Dueño de funeraria pasó el día encerrado en auto con cadáver sospechoso a coronavirus
Enfrentó complicaciones para procesar el caso.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
PUBLICIDAD
El dueño de la Funeraria San Fernando de la Carolina, Josué Soto García, estuvo por casi 12 horas encerrado en un vehículo con el cuerpo de la mujer de 51 años que se sospecha murió de coronavirus COVID-19, porque el Negociado de Ciencias Forenses no quiso permanecer con los restos por precaución; y el crematorio no había recibido la autorización de las autoridades de proceder con la cremación antes de las 48 horas establecidas por ley.
La odisea que pasó Soto García fue relatada a Primera Hora por la portavoz de la funeraria, Juliana Andino, quien exigió a las autoridades que tomen una rápida acción para determinar el tratamiento que se le va a dar a los posibles casos de coronavirus antes de que los funerarios se nieguen a recibir cadáveres.
Relacionadas
Andino explicó que la funeraria fue contactada mediante una llamada a las 9:00 a.m. de ayer para que se hiciera cargo del cuerpo de la mujer de 51 años, quien laboraba en una institución médica y que falleció con síntomas parecidos al COVID-19, que son tos, fiebre y dificultad respiratoria. Informó que el propietario se vistió “como si fuera un astronauta” para ir a recoger el cadáver a la calle 56 de la urbanización Metrópolis de Carolina.
Explicó que el cuerpo fue recogido en el hogar a eso de las 11:00 a.m. y que fue recibido por Ciencias Forense a las 12:45 p.m.
“María Conte, (directora de Ciencias Forense) emitió ella misma autorización (de llevar el cadáver a la agencia) y ella misma dijo que iba a recibir el cuerpo”, explicó.
Conte rechazó, en entrevista telefónica con Primera Hora, comentarios que se realizaron en las redes sociales de que le hizo la prueba de coronavirus al cadáver de la mujer en el estacionamiento.
“Lo recibimos. Yo misma le practique la prueba. En el parking no, en el parking, imagínate”, soltó.
Indicó que el cadáver entró a un cuarto con presión negativa y se le realizó una prueba de ADN que detecta un sinnúmero de enfermedades, entre estas la influenza y el micoplasma. También se le realizó la prueba del COVID-19.
Dijo que ella estuvo sola en el proceso de la prueba.
“Por respeto a la persona fallecida, se hizo en la sala de autopsia, de la manera más profesional y se tomaron las muestras. El cadáver no se guardó en Forense, porque no ha habido la necesidad. La familia optó por la cremación”, explicó.
Indicó que el resultado de la prueba de COVID-19 no ha llegado.
Añadió que “no abona la autopsia en este tipo de caso”, porque se sabía que la mujer presentaba síntomas pulmonares y se le realizó la prueba de ADN para detectar enfermedades.
Andino, sin embargo, denunció que el cadáver se lo entregaron al dueño de la funeraria “como a la hora” y que tuvo que esperar encerrado en el carro con el cadáver a lo que Forense le entregaba unos documentos.
“El cadáver se monta en la guagua y él (Soto García) no podía esperar afuera por el traje que llevaba. Estuvo allí en el proceso cuatro horas y pico, en lo que le daban el certificado de defunción. El dueño de la funeraria estaba con un cadáver con posible infección viral en una guagua encerrado”, destacó.
Culminado el proceso, el funerario acudió a la empresa que les realiza las cremaciones, pero estos no tenían la autorización de realizarla antes del periodo de 48 horas que exige la ley. Por tal razón, Soto García tuvo que permanecer encerrado en el auto con el cadáver y sin poder comer hasta que se recibió la autorización del Departamento de Salud para realizar la cremación.
Andino precisó que la autorización la emitió Salud por mensaje de texto a eso de las 8:00 p.m. y que fue a eso de las “11:00 y pico” que se sacó el cadáver del vehículo.
“Si Forense no se quiere quedar con el cuerpo para minimizar riesgo, por qué yo tengo que estar en esas”, se cuestionó Andino.
Informó, de paso, que tras dejar el cadáver cremando, la funeraria se deshizo de toda la indumentaria especial que usó Soto García y se desinfectó el vehículo.
La portavoz de la funeraria comentó, además, que Forense les informó que este protocolo para procesar casos es normal y que se había utilizado en emergencias como el huracán María.
Sin embargo, expuso que era injusto para la funeraria, el crematorio y todo el personal involucrado tener que trabajar sin guías claras y expuestos a enfermedades.
“Lo que se está pidiendo aquí es que esos pasos, ya sean sospechosos o positivo a COVID, que se entierren al momento, rápido, porque nadie se va a tomar el riesgo… A las funerarias nos dejan fuera del plan de contención”, se quejó Andino.
Añadió que “el Departamento de Salud dijo que hoy va a emitir carta con expresiones para dejarnos saber cuál va a ser el modus operandi. Es importante que funerarios, crematorios, forense estemos en la misma página”.
Primera Hora se comunicó con el portavoz de prensa de Salud, Eric Perlloni, para preguntarle sobre este caso y la supuesta carta con directrices que se emitiría. Indicó que verificaría la información. Al momento, no se han dado detalles.
Por otro lado, Andino informó que el viudo se ha aislado y está tomando las precauciones para evitar ser foco de infección. Sin embargo, criticó que nadie de Salud esté pendiente a su condición médica.
“Acá en la funeraria tuvimos la preocupación. Pero, si esta persona es positivo a COVID, tiene un esposo que dio CPR (resucitación cardiopulmonar). Y esta mañana nadie lo había llamado para verificar ni tan siquiera si tenía gotereo nasal”, denunció.
Conte desconoce problemas
La directora de Ciencias Forense dijo que desconocía que el funerario tuvo problemas para disponer del cadáver rápidamente.
“No he oído de ninguna complicación con el caso… El papel nuestro es entregárselo a su funeraria y ellos hacen gestiones de la cremación”, indicó.
La experta indicó que debe ser una “excepción” que Ciencias Forense reciba cadáveres de personas con COVID-19. Señaló que si las personas son diagnosticados antes de fallecer, no hay necesidad de una autopsia.
“Nosotros entendemos que sería una excepción y no la regla, igual que ha ocurrido en otros países”, precisó, al señalar que serían los médicos y hospitales que en la mayoría de los casos estén certificando la razón de las muertes.