Devastadora realidad en Vieques: 150 familias viven en estructuras abandonadas sin luz ni agua al no contar con un hogar
La pobreza extrema los ha llevado a ocupar espacios y convertirlos en refugios.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Vieques. La condición de abandono en los edificios que alguna vez fueron complejos de viviendas es notable. Pero también es evidente que, aunque carezcan de servicios esenciales, es el único refugio que tienen decenas de familias pobres para intentar sobrevivir en un municipio donde no hay albergues de emergencia y es casi imposible conseguir viviendas asequibles para personas sin hogar.
¿Lo peor? Que en medio de sus desgracias y ese sentimiento de “no pertenecer a ninguna parte” viven atormentados a ser desalojados de un momento a otro.
Y así lo contarán a través de esta historia viequenses sin hogar -casi todas mujeres de familia- que, aunque tienen un techo donde guarecerse en las noches, saben que esto no es mi remotamente equivalente a tener un hogar, pues las facilidades no cubren las necesidades básicas, como tener energía eléctrica o agua potable.
“Si no me hubiera metido a vivir aquí, aún como estamos viviendo, estaríamos en la calle. Sabrá Dios si hasta yo no tuviera mis muchachos, porque me los hubieran quitado hace tiempo”, cuenta Luz Delia Osorio, quien al principio sentía vergüenza y apenas se atrevía a hablar sobre la precaria situación que atraviesa junto a otras 28 familias en la comunidad Terrazas de San Francisco.
El temor de la mujer es reflejo de la discriminación, estigmatización y exclusión social que cargan los vecinos que viven en el lugar, uno de los sitios de mayor vulnerabilidad identificados en el Conteo de Personas Sin Hogar 2022, donde se ubicó a Vieques como el pueblo que tuvo el mayor aumento de casos de sinhogarismo -de ocho a 75-, en un periodo de cinco años, en comparación entre los 54 pueblos que están fuera del área metropolitana y la región norte del país.
Este grupo demográfico de municipios recibe servicios a través de organizaciones que atienden a las personas sin hogar y que pertenecen al Sistema de Cuidado Continuo (CoC) 503. En Puerto Rico existen dos Sistemas de Cuidado Continuo. El CoC-502 tiene la misma función que el CoC-503, pero en el área metropolitana y norte del país con atención exclusiva en 24 pueblos.
El 75% de los encuestados en el conteo realizado en Vieques fueron personas no albergadas, es decir que viven en condición de calle o en estructuras que normalmente no se usarían para alojar seres humanos, como es el caso de Luz Delia. Los desastres naturales, problemas de salud mental, conflictos familiares y situaciones financieras o económicas son las razones por las que estos viequenses están sin un techo seguro, según se desprende del informe que fue entregado a Primera Hora por la Coordinadora Moriviví del CoC-503.
“Siempre es un bullying contra nosotros. Nos molestan y se burlan hasta de cómo vestimos... te lo juro ante los ojos de Dios que por el piso nos tienen y ni gota de trabajo tampoco que nos dan cuando salimos a buscar”, expresó Luz Delia, quien tiene 48 años y quedó sin un techo seguro hace más de seis años al perder los beneficios de un subsidio federal que le hubiera permitido estar en una casa rentada a través de un “voucher”. Pero ahí está el otro gran problema de Vieques: no hay un inventario de viviendas de interés social para renta, pero irónicamente tiene decenas de casas y estructuras abandonadas que se promocionan a través de “realtors”.
Según datos del Censo Decenal, en Vieques -tercer pueblo con menor población en la isla- residen 8,224 personas y de estas el 52.6% vive bajo niveles de pobreza. El ingreso per cápita es de $9,096 y la tasa de desempleo es de 10.5%, la más alta en toda la región este de Puerto Rico.
“Era esto o vivir en la calle, porque no tengo a dónde meterme”, cuenta Luz Delia en un tono apesadumbrado, pero honesto, y destacando que llegó a la zona con tres hijos. En la pequeña estructura que rescató cuida también, de vez en cuando, a dos de sus nietas.
