El Departamento de Educación registró un leve aumento en la tasa de deserción escolar durante el año académico 2023-2024, según un informe preliminar emitido por la agencia para que el nuevo secretario, Eliezer Ramos Parés, pueda delinear estrategias.

Sin embargo, el por ciento detectado todavía está por debajo del registro que se tenía para principios de la década.

Datos suministrados por la agencia apuntan a que en el año escolar 2022-2023 unos 3,051 estudiantes dejaron la escuela desde noveno grado hasta cuarto año, para una tasa de deserción escolar de un 12.3%. Mientras, en el año 2023-2024 se dieron de baja unos 3,059 alumnos de los mencionados grados, lo que aumentó la tasa de deserción a 12.5%.

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La diferencia real del aumento fue de ocho estudiantes.

Eliezer Ramos Parés, secretario de Educación.
Eliezer Ramos Parés, secretario de Educación. (Carlos Rivera Giusti)

La secretaria auxiliar de Planificación y Cumplimiento de Educación y quien estuvo a cargo de realizar el informe, Lidiana Hernández, informó que los datos son “preliminares. Estamos validando la información”.

Aceptó que pudiese ser que esta diferencia mínima desaparezca, por lo que no expuso razones para la causa del leve aumento.

Sin embargo, en conjunto, la cifra permanece menor a la registrada por los pasados años.

Ramos Parés destacó que en el año escolar 2017-2018 la tasa de deserción fue de 15.4% o lo que representó 4,732 estudiantes; para el 2018-2019 fue de 14.5%, con 4,114 alumnos que salieron del sistema; para el 2019-2020 aumentó a un 15% al calcularse contra la matrícula total del sistema, pero en números fue de 3,887 estudiantes; del 2020-2021 se fueron 3,737, lo que registró un 15.4%, mientras del 2021-2022 se mantuvo en 15.4%, con 3,753 estudiantes.

En general, el funcionario explicó que la tasa de deserción escolar disminuyó con las medidas que tomó cuando también fue secretario de Educación bajo la administración de Pedro Pierluisi. Estos incluyeron horarios extendidos en las escuelas y un esfuerzo para lograr que los estudiantes leyeran.

Precisó que, tras el regreso a clases después de la educación remota a causa del COVID-19, “se preparó un plan de recuperación académica, que está en vigor, que se ha estado trabajando. Ese plan incluía la revisión y actualización del currículo, la búsqueda de pertinencia de los estudiantes sobre ese currículo. Igualmente, temas de interés que se querían colocar en el currículo de manera transversal, como son temas ambientales, emprendimiento, el tema de respeto y equidad para todos los seres humanos, igualmente nació el horario extendido en la escuela, (y) tuvimos un refuerzo en el área socioemocional, se insertaron los sicólogos y los enfermeros escolares”.

Indicó que estas mejoras llevaron a que se observara la baja de deserción escolar del año académico 2021-2022, cuando rondaba en 15.4%, a un 12.3% para el 2022-2023.

“Hemos visto una baja en esta tasa, no es la baja que queremos, pero sí hemos visto una baja en esta tasa e igualmente un aumento en el aprovechamiento académico de los estudiantes”, destacó Ramos Parés, sobre los resultados logrados con estas medidas.

Ahora, que regresó al mando de Educación, tras una pausa de año y medio, el funcionario planteó que retomaron los esfuerzos de lectura y dijo que dará un énfasis al área académica, con refuerzo de personal en las escuelas, para disminuir la tasa de deserción y mejorar el rendimiento de los estudiantes. Es que dijo que su meta es “bajar esa tasa lo más cercana a cero, que nuestros estudiantes permanezcan en el sistema dentro de lo que es la fórmula, de lo que es la operación de las escuelas”.

Casi la mitad continúan estudios

Tras este comentario, Hernández explicó que la deserción se mide por estudiantes que salen del currículo escolar “regular”, que los lleva a cursar grados de noveno a cuarto año para graduarse.

Es que muchos estudiantes salen del sistema a tomar cursos que los llevan a completar su cuarto año, en algunos casos, en tres meses, para luego pasar a la universidad o a tomar cursos técnicos. Por ello, la funcionaria aclaró que ser un desertor no siempre significa que sea una persona que dejó de estudiar.

“Estamos viendo estudiantes que van a estudios libres, a academias aceleradas y eso afecta nuestros números de deserción, así que mucho de lo que estamos buscando es trabajar con la familia, trabajar con la estabilidad, por eso el horario extendido muchas veces ha sido efectivo. Sabemos que un horario de 8:00 a.m. a 3:00 p.m. no necesariamente es el horario de trabajo de mamá y papá. Así que retenerlo en la escuela no solamente beneficia al estudiante. Lo sacamos de las calles, igualmente, le damos estabilidad a la familia. Así que hay un cúmulo de variables que queremos seguir trabajando no solamente en el estudiante, sino igualmente en la familia”, detalló el secretario.

Los números del más reciente año académico sobre estudiantes que salieron del sistema a tomar estos cursos acelerados no fueron provistos en el informe preliminar. Sin embargo, en el informe del año 2022-2023 se expone que, de los 3,051 desertores, unos 1,416 se dieron de baja en Educación para acogerse a estos programas acelerados.

Hernández y Ramos Parés aceptaron que la agencia no tiene certeza de que estos desertores escolares lograran obtener su cuarto año, ya que las estadísticas se levantan con la información que ofrecen los padres o tutores a la hora de removerlos de las escuelas.

“Ya de ahí en adelante, si podemos llamarlo de alguna manera, pues, ellos están entonces en una toma de decisiones propias que nosotros no tenemos otra forma de concluir, de decir, específicamente qué hicieron, porque ya sale de nuestro sistema”, explicó la secretaria auxiliar.

Otro factor que afecta la tasa de deserción es que se pueden estar registrando como desertores a estudiantes que salieron del sistema para, por ejemplo, mudarse a los Estados Unidos. Hernández indicó que estas situaciones pueden llevar a que “con el tiempo” se tengan que hacer ajustes a esta tasa, cuando se detecte dónde está el estudiante.

Esta fuga de alumnos del sistema afecta al Departamento, debido a que los fondos federales se asignan por la matrícula. No obstante, Ramos Parés destacó que la baja de estudiantes se percibe más en grados primarios por la baja en la natalidad que por desertores escolares en grados superiores.

“Asientos vacíos, menos fondos por estudiante por escuela”, dijo.

Usan inteligencia artificial

En la lucha por evitar la deserción escolar, Educación implementó el pasado cuatrienio el uso de un programa de inteligencia artificial que evalúa y detecta, bajo un “modelo predictivo”, a aquellos estudiantes con mayor probabilidad de salir del sistema. Este mide ausentismo, notas y otros aspectos, como la disciplina.

Hernández explicó que esta herramienta está disponible solo para los consejeros, quienes activan ayudas para el estudiante para intentar retenerlos.