Culebra y Vieques logran bajo nivel de transmisión del COVID-19 con estrictas medidas de salud y seguridad
El sistema de monitoreo SARA Alert utilizado en los aeropuertos se integrará a los municipios.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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En un escenario donde Puerto Rico se ubica en las últimas semanas en una alerta de alto riesgo debido a la acelerada transmisión comunitaria del COVID-19, las islas municipios de Vieques y Culebra han logrado alcanzar un estado sostenido de bajo nivel de infecciones que se ha basado en haber tomado restricciones mucho más rígidas que las que acogió el gobierno y en haber creado a través de los sistemas municipales de rastreo vínculos de apoyo con la comunidad y los comerciantes.
Aunque durante el verano ambas islas enfrentaron grandes crisis salubristas con sendos brotes en sus jurisdicciones, la rápida acción de los equipos epidemiológicos -y la acertada respuesta de los alcaldes- lograron mitigar el impacto de lo que pudo haberse convertido en una gran tragedia, considerando el limitado acceso a servicios de salud que hay en estos pueblos. De hecho, en 42 días en Culebra solo se ha detectado un caso positivo al virus; mientras que Vieques se han diagnosticado tres en un mes, pero dos de estos ya están recuperados.
Así lo explicaron los epidemiólogos y jefes de ayuntamientos de ambos municipios a Primera Hora al adelantar que próximamente estos pueblos se unirán al sistema de monitoreo automatizado de la plataforma digital SARA Alert (Situational Awareness and Response Assistant, en inglés) que se utiliza a través de los aeropuertos para seguirle el rastro a todas las personas que ingresan a la isla. En el caso de Vieques y Culebra se pretende monitorear a todas las personas -no residentes- que visiten los municipios tanto por avión como por embarcaciones de la Autoridad de Transporte Marítimo.
Además, compartieron cuáles fueron los factores que han sido claves en el manejo de la peor crisis de salud que se ha enfrentado a nivel mundial con el golpe de la pandemia del coronavirus, una enfermedad que hasta ayer había afectado en Puerto Rico a unas 42,596 personas (20,399 confirmadas por pruebas moleculares) y causado la muerte de 613 individuos. De los decesos, 145 han ocurrido en septiembre. La tasa de positividad del virus fluctúa entre un 12% a un 15% según análisis científicos esbozados en diversas plataformas.
A nivel mundial el COVID-19 ha infectado a más de 31.4 millones de personas y provocado la muerte de sobre 966,700 ciudadanos, más de 200,000 de estos en Estados Unidos, según cifras actualizadas hasta la tarde de ayer por la Universidad Johns Hopkins.
“Estuvimos más de 35 días sin un caso positivo y en 42 días tenemos un solo caso activo… pero ha sido un proceso que ha requerido unas medidas de control de seguridad más severas que en la isla grande porque lo que queríamos, y queremos seguir evitando, es que se nos infecten muchas personas de la población al mismo tiempo. Y eso fue lo que nos asustó con el único brote que tuvimos y que todos conocen que fue el que se originó en Mamacita’s (una hospedería del pueblo)”, dijo el epidemiólogo José Bartolomei.
Los hechos a los que alude Bartolomei ocurrieron para la segunda semana de julio, semanas después de que la gobernadora Wanda Vázquez Garced autorizara una reapertura de algunos sectores comerciales y sociales.
Cuando se desató el brote, apenas Bartolomei se integraba al equipo como líder del Sistema de Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC), un esfuerzo que lidera la epidemióloga Fabiola Cruz y que, actualmente, se lleva a cabo en 77 de los 78 pueblos.