El agua para cocinar, asearse y bajar las cadenas del baño la obtiene a través unas mangueras conectadas a otros apartamentos que tienen el servicio de manera irregular, o porque los vecinos son los inquilinos originales.
“La electricidad también la agarro de unas extensiones, porque me ayudan los vecinos... sino ahí tengo esa planta (generador eléctrico)”, acota la mujer que reconoce el peligro de incendio que supone la mala utilización de estos aparatos y por eso tiene en su pequeña cocina un extinguidor.
Las estructuras de Terrazas de San Francisco, divididas en tres edificios, fueron desarrolladas en la década del 80 y, posteriormente -tras largas batallas y líos financieros que involucraron al municipio, a la Administración de Desarrollo Rural Federal (RDA) y a la Corporación para el Desarrollo Futuro de la Isla Nena (CODEFIN)-, quedaron en abandono e inhabitables.
Sin embargo, con el pasar del tiempo y ante la falta de techos seguros en Vieques, decenas de familias, como la de Luz Delia, fueron ocupando aquellas estructuras, aún cuando muchas tienen ventanas rotas, los techos liquean con cualquier aguacero, carecen de servicios esenciales y hasta del recogido de desperdicios sólidos.
Según HUD, agencia que aporta $22 millones a Puerto Rico para impactar el sinhogarismo a través de una respuesta coordinada y multisectorial, los individuos o familias que carecen de un lugar fijo o adecuado para dormir (incluyendo los que viven en albergues temporeros pagados por organizaciones caritativas o programas federales o estatales) también son personas sin hogar, junto a quienes se encuentran en inminente riesgo de perder su residencia nocturna principal en los próximos 14 días. También son parte del grupo los que están huyendo o intentan huir de la violencia, pero tienen limitaciones para obtener una vivienda permanente.
Tocan puertas con temor al desalojo
En Terrazas de San Francisco no hay un consejo vecinal. De hecho, lo que una vez fue la oficina de administración es hoy un almacén de basura donde abundan ratones y una insoportable pestilencia debido a los desperdicios acumulados. Pero una joven de 26 años, identificada como Solmarie Meléndez, ha asumido el rol de líder comunitaria y hace todo lo que está a su alcance por visibilizar y dar voz a los que parecen estar fuera de la vista y el radar de las autoridades locales y estatales.
“Hemos hablado con el alcalde y no hacen nada... ni la basura nos quieren recoger... nos tratan como perros y gatos, no nos consideran como personas. Lo que nos dicen es que nos van a sacar de aquí, porque nos metimos a to’ coj... Se pasan diciendo que los de Terrazas son unos puercos y no es que somos puercos, es que el ‘truck’ no pasa y los caballos y los animales rompen las bolsas. Entonces lo más que tú vas a ver son ‘pampers’ y cosas así. Pues claro, si aquí viven niños... el problema es que no nos ayudan”, expresó la joven que labora a tiempo parcial en un colmado cercano y constantemente está buscando la forma de lograr un cambio para ella y sus vecinos.
De hecho, posterior a la visita de Primera Hora, Solmarie le hizo saber al alcalde de Vieques, José “Junito” Corcino, sobre este reportaje.
“Le dije que los del periódico vinieron y al otro día estaban aquí recogiendo la basura que no recogieron en meses... es lo mismo que hacen cuando quieren los votos”, sostuvo la muchacha al agregar que el jefe de ayuntamiento citó a todas las familias para una reunión este jueves, 11 de agosto a las 5:00 de la tarde, lo que ha levantado un sesgo de esperanza que prefieren coger con pinzas para no entusiasmarse como ha ocurrido en otras temporadas, particularmente, en fechas cercanas a elecciones.
Solmarie explicó que entre las 28 familias que han ocupado los espacios abandonados de Terrazas de San Francisco hay entre 18 a 20 niños. “Bebés recién nacidos, hay una nena que es enfermita... y allá, al otro lado, hay dos personas encamadas que viven con su hija. Necesitamos que nos ayuden y no vamos a parar de exigirlo”, reclamó.
