Edward O’Neill propone una administración diferente a la de su padre y a la de Ángel Pérez
Afirmó que su misión será “rescatar el brillo” con el que gozaba Guaynabo City.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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En lo que aparenta será una luchada elección de pueblo, Edward O’Neill Rosa buscará convertirse en alcalde de Guaynabo para servir como “guía” de una ciudad que no se parezca a la que buscó edificar su padre, el exalcalde Héctor O’Neill, ni el renunciante Ángel Pérez.
Afirmó, en entrevista con Primera Hora, que su misión será “rescatar el brillo” con el que gozaba Guaynabo City, sacar al pueblo del abandono, así como promover una administración abierta, en la que se escuche el sentir del pueblo.
“La administración va a ser completamente clara y abierta. Vamos a estar en la calle, vamos a escuchar a las personas, vamos a hacer las cosas que tenemos que hacer bien organizado y planificado. No vengo aquí a marginar a nadie”, prometió.
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O’Neill Rosa, de 52 años, buscará por segunda ocasión consecutiva ser alcalde de Guaynabo, luego de que Pérez presentara su renuncia al cargo de alcalde tras ser arrestado por las autoridades federales bajo imputaciones de que recibió sobornos para beneficiar una empresa de Oscar Santamaría, Island Builders.
Se perfila que una larga lista de aspirantes luche el cargo en la elección especial del Partido Nuevo Progresista (PNP), citada para el 15 de enero. Ante este reto, O’Neill Rosa presentará su hoja de servicio por 24 años como supervisor en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y en los pasados seis meses con Luma Energy, ya que cuenta con una limitada carrera política.
A los electores, también les indicó que buscará “la unidad más que nunca. Hace falta unidad para levantar al pueblo”.
Debido a su relación con el exalcalde O’Neill, el aspirante expresó que no llegará a llenar el vacío que dejó su padre cuando renunció al cargo en el 2017, previo a ser acusado por hostigamiento sexual. Esto, a pesar de que reconoció que la administración de su padre “fue una de las mejores” y cuya obra todavía “se ve y se palpa. Tú no puedes decir que el dinero se derrochó. El dinero está ahí. Tu abres la ventana y está ahí, lo puede tocar”.
Destacó, además, que no debe ser juzgado por los errores de su padre, quien se declaró culpable recientemente en el caso de hostigamiento sexual y violencia de género que se le imputó. Señaló que sería como marginar a los hijos de todos los convictos en el país.
“La diferencia es que esa era la administración de Héctor O’Neill García. Cuando yo llegue va a ser la administración de Edward O’Neill Rosa. Mismo apellido, él es mi padre, pero yo soy yo. La responsabilidad es mía, no es de él. Vamos a hacer el cambio, pero continuar un crecimiento. No va a ser un estancamiento”, afirmó.
Ese cambio lo quiere hacer por una razón más trascendental a la imputación de corrupción que resonó en el pueblo ante el arresto de Pérez por supuestamente recibir sobornos para beneficiar a una empresa de construcción. Es que, aunque reconoce que hay que auditar y sanear la administración municipal, señaló que el municipio sufrió los pasados años de abandono.
“Hubo una pobre visión de la administración actual de cómo levantar a Guaynabo”, sostuvo O’Neill Rosa.
De inmediato, enumeró que el Centro de Bellas Artes, la Casa Alcaldía, el Museo de la Transportación, el Museo de la Música, el Bosque Marquesa y muchas otras obras que dejó su padre están “abandonados”.
Su propuesta, ante las fallas administrativas que denunció, es “o lo vendo o lo reparo”.
“Tan pronto lleguemos sí que hay mucho trabajo”, manifestó, al comentar que se madrugará para demostrar que “yo sí vengo a trabajar”.
Además de auditar las finanzas y los contratos del municipio, señaló que buscará unificar a los empleados para que se animen a trabajar por el bien del pueblo y a formar “un equipo ganador” con un nuevo gabinete administrativo.
Estipuló, además, que mejorará las condiciones de trabajo de la Policía Municipal, pues alude que “la seguridad está por el piso”. Indicó que, de sobre 300 agentes que había en la administración O’Neill, quedan unos 162.
También buscará incentivar el desarrollo económico al atraer más comercios y empresas a Guaynabo. Señaló que la medida llevará a un aumento de ingresos para el municipio en patentes y recaudo del Impuesto de Venta y Uso (IVU) municipal.
Sobre la controversia de la asfaltera en la zona sur de Guaynabo, O’Neill Rosa señaló que –de convertirse en alcalde- evaluará el contrato para conocer si hay alguna irregularidad.
“Si están en ley, me tocó. Si están mal, lamentablemente no tienen break conmigo”, expuso, al reconocer el daño que se le haría a la comunidad y a varios cuerpos de agua.
Por otro lado, O’Neill Rosa afirmó que le dará la bienvenida a la elección especial que enfrentará. Es que tal y como se presentó al pueblo en las pasadas primarias del PNP, en la que ganó Pérez, quiere que sea el pueblo quien lo elija.
“Yo no creo en candidaturas de que yo soy un sucesor de mi padre. Hubo un espacio, se le dio un tiempo a Ángel, trabajó. Yo entendía que ese no fue el mejor resultado (el de las primarias). Yo entendía que era el mejor candidato en aquel momento y quería que Guaynabo cambiara y volviera a ser lo mismo que era antes, mejorar, ser sincero con la gente, hablar de frente a la gente y no esconderme, que era lo que no hacía la pasada administración”, indicó.
Señaló que ese mismo ímpetu de trabajar por el pueblo lo motivó a presentarse nuevamente como una opción.