“Fue interesante porque cuando ocurre lo de Mamacita’s tuvimos que hacer un entrenamiento/ejecución. De ese brote surgieron 21 casos positivos (en dos líneas de transmisión) y se identificaron 25 contactos. Nuestro gran reto era contener esas líneas de infección. Recuerdo que el alcalde (Iván Solís) me preguntó si debíamos cerrar a Culebra y, en efecto, así ocurrió. Nuestro gran miedo era que la gente se enfermara de gravedad y no tuviéramos la forma de sacarlos de la isla. ¿Cómo íbamos a transportar a los enfermos ya fuera por lancha o avión? Esta historia pudo haberse convertido en una noticia triste, pero no fue así”, explicó Bartolemei, quien también dirige el sistema de monitoreo de Vega Baja.
Detalló que si no se hubiera tenido control de la situación -imponiendo órdenes municipales que llevaron a un “lockdown” en Culebra- el escenario se hubiera salido de control en términos de servicios sanitarios y de control y rastreo de contactos.
“De ahí en adelante engranamos un equipo de excelencia. Somos dos personas de Outcom Project (que es la compañía para la que trabajo como epidemiólogo), cuatro investigadores de casos y un enlace comunitario que a la vez es enlace con la alcaldía”, dijo.
El grupo creó la página “Culebra Libre de Covid” a través de Facebook en el que se emiten boletines y se ha convertido en la fuente de referencia oficial sobre la enfermedad en el pueblo.
“¿Las claves? Son muchas, pero podría decirte que la comunicación con los ciudadanos y comerciantes ha sido excelente. Se crearon afiches educativos que se colocaron en todos los comercios y hay mucha disposición del gobierno municipal y colaboración con el Departamento de Salud”, indicó.
Listos para una reapertura “ordenada y salubrista”
Por su parte, el alcalde Solís está convencido que haber tomado medidas más estrictas salvaron del colapso a su pueblo, uno que se prepara para iniciar una reapertura “ordenada y salubrista” en el sector turístico.
“Hicimos seis órdenes más restrictivas que las de la gobernadora. Además, dimos espacio a colaborar con organizaciones sin fines de lucro lo que, por ejemplo, ha garantizado seguridad alimentaria pues tenemos al Banco de Alimentos todas las semanas. Eso evita la movilidad de las familias que tienen que salir a buscar alimentos a lugares que suponen un riesgo. Además, hemos tenido aportaciones para la instalación de lavamanos en diferentes negocios y otras áreas de Culebra para fomentar la buena higiene. Es importante que se sepa que ese esfuerzo interagencial y de voluntariado ha sido clave. También tenemos a empresas como Menonita que se han mantenido haciendo pruebas y clínicas de salud”, sostuvo al agregar que este próximo fin de semana se llevará cabo un ciclo de pruebas por parte del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico.
En una mirada hacia el futuro dijo que está esperando a conocer las próximas acciones del gobierno central para determinar si da paso a un proceso paulatino de reapertura al sector turístico, el cual iniciaría con un 15% a 20% de los turistas que habitualmente se reciben en la isla, cuya población es de 1,800 personas.
“Para nosotros es importante porque Culebra genera anualmente entre $2 a $3 millones gracias al turismo y este año se vio afectado totalmente por la pandemia y eso perjudicó en gran manera a los 150 comercios que tenemos en la isla. Perdimos las temporadas altas de verano y Semana Santa…de hecho, esa semana se puede mover en esta isla unas 30,000 personas”, expuso.
Cuando Puerto Rico comenzó a ver una segunda ola de contagios en julio –el cual ha continuado imparable hasta el momento-, el gobierno central determinó que los servicios de embarcaciones de la Autoridad de Transporte Marítimo (ATM) entre Vieques y Culebra y la isla grande se limitarían a residentes, comerciantes, suplidores y proveedores de servicios.
Ese fue un factor determinante a juicio de la epidemióloga de la Isla Nena, Yanina Bernhardt, al reconocer que Vieques tiene unas particularidades geográficas y limitaciones de servicio que hacen “más riguroso” el plan de control de propagación del COVID-19 que en otras áreas del país.