Y Solmarie tiene razón en sus exigencias, pues en Puerto Rico existe a través de la Ley 130 de 2007 una carta de derechos fundamentales para personas sin hogar en la que se establece, entre otras cosas, que esta población debe “recibir albergue adecuado y apto para la habitación humana, con las facilidades higiénicas y sanitarias apropiadas, dentro de un ambiente de seguridad, dignidad y respeto”.
Pero en un escenario indigno e inseguro es que se encuentra Kassandra Acevedo, madre de dos niños de 11 meses y dos años de edad, y quien tampoco tuvo suerte buscando un espacio por $420 al mes, que era el monto que le cubría un vale de renta por Sección 8 al que alguna vez cualificó.
“Esto es invadido, yo lo sé... la verdad es que (vivir aquí) está fuerte. La casa se inunda por dentro y el cuarto de los nenes también se moja”, dice la joven madre al soltar que duerme con un ojo cerrado y otro abierto ante el temor “de que nos están diciendo todo el tiempo que nos van a sacar”.
Kassandra hace referencia a que ha surgido un rumor en el pueblo de que las autoridades federales desalojaran a los residentes de Terrazas de San Francisco y a los otros grupos que viven en circunstancias similares en otras comunidades.
Y esta no es la primera vez que el cuco del desahucio ronda en estas poblaciones pobres de Vieques. Para el 2016 la senadora María de Lourdes Santiago, del Partido Independentista Puertorriqueño, alertó que 53 familias de la comunidad Lucila Franco corrían el riesgo de ser desalojadas de unas casas abandonadas que habían sido ocupadas por personas que no tenían a dónde más ir.
“Se podrán imaginar lo que significa. No hay otras 53 casas donde familias de bajos recursos puedan mudarse en la isla municipio de Vieques, y esto ha generado una enorme incertidumbre”, manifestó en aquel entonces la legisladora, que tuvo interés de ordenar una investigación a fin de intervenir en la controversia.
Siete años después no se ha resuelto el problema, más bien se ha agravado, pues en años recientes nuevas familias han ido a rescatar las estructuras abandonadas de lo que una vez fue una urbanización “bonita y en la que muchos querían vivir”.
Así lo recuerda Yara Orona, quien pernocta en la zona hace ocho años. En un par de estructuras cercanas viven dos de sus hijas. Más abajo vive una sobrina y otro chispito más abajo una hermana. Todas mujeres que han rescatado casas abandonadas en los últimos años con el propósito de tener dónde pernoctar con sus hijos e hijas.
“Rescaté el hogar, porque en las casas de Lucila Franco se vive así... somos pobres, vivimos aquí rescatando los hogares”, narra.
Como es de suponer, explica que el principal contratiempo en su comunidad es estar sin servicio de agua y luz. Algunos han tenido “la suerte” de que el pasado alcalde, Víctor Emeric, les otorgó un affidávit que pudieron utilizar como evidencia para que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y, en aquel entonces, la Autoridad de Energía Eléctrica les conectaran esos servicios básicos.
“Pero eso ya LUMA ni la Autoridad lo aceptan... y así estamos. Y yo entiendo que es ilegal negarle estos servicios a un ser humano y más a mujeres que están tratando de superarse y con niños pequeños”, puntualiza quien trabaja por cuenta propia como “cocinera, haciendo patios o las cruces para el cementerio”. “Soy una madre guerrera y sin miedo al triunfo... hago lo que sea”, distingue.
Cientos sin techo
En entrevista con Primera Hora el alcalde de Vieques aceptó la problemática que hay en su municipio con las personas sin hogar y estimó en 150 las familias que viven bajo las condiciones de las entrevistadas en esta historia.
