Sonrió, echó su chistecito, recordó viejos tiempos como secretario del DACO, le tiró su puyita a la pasada administración penepé y hasta un beso en la mano le dio a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz.

Todo eso y más hizo el gobernador Alejandro García Padilla en el que fue su primer mensaje de estado ante el país, uno en el que lució tan relajado que, aunque cometió varios traspiés, pareció salir airoso.

El mensaje inició igual a todos los anteriores. Saludos protocolares, un recuento de lo que hizo y no hizo la pasada administración y promesas, promesas y más promesas. Sin embargo, con el pasar de los minutos, llegaron los aplausos, los abucheos y las miradas de incredulidad de la oposición.

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De hecho, la minoría penepé pasaba por desapercibida, a no ser por par de los legisladores que reclamaron que parte de los fondos que harán posible la construcción de la sala de trauma en Mayagüez es fruto de la pasada administración.

Los representantes de la Palma resistieron: no se pusieron de pie ni aplaudieron, contrario a sus homólogos rojos, que no calentaban las sillas y a quienes, de seguro, les tenían que doler las palmas de las manos con tanto aplausos que le dieron a su líder.

Miembros de la minoría prefirieron mantenerse tomando notas o leyendo sus teléfonos celulares. Hubo quienes siguieron el mensaje a través del iPad, por eso de estar al día en la tecnología.

El primer momento de mayor algarabía resultó ser el anunció de la devolución de la autonomía a la Asociación de Empleados del ELA, pero después de ese vinieron muchos más.

Mientras, el primer error notable fue el problema de pronunciación del primer ejecutivo al mencionar el nombre de la línea aérea Southwest, lo que corrigió de inmediato. Cuando se trata del “difícil”, son cosas que pasan.

García Padilla ingresó al hemiciclo al filo de las 6:00 p.m., luciendo la típica corbata roja. Su esposa, Wilma Pastrana, a quien saludaron y aplaudieron en su ausencia, presenció el mensaje desde las gradas. El recién confirmado secretario de Educación, Rafael Román, también se robó varios saludos.

Contrario a otros mensajes, García Padilla optó por no acuñar ninguna frase, pero apeló al sentido patriota y esperanzador del pueblo puertorriqueño. Eso sí, dejó claro que “la educación es la nueva revolución”, como dice una de las letras de las canciones del cantante René Pérez, del grupo Calle 13.

También tuvo su momento poético en que dijo, haciendo la aclaración de que nadie se sintiera aludido, que: “las partes más calientes del infierno están reservadas para aquellos que, en tiempo de crisis moral, permanecen indiferentes”, parafraseando al poeta italiano Dante Alighieri.

Sin embargo, de ahí volvió al trópico con las típicas frases pueblerinas, que no podían faltar, como “con las habichuelas de la gente no se juega” y “se cae de la mata”. Eso sí, nada de “me vale”.

Se tiras las telas

La primera pareja no fue la única que lució sus mejores galas. Las mujeres de ambas delegaciones dieron muestra del buen gusto, como fue el caso de la ex presidenta cameral Jenniffer González, que optó por un conjunto de chaqueta y pantalón color negro con los puños y cuello en perlas.

Las diferentes tonalidades de rojo, azul y rosado predominaron. Los hombres optaron por la sobriedad.

Entre los invitados, especiales, se robaron el show la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y la ex gobernadora Sila M. Calderón, quien en su chaqueta llevaba un bordado color fucsia muy llamativo.

Cruz se llevó un beso en la mano por parte del gobernador cuando se puso de pie para felicitarlo por la iniciativa que conectaría al Viejo San Juan con el resto de la ciudad. Me imagino que par de militantes de la Pava la envidiarían.

El gobernador Alejandro García Padilla ofrece el mensaje de estado y presupuesto en el Capitolio.