“En Vieques no tenemos una sola cama de intensivo. No hay hospital. Y eso crea un reto grande porque tenemos que evitar cualquier emergencia. Por eso preocupó mucho cuando comenzó una actividad infecciosa en el municipio para principio de julio, lo cual coincidió con la reapertura anunciada por el gobierno para aquel entonces. No fue hasta el 8 de julio que Vieques tuvo su primer caso positivo confirmado por prueba molecular y de ahí en adelante fueron aumentando. Lo más interesante de todo esto es que es la misma comunidad, de manera orgánica, la que crea un sistema municipal de vigilancia con un equipo que, actualmente, cuenta con 13 profesionales, incluyéndome como epidemióloga, un coordinador, ocho rastreadores, un psicóloga y dos trabajadores sociales”, indicó quien se unió al grupo a finales de agosto.
Fue para inicio del mes pasado que Vieques confrontó su último brote a través de una actividad familiar en la que siete personas resultaron contagiadas con el virus. Durante toda la pandemia los casos en la isla llegaron a aumentar a 83 y se reflejaron dos muertes en los pasados meses.
“Actualmente, lo que tenemos es un caso activo durante este mes. Pero esto no debe interpretarse como que todo está bien. No se puede bajar la guardia. Sobretodo, considerando que hay un problema de escasez de pruebas porque tenemos el asunto de que solo hay un laboratorio. Se supone que de acuerdo a la densidad poblacional estemos realizando 14 pruebas diarias, pero este mes solo hemos hecho un promedio de dos por día. Así que ante esa limitación que estamos tratando de resolver llegando a acuerdos con otros laboratorios y entidades que nos ayuden a movilizar más pruebas, estamos enfocados en la educación a la ciudadanía y a los comercios”, dispuso.
Por ejemplo, dijo hay un enfoque particular porque se cumplan estrictos protocolos en las embarcaciones y a los dueños de restaurantes se les aconsejó colocar sillas fuera de los establecimientos para atender al público.
“No se trata de fiscalizar, sino de trabajar juntos por un bien común. En el caso de las embarcaciones, estamos haciendo gestiones para que se consigan unas carpas donde la gente pueda ocultarse del sol pues las áreas con sombras son limitadas y todo el mundo se aglomera en un mismo sitio para estar más cómodos. Tenemos ese mismo problema, por ejemplo, porque tenemos un solo banco y una sola farmacia y eso crea filas. Así que estamos buscando alternativas para evitar esas situaciones de aglomeramiento en esos lugares que podrían ser focos de infección”, expresó.
Otro enfoque salubrista es impactar con pruebas y monitoreo constante a poblaciones vulnerables. “Los hogares de ancianos son parte de los sectores en los que se quiere tener constante cernimiento. Si controlamos el virus en esas zonas rojas, evitamos complicaciones”, sostuvo.
Un dato interesante en Vieques es que el enlace educativo de prevención está atado a una promoción de buena salud y nutrición donde se exhorta a la ciudadanía a mantenerse en control enfermedades como hipertensión y diabetes, entre otras.
“Esas son condiciones prevenibles y sabemos que los pacientes que tienden a complicarse son los que tienen estas enfermedades. Así que el mensaje de nosotros es también decirle a la población come bien, come frutas y vegetales y descansa”, acotó Bernhardt al indicar que periódicamente se publican informes en la página de Facebook Sistema Municipal Investigación Casos y Rastreo Contactos Municipio Vieques.
Por su parte, el alcalde Víctor Emeric, reconoció el esfuerzo de los voluntarios que cogieron la batuta del manejo de la crisis.
“Vieques ha dado ejemplo a Puerto Rico de cómo se debe manejar esta crisis. Pero aquí los héroes han sido los ciudadanos que han sabido comportarse y coger la cosa en serio. Los comerciantes también han comprendido y ya estamos preparándonos para que cuando venga la temporada alta de turismo en noviembre poder recibir a la gente bajo estrictos controles. Pero para eso todavía falta fortalecernos un poco más. No ahora”, expresó Emeric sobre Vieques, donde hay una población de 8,000 habitantes.