“Son unas cinco comunidades que viven así. Y te puedo decir que estamos buscando alternativas a través de los legisladores Marissita Jiménez y Carlos ‘Johnny’ Méndez para ver cómo podemos ayudarlos. En el caso de Quintas de Santa Elena, estamos tratando de que ellos sean dueños de esos terrenos, pero es un proceso que toma tiempo”, sostuvo Corcino en referencia a otro sector en el que sus habitantes son rescatadores, con todo lo que esa maniobra implica.
La situación es más complicada en Terrazas de San Francisco y en Lucila Franco, según explicó, pues “habría que buscar fondos, que ahora mismo no hay disponibles, para ver si se pueden adquirir esas residencias”.
“Pero yo me comprometí, al menos con Terraza, que este jueves me voy a reunir con ellos y trataré de hacerlo mensualmente. Por lo menos quiero darles pintura para que aquello se vea mejor y asfaltar un poco donde está el estacionamiento”, prometió el jefe de ayuntamiento.
Además, indicó que proveerá agua a los residentes que carezcan del servicio. “Esto es algo que ya hacemos en Quintas de Santa Elena, en Vieques Verde, en otra área del sur y con algunos residentes de Lucila Franco”, aseguró.
Sostuvo también que “jamás” permitiría un desalojo de residentes en alguna de las estructuras rescatadas. “Es que eso no puede ser una opción porque en Vieques no hay viviendas. Esta gente se ha metido ahí por la necesidad. En Vieques a lo mejor puedes ver casas, pero el turismo ha crecido tanto que son unidades en las que han hecho Airbnb”, expresó.
Llenos los residenciales
El administrador de Vivienda Pública, Alejandro Salgado, tampoco tiene soluciones inmediatas a la situación del sinhogarismo en la Isla Nena, donde hay dos residenciales públicos (César Coca González y Jardines de Vieques) con las 133 unidades llenas a capacidad a través de 389 residentes. Actualmente, hay 82 familias en lista de espera para ambas instalaciones de vivienda pública.
“El alcalde nos ha traído la preocupación en varias ocasiones y, ciertamente, el desarrollo de unidades nuevas de interés social podría ser alternativa. Igualmente aumentar las viviendas públicas. Pero para eso hay que identificar fondos que no, necesariamente, están disponibles en este momento”, acotó al agregar que sería “irresponsable” de su parte hablar de fechas para estas iniciativas sin identificar fuentes económicas que las apoyen.
Mencionó el problema de inventario de viviendas que hay para satisfacer las necesidades de beneficiarios de Sección 8 y reconoció que en el caso de Vieques la situación se agrava en comparación con otros pueblos al extremo de que hasta la semana pasada no había un sola unidad contratada bajo los términos del programa federal.
“No tenemos vales contratados. Sí tenemos dos solicitantes en lista de espera”, reveló sobre los 12,600 “vouchers” de renta que se otorgan a través de la agencia.
Puntualizó que a nivel isla se ha tratado de aumentar el inventario de casas para Sección 8 otorgando un incentivo de hasta $1,500 a los arrendadores a través de fondos de la Ley Cares.
“Con ese programa se trajeron 600 nuevos arrendadores bajo el programa y estamos considerando una segunda ronda de incentivos”, explicó.
En cambio, no hubo un solo casero privado en Vieques que aceptara la oferta.
Necesaria la coordinación
El laberinto de problemas que enfrentan las personas sin hogar en la isla municipio requiere de un esfuerzo multisectorial, pero con base en las agencias gubernamentales, expresó por su parte Beatriz Grau, consultora en planificación estratégica en la Coordinadora Moriviví.
La coordinadora –que colaboradora en los esfuerzos de Conteo de Personas Sin Hogar– es una organización sin fines de lucro que, aunque no da servicios directos a la población sin techo seguro, sí se encarga de que el sistema que atiende a estas comunidades a través de los 54 municipios que componen la CoC-503 lo hagan de una forma planificada, estratégica y en conexión con otros sistemas con el fin de que los afectados logren una vivienda estable y que puedan retener.
