En “Casa de Todos” sí hay futuro para las mujeres maltratadas
Víctimas de violencia de genero participarán en programa que les permitirá tener una profesión y valerse por ellas mismas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Juncos. La importancia de empoderar a mujeres sobrevivientes de violencia de género es quizás la meta principal que tiene el albergue Casa de Todos, para los participantes de su programa de asistencia a mujeres y niños víctimas de maltrato físico, sexual y emocional.
Es por ello que la organización sin fines de lucro, que trabaja con referidos de las diferentes agencias gubernamentales, comenzará próximamente un novel programa de microempresas para capacitar a las mujeres sobrevivientes de violencia de género con las herramientas necesarias para sobrevivir por sí mismas una vez abandonen el albergue.
Según explicó Marcos Santana Andújar, director de Casa de Todos, el programa de microempresas, que se espera comience a operar luego de Semana Santa, tiene tres propósitos fundamentales.
“Lo que queremos con el programa es... crear un mecanismo de sustentabilidad para nuestra organización ante los recortes de fondos federales y estatales que han surgido por la situación económica”, dijo.
Enfatizó la importancia de ofrecer herramientas a las sobrevivientes para que puedan desarrollar destrezas y reinsertarse en la sociedad.
“Ahora mismo, el sistema de microempresas está demasiado regulado por el Gobierno y no toma en cuenta las necesidades de estas mujeres. Se piden muchos requisitos que cuestan dinero que muchas veces estas sobrevivientes no tienen”, lamentó.
“Yo estoy convencido que el futuro del País está en manos de las mujeres que tenemos aquí”, añadió.
Santana Andújar indicó, además, que no solo se espera ofrecer los talleres a las participantes del albergue sino que se espera extenderlos a las comunidades cercanas.
Para lograr el cometido, el centro necesitaba un espacio para los talleres que ofrecerá semanalmente. Sin embargo, su precaria situación económica no se lo permitía.
No obstante, gracias a la labor desinteresada y titánica de los promotores de Transformación de Acción 41, un programa sin fines de lucro dedicado a ayudar a albergues y otras entidades similares, Casa de Todos logró levantar en tres semanas el espacio necesario.
“Identificamos las necesidades en Casa de Todos y entendimos que era un asunto prioritario, en especial cuando se trata de mujeres y niños sobrevivientes de violencia doméstica”, indicó Aida Hatch, promotora de Transformación y trabajadora social retirada.
La oportunidad de aprender un nuevo oficio que logre empoderarla para forjarse un mejor futuro por sí misma mantiene muy emocionada a María (nombre ficticio para proteger su identidad), una mujer de Juncos de 51 años quien es sobreviviente de violencia de género.
Esta llegó al albergue hace tres meses, luego de permanecer literalmente cautiva por su esposo por espacio de 17 años, tiempo en que perdió contacto con el mundo exterior a tal grado que ha tenido que aprender nuevamente a relacionarse socialmente.
Para la enfermera graduada, quien dejó de ejercer hace casi 20 años, es muy importante reinventarse con un nuevo oficio que le permita valerse por sí misma.
“Fui maltratada por mi esposo... hasta que no aguanté más y escapé. Estuve viviendo en la calle hasta que pude llegar aquí y la ayuda psicológica y espiritual que me han dado me ha permitido salir adelante”, dijo la mujer.
“Yo soy enfermera graduada, especializada en geriatría, pero no me siento capacitada todavía para ejercer. He estado recibiendo tratamiento para los nervios y esa es una profesión muy delicada y demanda mucho. Todavía no podría hacerlo. Quisiera aprender algún otro oficio para defenderme sola”, admitió.
Afortunadamente, muy pronto María tendrá la oportunidad de reinventarse que tanto ha añorado gracias a los talleres de capacitación para microempresas en el oficio de repostería y cocina.
“Estoy loca por empezar con los talleres. Me gusta mucho cocinar y quiero estar preparada para poder valerme por mí misma cuando salga de aquí. Espero poder abrir un negocio de catering”, indicó visiblemente emocionada la sobreviviente de violencia de género.