaja en Coalición de Coaliciones Pro Personas sin Hogar de Puerto Rico, recordó que Ponce no está exento a esta realidad.

Sin embargo, el pueblo es uno que cuenta con varios edificios vacíos y abandonados, por lo que una opción viable sería rehabilitarlos para aumentar el inventario de lugares para residir, recomendó.

“El problema mayor que tenemos actualmente es de la necesidad de vivienda, no tan solo para personas sin hogar, sino para personas que están tratando de hacer una compra, adquisición de vivienda. Si notas en el área del casco urbano, hay muchas residencias baldías que pudieran ser potenciales oportunidades de vivienda para muchos ponceños”, comentó Pérez mientras caminaba por las calles del casco urbano.

“El municipio tiene la capacidad de hacerlo, no tan solo en el casco urbano, también en muchas otras urbanizaciones o áreas rurales que cuentan con la misma situación”, agregó.

En este proceso de identificación de estructuras viables para rehabilitación, se tendría que compilar un inventario de viviendas vacantes. Esto debería ser un esfuerzo mayormente municipal, pero también en colaboración con organizaciones sin fines de lucro, como Ponce Neighborhood Housing Services, detalló la fémina.

“Yo entiendo que deben trabajar lo que es un inventario de vivienda vacante. Que el municipio trate, a través de la oficina de vivienda municipal, identificar esos dueños de esas propiedades y que puedan iniciar un proceso de conectarlos con una base de datos para organizaciones que brindamos fondos para la adquisición de vivienda”, expresó.

“Sería formidable que (Ponce Neighborhood) pueda colaborar con ese ejercicio, de poder levantar un banco de esas viviendas y los contactos y ver el interés de esos dueños para la venta. Se reduciría mucho la cuestión del sinhogarismo, pero de igual manera, pudiéramos darle una mayor calidad de vida al municipio”, agregó.

La misma opinión la compartió su compueblana Vélez. Estimó, por su parte, que el aumento de vivienda asequible y digna podría, también, ayudar a que personas que deseen mudarse de residenciales así lo puedan hacer.

“Que tengan una mejor manera de vida”, comentó.

“Podrá haber mucha asistencia de renta económica, pero si no hay la oportunidad de rentar, la persona pierde la oportunidad para siempre”, añadió Pérez.

Descontrol de animales realengos

Otro asunto que concierne a la población ponceña es la gran cantidad de animales realengos, pues consideran que podría convertirse en una amenaza a la salud pública.

En mayo pasado, un menor fue atacado por varios perros que merodeaban en el estacionamiento del Teatro La Perla, que ubica en el casco urbano de Ponce. Los canes, de dueños desconocidos, le dejaron heridas de gravedad al niño.

“Hay muchos perros realengos”, observó Deadina Rivera. “Eso trae sarna, eso trae pulgas, garrapatas y están en un área que se venden alimentos, que es la plaza”, continuó.

El Albergue de Ponce se cerró en 2022 antes de ser traspasado al municipio. Durante los años que estuvo en operación, generó mucha polémica por largos años, pues, aunque era el único lugar que refugiaba a perros y gatos para adopción, fue señalado por emplear “eutanasia desmedida y descontrolada” además de sostener contrataciones externas con otros municipios, explicó la alcaldesa interina Marlese Sifre.

En un análisis de la Legislatura Municipal ponceña, se reveló que, entre el 1 de diciembre de 2018 al 10 de febrero de 2022, la compañía Animal Rescue and Protection Services -cuyo contrato fue cancelado cuando el municipio asumió control- recogió animales de otros municipios y los llevó al Albergue en Ponce. De estos, unos 5,044 perros y 1,858 gatos fueron puestos bajo eutanasia. En este lapso, solo se adoptaron 784 perros y 199 gatos. Mientras, 286 perros fallecieron en jaulas.

Ahora, aunque el albergue se ha renovado y el municipio ha reforzado la esterilización, adopción y educación del cuido de animales, hay sobre 200 perros y gatos refugiados en espera de que alguien los adopte.

“Ellos, como gobierno, tienen que tener alternativas para sacarlos (de la calle)”, insistió Rivera.

Conoce más:

• A Ponce también se le conoce como “Perla del Sur”, “Ciudad Señorial”, “Ciudad de los Leones”, “Ciudad de la Quenepa” y “Ciudad Ideal”.
• El municipio fue fundado en 1692.
• Según el Censo 2020, Ponce contaba con una población de 137,491 habitantes.