“Realmente, para atender una problemática de esta magnitud, requerimos coordinación a varios niveles y de diferentes sistemas. Desde el gobierno central con el gobierno local, hasta las organizaciones sin fines de lucro. Honestamente, no es posible atenderlo solo desde el tercer sector o con una sola fuente de fondos. Y una particularidad de estos municipios más pequeños es que no reciben fondos directos del gobierno federal, sino que dependen del gobierno central. Y a veces estos fondos del gobierno local están concentrados en el norte o área metropolitana, pero no en áreas rurales y por eso siguen permaneciendo estos bolsillos de pobreza o vacíos de servicios que es lo que estamos viendo en Vieques en términos de vivienda... en Vieques no tenemos proyectos de vivienda transitoria ni albergues de emergencia. Y este es otro de los problemas que se une a lo de los subsidios de renta”, explicó Grau.
Opinó que una solución viable es ver los aspectos de titularidad de los edificios abandonados que hay en el municipio y tratar de rehabilitar algunos. “Otro aspecto importante es hacer un censo para saber cuántas personas realmente están viviendo en condiciones infrahumanas en Vieques. Hasta que no veamos la magnitud del problema, no se pueden diseñar soluciones”, enfatizó.
Buscan alternativas
En Puerto Rico, el Departamento de la Familia (DF) cobija el programa Emergency Solution Grant (ESG), el cual recibe millones de dólares en fondos federales y se reparten a través de propuestas a subrecipientes que pueden ser organizaciones sin fines de lucro o gobiernos locales.
En el caso de Vieques, por ejemplo, se anunció recientemente el desembolso de $58,000 a través de fondos ESG-CV (asignados por la pandemia del COVID) que fueron utilizados para ayudar a 133 familias a poner las cuentas de servicios de agua y luz al día. Sin embargo, estas ayudas no impactaron a las personas que buscaron refugios en estructuras abandonadas y en las que, precisamente, hay carencia de utilidades.
La directora del programa ESG en el DF, Angie Díaz, dijo estar consciente sobre la situación y precisó que a fin de buscar soluciones se “elevó una consulta a HUD” a fin de que se autorice a las personas que pernoctan en propiedades en las que no hay titularidad a presentar un affidávit para que, entre otras cosas, puedan solicitar la instalación de agua potable y energía eléctrica.
“Esa es una de las alternativas que estamos pidiendo a nivel federal”, insistió quien tampoco se atrevió a precisar fechas de una posible solución hasta no contar con el visto bueno de la agencia en Estados Unidos.
El jefe de la Administración de Servicios de Salud y Contra la Adicción (Assmca), Carlos Rodríguez Mateo, sostuvo por su parte que desde que el Concilio Multisectorial en Apoyo a la Población Sin Hogar empezó a operar en ese organismo, a finales del 2021, se ha buscado visibilizar y documentar todos los componentes del sinhogarismo en Puerto Rico.
“El sinhogarismo rural tiende a ser invisible, pero es muy real y necesitamos documentarlo y visibilizarlo para asegurar que lleguen los recursos que se tienden a concentrar en el área metropolitana y otros cascos urbanos. Este año el Concilio trabajará el primer Plan Integral para Erradicar el Sinhogarismo en Puerto Rico y uno de los pilares sin duda ha de ser atender la disparidad en la distribución de recursos”, sostuvo mediante declaración escrita cuando se le inquirió saber las gestiones, si alguna, que esa agencia tiene a corto, mediano y largo plazo para las personas sin techo en Vieques.
Lo único que precisó es que, en el esfuerzo de Conteo de Personas Sin Hogar efectuado en marzo, la coordinadora de la Oficina de Enlace del Concilio, Jenny Ann Rivera, se “desplazó físicamente” a la isla municipio a fin de que se recogiera la realidad de pobreza y falta de personas sin vivienda en ese pueblo.
Sin ofrecer datos particulares concernientes a la Isla Nena, Rodríguez Mateo abundó en que es importante atender el fenómeno de sinhogarismo desde la integración de distintas agencias y sectores que brindan servicio a esta población.